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Acogimiento

La ventaja de haber escrito sobre casi todo

Es que vivo más bien acogido o incluído
Igual siempre todo me sorprende
La novedad no me asusta.
En el plano de la vida cotidiana
Desocupado de preocupaciones
La experiencia me tranquiliza.
Mi autoestima prevalece y se fortalece.
Vuelvo yo cada vez más señor de mí mismo.
Reconciliado con mis maneras de ser.
No fuerzo actos ni actitudes.
Simplemente estoy y soy
Los miedos crecen si no los miro
Cuando los miro desaparecen.

¿Qué quiero?

No tener demandas ni obligaciones. Descansar. Relajar. Estar contento conmigo mismo.

Aceptarme. Ser feliz. Esto es lo que quiero, esta mañana de 16 de octubre de 2023.

Ahora que ya he empezado el día a mi manera. Con discernimiento. Con placer y alegría. Disfrutando de la vida como es, como está. Respirando. Escuchando el canto de las aves.

Buscando el eje, el centro, el foco dentro de mí y aquí. Menos pensamientos y mejores. No aquellos que tapan la realidad o la distorsionan.

Centramiento

Hay algunos hechos que tienen una fuerza especial. Uno de ellos, el de estar sintiendo muy fuertemente mi pertenecimiento. Pertenecer a una red, o varias entrelazadas.

Haberme hecho un lugar para mí, lo cual significa muy concretamente, que me amo más, que evito maltratarme, que me centro en lo que amo y me hace bien. Esto lo vengo construyendo consciente y deliberadamente desde el año 2000.

Ahora disfruto de la sensación de estar en este lugar de acogimiento que soy yo mismo y mis redes. Tengo más noción de la persona que soy. Orgullo de mi origen. Consciencia de mis limitaciones que me recuerdan que soy humano.

El tener una relación más amorosa conmigo mismo es, de lejos, lo más precioso que me está sucediendo. Disminuyo tanto cuanto puedo, las cobranzas, la autoexigencia desmedida, la crítica que no es mía, sino fue implantada como mecanismo de dominación.

El tiempo es brevísimo. Es de una fugacidad que me hace atesorarlo como un bien invalorable. Trabajo para que el tiempo que me quede, siga siendo tan o más precioso que este instante.

Entonces escribo, leo, publico, disfruto de la belleza, admiro la realidad en su extraordinaria variedad, que reconozco dentro mío. Agua. Río. Lluvia. Sol. Soy. Así me defiendo de la dispersión que por ahí me lleva a lo que no me dice respecto. Atención, intención, centramiento en el bien y la justicia. Por ahí voy.

Brillar

Basta de basura. No aguanto más. En nombre de la educación, de la coexistencia, de lo que sea, basura y más basura.

No quiero lo que no quiero. No quiero más ser invadido. No quiero ser cancelado, ni substituído, ni reemplazado ni confundido.

No quiero más intoxicarme con bajezas ni grandezas ajenas, distantes ni próximas. Soy sol, soy luz y quiero brillar y brillo. No me obligo a maltratarte ni maltratarme en nombre de nada.

No quieras, solamente, sacarme de mí ni de mi camino de luz. ¿Qué hacer cuando viene la basura invasora e intoxicante?

Rechazarla, no dejarla entrar, retenerla afuera, a fuerza de centrarme en lo que quiero, lo que amo, lo que me hace bien, lo que le da sentido a mi vida.

De esta posición de fuerza y claridad puedo resistir, sin salir de mi eje. Hay veces que tengo que dar unas sacudidas a quien quiera que sea, para que no me cancelen.

Esto es, cuando no quiero dejar que me anulen. Yo vivo mi vida, tengo mis elecciones y decisiones prioritarias, y trato de no apartarme de esta línea de acción.

Aprendo a priorizarme, sin que esto deje de significar muchas veces, simplemente hacer lo que quiero o necesito, y no lo que esperan de mí.

Arte de vivir

He venido desarrollando la capacidad de escribir, como forma de ir encontrándome. Haciendo un lugar en el mundo. Registrando la vida en mínimo, la vida vivida.

Cultivando este arte, he llegado a hacer de mí mismo mi mejor compañía. Es decir, descubro que no soy lo que había llegado a creer que era. No tengo culpa de nada. Tengo derecho a ser feliz.

Me alivio del peso de lo que no es mío. Dejo de lado lo que me hace daño, y trato de poner mi energía en lo que me hace bien. Me abro a la gente, como lo hice siempre. No me dejo confundir.

Desarrollo la capacidad de ver hacia adentro, con el corazón. Es el mismo sentido de ver, pero dirigido a mi interior. Entonces gano confianza y seguridad. El mundo interno y externo confluyen.

Me anido en el mundo. Recupero la sensación de unidad. Todos los que fui son uno solo. Es decir, tienen sus especificidades, que recupero con nitidez. Pero el hecho de que me vea hoy como la misma persona que recorrió toda esta larga jornada, me trae una fuerza singular.

Ya no vivo más con aquella sensación de ruptura, división, como si yo no fuera el mismo todo el tiempo. Claridad. Entereza. Unidad. Ya no vivo pegado a lo que me pudo haber dañado. No vivo pegado ni despegado del pasado. Vivo atento y despierto.

Mi pasado no es lo que me impusieron como maniobra de dominación. Es lo que yo viví y sigo viviendo, como triunfo contra todo lo que pudo haberme destruído o deformado. La lucha para fortalecer mi confianza interna y externa, es una sola. Nace del amor que soy capaz de recibir. Entonces me amo, como un hecho concreto.

Participo de un movimiento que se centra en la autoestima y la construcción de vínculos positivos. Es un enraizamiento en la vida. Un florecimiento. Es poesía. Es una pasión por disfrutar de cada instante.

Hacer de todo el tiempo, una oportunidad para desarrollar los talentos que me hacen quien soy. Una persona que aprende continuamente a ser feliz, cada vez más yo, cada vez más uno solo y el mismo, todo el tiempo.

Escapo constantemente del llamado a lo bajo, a la desesperanza, que se difunde sin cesar desde la televisión y las llamadas redes sociales. En la contramano, como una contradanza, ejecuto los movimientos que me centran en mi objetivo y mi meta. El arte como forma de vida. La vida como forma de arte. Me fortalezco en este juego de vencer lo que intenta destruírme.

Foto: “Jazmín del cielo”

Perspectivas

Tener un lugar para compartir experiencias. Crecer en la escucha del mundo y de mí mismo

¿Será que reduje mi vida al circunscribirme al amor?

Puedo elegir adónde mirar

Si para mí la felicidad es el amor de una mujer

Eso es circunscribirme, sí

Lo que no es, es una reducción

Es una concentración

Una focalización y un enraizamiento

Una reorganización de mi estar en el mundo

Vivo una vida particularizada

Esto pone mi atención en los detalles

Las estaciones de la vida

Lo que me toca ahora

No necesito tantas cosas

Son más bien algunas poquitas

El registro de lo vivido me repone en la realidad

Me trae de vuelta de lo que se trata de imponer desde los medios

Los miedos plantados, suplantados, replantados

No soy ominpotente ni impotente

Me abro a mí mismo y al mundo

Y esta conjunción, esta confluencia, me va liberando de prisiones

El presente me sorprende y me apoyo en lo más próximo y cercano

Sabiendo que no dejará de haber tropiezos

Y a cada uno de ellos deberá sucederle una reorganización de perspectivas

Aprendo a estar en el mundo de maneras diversas

Poetizando.

Identidad

Escribo aunque no tenga nada que decir

La vida afluye en palabras

Sentimientos e imágenes se congregan

Se reúne y se compacta. Se reorganiza

Toda mi vida.

La vida vivida, no la pensada

No soy pensado, prensado

Soy contacto, integrado

Me saqué los rótulos que no eran míos

Y me quedé yo solo nomás

Lo que soy no es nombrable

Es visible y sensible

Es color

Luz, centro, confianza, amor

Trabajo, creación, solidaridad, enraizamento

Continuidad, renacimiento

Son brotes y flores

Agua que viene y va.

Imagen: “El tejido del universo”

¿Qué cosas me animan, qué es lo que me da placer y alegría?

Mañana fría en Carapibus. Nublado y ventoso. La alegría y el placer, una suerte de felicidad, viene junto con el nacer del día.

La luz del sol se deja ver por entre medio de las nubes. A lo lejos, el mar que pronto empezará a brillar, refulgente.

¿Qué cosas me animan, qué es lo que me da placer y alegría?

Miro adentro de mi corazón y ya veo una lista.

Belleza en primer lugar. Una flor, un rostro, una voz, un paisaje. Un recuerdo poderoso que me mueve hacia adelante.

El amor a mí mismo. El tenerme y tratarme como alguien muy querido. No tanto un mero cumplidor de tareas u obligaciones.

Por suerte creo haber cumplido muy bien con lo que me tocaba, como padre, hijo, hermano, etc.

Conciencia limpia. Paz de espíritu.

Ahora me queda un día que se abre como un abanico de posibilidades.

Yo puedo mantenerme centrado y focalizado en mis propios ejes.

Así fue ayer, así será hoy y siempre.

No cedo a la presión que trata de imponerme otras cosas.

Tengo mi experiencia y vivo de ella.

Hubo tiempos en que viví en la inestabilidad, la precariedad laboral, la inseguridad. Hoy busco una seguridad que se alimenta más bien de lo interno y próximo.

Anduve cerca de la pobreza, lo suficiente como para saber que no es para el ser humano. No hay ninguna necesidad de que nos falte todo, en especial confianza.

 

Imagen: “Las flores después de la lluvia.”

Sin obligaciones. Elecciones felices

Saboreando un mate empieza el día en la Casa de Las Artes

Pasar al segundo renglón exige reflexión

¿Qué hacer? ¿Qué decir?

Sin obligaciones. Ya hice mucho.

Me complazco viendo mi camino hasta aquí.

Mis luchas. Trabajo. Familia. Un empeño.

Le puse ganas a la vida y lo sigo haciendo.

Sólo que ahora despacito.

El canto de una pajarita o de un pajarito me alegra.

Sintiendo encuentro mi camino

Elecciones felices.