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Poetizando

Poetizar me desocupa

Me despreocupa

Me abre y me libera

Me siento a gusto

A mis anchas en un mundo que para mí

Seguirá siendo siempre el mundo más cercano

El lugar donde caben los abrazos

Las sonrisas

Las miradas que descifro o me embelezan.

No necesito andar armado

Amado sí

Amando

A mando de mí mismo

Sigo así mis caminos

Fluyo como un río

Y sobre todo me río

Cada vez más me río

Me admiro y disfruto

Lo bello de la vida.

Lo que me moviliza y motiva

Lo que me anima y alegra

La vida que vence a la muerte

La esperanza que se abre camino a toda hora

La espera que aguarda y guarda y venera

La luz que brilla en la oscuridad.

Realidad

Contrariamente a lo que algunas personas piensan, yo no pienso mucho. Más bien dispenso. Lo que sí hago es prestar atención. Y esto es algo que me conecta muy fuertemente con todo alrededor.

En algún sentido, prestar atención es casi un opuesto a pensar. Esto es lo que puede haber llegado a hacer pensar que yo no pienso. Prestar atención es un acto concentrado, intenso e intencional. Comprende todas mis facultades y sentidos.

Pensar, de la forma como algunas personas piensan, es, al contrario, una reducción, muchas veces un cancelamiento o substitución de lo real. Una idea substituye la cosa. La imagen, al contrario, es real y mantiene lo real. Todo esto nos lleva al sentido de las palabras.

Sólo una cosa es indudable, y es que un día nos vamos. Entregamos el alma. O simplemente morimos. Lo demás exige examen, atención, concentración. A ver si es o no es, y qué es y de qué modos. La atención me trae a la realidad y me mantiene en la realidad.

La atención me mantiene en movimiento, ya que todo cambia. El pensamiento por ahí puede llegar a adormecer o distraer, apartar más que aproximar. La atención contiene todo lo que existe, congrega, reúne y me reúne. El pensamiento más bien selecciona y separa, recorta hasta que de pronto puede llegar a dejarme afuera. No estoy oponiendo pensar y prestar atención, sino llamando la atención para no confundir. La realidad no son ideas sino una intersección e integración de planos, niveles o mundos, como quieran llamarle.

Foto: Caleidoscópio. Banco de imagens e fotos

Integridad

El otro día escucho un tipo decir que el papa Francisco es medio comunista.

Le respondí que el papa Francisco es católico, y que se ocupa de los pobres.

La ignorancia da la vuelta y aparece por otro lado.

El hecho de que después de incontables papas preocupados con cualquier cosa menos con la justicia social o la humanidad, aparezca el papa Francisco, debería ser suficiente alegría para el mundo.

Un papa radicalmente seguidor del evangelio. Trabajador incansable por la paz y por el respeto a las personas excluídas, por las cuales trabajó toda su vida.

La pertenencia a una u otra religión, credo u opción partidaria, no necesariamente habla en favor de quien quiera que sea.

Hay gente que se esconde detrás de rótulos. Siempre traté más bien de ser yo mismo quien estaba y está presente.

Cuando viene una provocación o una ofensa, sin embargo, salgo al frente. Los rótulos más bien esconden la realidad que la revelan.

Trato de ser más bien fiel a mi integridad. La persona que siguió un camino que la trajo hasta aquí. Sin cortes ni omisiones.

Alguien que se reconoce en una lucha eterna humanizadora, que pasa por lo cotidiano, el trabajo, la familia, la amistad, la fe, el arte, la educación, la cultura.

Argentina es eso. Una continuidad que aún con retrocesos, no se pierde. Esto es noción de patria. Es noción de sí. Noción de humanidad.

 

¿Qué sentido tiene?

Mientras me hago la pregunta, viene la respuesta.

Me gusta escribir sobre lo cotidiano.

La vida diaria.

No lo genérico, sino lo específico.

Cuando me adentro en el sentido, salgo de lo abstracto.

¿Qué sentido tiene verme poéticamente?

No me juzgo. Me veo unificado y me acepto.

Veo la gente a mi lado también con sus limitaciones e imperfecciones.

La poesía me devuelve sentido de eternidad y pertenecimiento.

Belleza es la mirada.

Esto me alegra y me anima, me conecta.

Poesía

No puedo dormir. Un té de manzanilla. No son preocupaciones lo que me mantiene despierto.

Más bien se trata de sincronías. Descubrimientos. Revelaciones sobre el vivir. Cosas que voy aprendiendo cotidianamente.

El amor de una mujer. ¿Qué decir o no decir? La vida se renueva constantemente. Hay un solo amor, esto lo recordé de manera contundente y clara, ayer a la tarde, al caminar por Cabo Branco.

Y este amor único unifica. Me constituye como una unidad. No necesito repetirme sin cesar. No necesito creer que debo ser como fui ayer.

Hay cambios substanciales que se han producido en mí a partir de la proximidad de la muerte. Tampoco debo pensar que deba abolir el pasado. Ni una cosa ni la otra.

El presente es esa renovación contínua a la que alude el poema de Borges, “Arte poética.” Un renacer que es propiamente poesía. Realidad.

Perspectivas

Tener un lugar para compartir experiencias. Crecer en la escucha del mundo y de mí mismo

¿Será que reduje mi vida al circunscribirme al amor?

Puedo elegir adónde mirar

Si para mí la felicidad es el amor de una mujer

Eso es circunscribirme, sí

Lo que no es, es una reducción

Es una concentración

Una focalización y un enraizamiento

Una reorganización de mi estar en el mundo

Vivo una vida particularizada

Esto pone mi atención en los detalles

Las estaciones de la vida

Lo que me toca ahora

No necesito tantas cosas

Son más bien algunas poquitas

El registro de lo vivido me repone en la realidad

Me trae de vuelta de lo que se trata de imponer desde los medios

Los miedos plantados, suplantados, replantados

No soy ominpotente ni impotente

Me abro a mí mismo y al mundo

Y esta conjunción, esta confluencia, me va liberando de prisiones

El presente me sorprende y me apoyo en lo más próximo y cercano

Sabiendo que no dejará de haber tropiezos

Y a cada uno de ellos deberá sucederle una reorganización de perspectivas

Aprendo a estar en el mundo de maneras diversas

Poetizando.

Perspectiva

La edad que tengo y el modo como me encuentro crean una situación en que veo las cosas y la vida de un modo singular. Así fue en otras edades también. Pero ahora quiero referirme en particular, a la perspectiva que se tiene cuando la vida está por un hilo. Esto me ha pasado ya muchas veces a lo largo del camino. Estar por un hilo.

Sea por el motivo que fuera, había de hecho, y hay, algo que no puedo dejar de tomar en cuenta. No tengo mucho tiempo. Esto pone las cosas en una manera característica. Todo gana su justo valor. Lo que es despreciable se muestra como tal. Lo que es falso se ve de manera indudable como falso. No engaña. Vos podés engañarte y creer que me engañás.

Pero yo dediqué mi vida al arte de ver la realidad. A deshacer embustes, engaños y mentiras. No quiere decir que no me equivoque también. Pero hay un sentir, una sensación, un aviso, una percepción, que me hablan con claridad. Y sé cuando estás mintiendo, así como sé también cuando estás intentando engañarme.

Saber y sentir que no tengo mucho tiempo está a mi favor, una vez más. Así fue ayer, en los sucesivos ayeres que hoy están encuadernados en este ahora. Este instante fecundo e intenso. Precioso como nada más en este mundo, te lo puedo asegurar. Esta es la perspectiva que ahora tengo.

Y no solamente por la situación en que me encuentro, sino también por el hecho de que estoy todo aquí, más que antes aún. Mucho más que antes, o tanto cuanto. Ahora tengo menos motivos para fingir, si es que alguna vez los tuve. Sigo con la misma cara de siempre. Más marcada, sin duda.

Las líneas que se dibujan en mi piel son la señal de mis caminos. Y en esta hora tan singular, aprecio aún más lo que siempre tuve como el mayor bien. Ver las cosas como son. Ser el que soy. Cada vez más yo mismo. Esta fuerza se sigue acentuando a medida que el tiempo pasa.