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Escribir

Juego placentero este de dejar que la vida vaya bajando a la hoja

Ejercicio de recoger y reconocer impresiones

Sentimientos, sensaciones

Memorias

Una larga vida se recoge en algunas pocas líneas

Una simple palabra resume años de experiencias y vivencias

Obra laboriosa con mucho de escultura

Arte cotidiana ejercida a muchas manos.

Conscientemente ejercer el derecho a recomponer la unidad de lo vivido

Una anotación en un cuaderno o libreta

Una frase de un libro

Una mirada

Una persona o la suma de todas las personas encontradas a lo largo del trayecto

Los paisajes vislumbrados en ya tantos caminos

Las esperanzas renacidas y rehechas cada vez que todo pareció perdido

Aquella fe tan tenue que contiene todo y sostiene todo

Podemos tenerla en la mano con un simple gesto de escribir

Observar, prestar atención

Guardar, transformar

Apropiarnos de este algo tan valioso que es este instante y todos los instantes.

Celebración

Aquí soy invulnerable

En mi lugar nada me puede dañar

Para esto me dispongo a lo más simple y efectivo

Me mantengo en la sensación y sentimiento de mí

Empiezo el día con el sol

Disfruto de la belleza circundante

Y esto me nutre, me alegra y me protege

Sentir es la clave

Ser es sentir

Sentirse

Sentirme sentirnos

La sensación placentera nos une con la eternidad

Esto es vivir en comunión con el todo.

El placer de ser es esencial e implícito

Basta ser consciente y disfrutarlo.

Entonces se disuelve toda rabia o reacción desmedida

Los miedos tienden a desaparecer o disminuyen

Al menos no impiden el movimiento

Me permito recibir cariño

Merezco ser feliz.

Hoy celebro mis 46 años de Brasil

Llegué un 8 de diciembre.

 

La risa es la capitana

Es donde mejor estoy

Respiro hondo

Estoy a mis anchas

No busco otra cosa

Dejar que la vida vaya bajando a la hoja

Tarde de calor

Flores en el campo

Y aquí en la ciudad

Vengo a ocupar mi lugar

Asumiendo la persona que soy

Los escritos me recogen y resumen

El rumbo de las horas es incierto

¿No cierto?

No tanto

El amor es el rumbo

No hay otro horizonte

La risa es la capitana

Acepto las fluctuaciones de la vida

Mis fragilidades

Me sostienen

No me exijo lo imposible

Mi fuerza es mi sentir

Simple así

Así de simple

La belleza me encanta

Ando por un borde

La vida son bordes

Bordan caminos

Tejen destinos

Así soy y llegué aquí.

 

Pertenecimiento e identidad

Escribiendo voy haciendo mi lugar. Recupero la noción de la persona que soy. Esto es poderoso. Muy fuerte realmente.

El entrelazamiento de actos, hechos, personas, lugares, libros, colores, sentimientos, que me compone. Esto al mismo tiempo permanece y cambia. Cambia y permanece. ¿Qué es lo que cambia, y qué lo que permanece? Solamente la atención consciente y la escucha activa, así como este ejercicio de ponerme en palabras, me permite la actualización contínua que me repone una sensación de continuidad y paz.

Pertenecimiento e identidad. Veo que las fuentes de fuerza que me sostuvieron en el pasado permanecen y cambian. Se agregan otras. Releer lo que he ido escribiendo me pone en contacto con la propia substancia de la vida. Estar aquí se hace entonces más pleno y placentero. El vivir se va renovando en un nacer contínuo.

Caminando

¿Hay algo más admirable, más sorprendente y tierno que la vida en todas sus formas?

Dejarnos tocar por esta maravilla creo que es todo lo que importa. No hacerlo es perder todo lo que tenemos, sin tener, ya que no podemos decir que tengamos la vida, sino que estamos vivos o vivas, si es que lo estamos, de hecho. Saber qué es esto me parece que es un intento constante, nunca terminado.

Lo que importa es vivir, y vivir con sentido. Darle sentido a la vida. Los caminos son muchos, lo que importa es insistir, no aflojar, dar un pasito más. En mi caso particular, lo que voy teniendo cada vez más, es un conocimiento de mi propia naturaleza. La persona que soy. Lo que fui haciendo de mí en esta ya larga jornada. Actualizando ese saber que se renueva a toda hora. Cada día es un desafío.

¿Cómo abrirme paso? ¿Cómo superar las barreras que la mente muchas veces crea, confundiendo, bloqueando? Miro hacia adentro y veo. Siento y me oriento. Entonces puedo caminar. Puedo seguir adelante.

Voces

Hora de contar alguna historia. Relatar alguno de los pasos que me trajo hasta aquí. Hablo en primera persona por el simple hecho de que me gusta asumir mi propia voz.

Ya adopté otras formas de comunicarme por escrito, en otros tiempos, cuando yo era el portavoz de un movimiento estudiantil en Mendoza, Argentina, el lugar de donde vengo. También fui dirigente sindical en João Pessoa, Paraíba, Brasil, donde vivo hoy. La voz colectiva tiene algunos tonos y alcances que tuve que adoptar debido al lugar que ocupaba. Hoy me toca hablar personalmente, cosa que nunca dejé de ejercer mientras fui profesor. Educar es para mí siempre un ejercicio de primera voz. Que aparezca la persona olvidada.

El tiempo me fue dando la razón. Hoy participo de un movimiento que es entrelazamiento, costura de tiempos y movimientos. Creo que en más de un sentido, todo movimiento lo es. Cosemos historias y somos cosidos, configurados o configuradas por ellas. La voz femenina aparece hoy creo que con más autonomía que en otras épocas, y esto es positivo. Y aquí ya va apareciendo un puente que creo que puedo o talvez deba seguir. El ser con. Ser con una mujer. Madre, esposa, hija, abuela, amiga. Estos tiempos son hoy para mí un solo tiempo. Probablemente esta constante se deba a mi propia naturaleza sensible y artística. Recuperar o reforzar, reinventar este lado naciente, creativo, es como estar haciendo que el fuego arda.

La cultura dominante quiere hombres sin sentimientos, pero no los hay. Sentimos. Sufrimos. Amamos. Lloramos, sí, como no, y mucho. Al día de hoy, se respiran nuevos aires en Brasil y en el mundo. La revolución que se procesa en Brasil irradia hacia países vecinos. Mostrar la cara. Decir quiénes somos, de dónde venimos, qué queremos, y qué no queremos de ningún modo. Lo que yo quiero es ser cada vez más entero, más yo mismo. Acercarme al mar tan próximo. Sentir la vida pulsar. El sol brillar. La lluvia caer cantando como lo hace en este momento. Contar la vida es guardarla. Con mis alumnos y alumnas jugábamos a contar nuestra vida.

Recuerdo como si fuera ahora, las clases itinerantes, las sesiones de cine, el libro colectivo, los recursos con los cuales nuestros encuentros semanales se hacían eternos. Hoy busco en esa memoria, en las memorias de mi tránsito por el mundo, la fuerza creativa. El impulso que me sigue llamando a vivir. A ocupar mi lugar en el mundo, a la edad que tengo y con las fuerzas de que dispongo. Volver al arte, seguir en esa sintonía con lo bello y cotidiano, la maravilla de estar vivo y naciendo a cada instante. Jugar con colores y letras sigue siendo mi predilección. ¿Cuál es la tuya? ¿Qué hacés para mantenerte vivo o viva? ¡Contanos tu historia! Así la voz colectiva, la voz comunitaria, se hace más potente.

¿Cómo no sería feliz si soy?

Esta pregunta afirmativa me repone a la totalidad que soy

Sentimiento y memoria

Sensaciones y colores

Multiplicidad diversa

Pluralidad unificada

Soy todo esto y soy feliz

Identidad y pertenecimiento

Razón e intuición

Imagen e idea.

Me desvío tanto cuanto puedo, de lo que me aparta de mi foco, centro y eje

La negatividad interna o externa

Lo que no me dice respecto

La vida ajena

Lo que confunde y engaña

Mi salud es una conquista diaria

Cuido la casa de Dios

El lugar que habito

Los afectos que me constituyen

La fe que me anima

Mi historia florecida.

 

Sentido

El espíritu se sumerge en la apatía a menos que sus invisibles tentáculos busquen constantemente una luz inalcanzable.” (Herbert Read, Imagen e Idea. La función del arte en el desarrollo de la consciencia)

Pensando en esta frase, veo lo que me orienta, lo que reúne y da sentido a mi vida. Es algo tan claro, que puedo verlo desde el origen de mi existencia. Ahora, que me encuentro en la etapa de ir arreglando las valijas para el viaje final, todo esto va siendo cada vez más evidente y concreto.

He hecho una lista de las cosas que me hacen bien, lo que me hace sentirme bien. Son cosas que voy haciendo todos los días. Así mi tiempo se mantiene ocupado y centrado en lo positivo y constructivo.

Son cosas simples, que voy recuperando diariamente. Andar por el barrio. Sentir esa sensación inigualable de bienestar en medio de lugares familiares, donde el tiempo parece haberse detenido.

Me doy cuenta de que mi malestar y rabia se debían en buena medida a confusiones a mi respecto, que sigo deshaciendo diariamente. No soy lo que creía ser. Soy lo que soy, alguien que va reuniendo el trabajo de toda una vida en algunas lecciones cotidianas.

Ahora que me veo focalizado y centrado en lo que me hace bien, mi tiempo se ajusta. Por supuesto que siento el paso del tiempo. Pero un paso por vez es bastante. Junto todo lo aprendido a cada instante.

Me siento más fuerte y feliz.

Imagen e idea. Volvemos al principio. Sol, solamente sol. Fuego. Luz. Esto es lo que ilumina y orienta. Lo que da la vida y la mantiene. Es algo muy simple y concreto.

¿Qué era lo que me movía como argentino en 1970? Estoy llegando a la casa de los 70 ahora. Era un sueño que alcancé. Un sueño que vivo hoy.

Soy un migrante. Un argentino que enfrentó a sus perseguidores en 1978. No quieran darme lecciones, que yo no viví al pedo.

Tener un lugar en el mundo. Esto lo conseguí. Lo que me mueve hoy es el amor. Una luz inalcanzable.

 

Vida consciente

La vida no es un hecho irrelevante. No es lo mismo vivir que morir. Desde temprano en mi vida, me di cuenta de que había gente alrededor, para quienes la vida no tenía demasiada importancia. Les daba lo mismo una cosa que otra. Para otros y otras, al contrario, estar vivo o viva tenía una significación especial.

Durante la pandemia, que coincidió aquí en Brasil con un régimen nazifascista, me sorprendió que había personas amigas, colegas, a quienes lo que estaba pasando no parecía tocarles demasiado. A mí, al contrario, ese tiempo de proximidad con la muerte, me revivió lo más precioso en mí.

El amor por la vida renació y sigue renaciendo como una floración continuada. La conciencia que yo tengo de este hecho, me aproxima íntimamente de cada instante. Todo tiene un valor incalculable. A medida que me sigo haciendo cada vez más consciente del valor de estar vivo, todo lo que hago se impregna de una cualidad especial. Intensidad.

Ternura. Una entrañable ternura. Una sensación sin igual, que me hace estar admirado todo el tiempo. El hecho de que yo esté de vuelta, después de larga ausencia –que no fue del todo tan ausente—le da un significado profundo al placer. La sensación de embelesamento que acompaña al disfrute de lo bello.

Saber que no soy perfecto, aceptarme, quererme bien. Saberme entero, todo. Reivindico todo mi ser, y sé que no estoy solo. Hay gente a quien escucho, que está en la misma tarea. Pude distinguir a quienes vivían o viven en el mundo del discurso, y que en la práctica actúan de manera totalmente desconexa.

Esto no lo digo por otro motivo que mi propia intención de ser entero. Presto atención a lo que escribo, a lo que vivo, a lo que siento, a lo que quiero. La totalidad es una realidad, y formo parte de ella, a mi manera.

Me fui haciendo consciente de esto a través del estudio y de la práctica. Nada enseña tanto como un día después de otro. Consciencia es saber de mí y saber del mundo. Es más que mera información. Es sentimiento preciso y precioso. Es una guía para el vivir.

Ilustración: Pinterest