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¿Cómo no sería feliz si…?

Cuando me hago esta pregunta, de inmediato viene todo lo que tengo y soy.

Haría aquí una lista, y la hago mentalmente, interiormente.

Diría que amo y soy amado.

Estoy vivo y sano.

Depende de mí fijarme en lo que tengo y me hace feliz, o en lo que falta y está mal.

Lo que me hace feliz está aquí a mi alcance. Me constituye, sostiene y rodea.

Lo que está mal está mal y listo. Hay que corregirlo, o dejar que lo corrija quien deba hacerlo.

Pero yo poner mi atención en lo que tengo y soy, en lo que me hace bien y me hace feliz, es cosa mía. Nadie lo puede hacer por mí.

Escucho una canción, oigo el canto de las aves y la lluvia. Siento el sol y veo la belleza de la calle en frente de casa.

Los espejos de agua dibujados sobre los adoquines. Alguien que pasa. Un vecino amable que me ayuda a cargar el auto.

Salgo a caminar y veo el cielo cargado de nubes. Mi vida pasada, la vida que viví hasta ahora y la que vivo ahora, me recoge y guarda.

¿Cómo podría decir que estoy triste o solo, si tengo todo lo que tengo y soy lo que soy?

No necesito pensar que debería ser diferente de como soy. Lo que necesito cambiar lo voy viendo en el pasar de los días, y en la escucha de personas queridas o próximas.

Así crezco y aparezco. Florezco. Como esos cuadros de árboles floridos por toda la extensión del paisaje. Un cuadro que me contiene y aquieta, anima y alegra.

Un poema, un cuadro y una frase. No necesito más.

El poema S. El cuadro de ciruelos en flor. La frase. ¿Cuál sería la frase? Va cambiando. Todo sale siempre bien.

En mi lugar

En mi lugar. En amor. En María. Dondequiera que esté, estoy en mi lugar. Esto es algo muy simple y verdadero.

Ahora escribo porque no puedo dormir. Muchas impresiones. Sentimientos. Sensaciones. Yo soy así, qué va´ser. Siempre fui así y ahora está más claro.

Consciencia es eso. Saber qué pasa, y qué es qué. Vivir esto, vivir así, es mi gloria. Choques generacionales.

Los viejos parece que debemos ser desafiados contínuamente por la juventud, que cree saberlo todo. Por ahí les doy un parate.

El día ya ha empezado y yo estoy aquí. Vos estás allí. Y esto es comunicación, o podría serlo. No banalizar la vida. No sé qué más escribiría, hasta que venga el sueño.

Si yo escribiera un libro, le llamaría así: En mi lugar. Mi lugar soy yo. Yo soy esto que está aquí. Algo que fue envejeciendo y sigue aprendiendo.

Estar aquí es mi conquista y mi fuerza. Es mi historia resumida y potenciada. Es lo que conseguí y consigo ser. El amor de una mujer. En esto se concentra todo lo que soy. Ser uno en amor y por amor.

Soy feliz y soy amado. Esto es mi centro y mi eje. Consciente de mi perecibilidad, que me eterniza. No sé si hay algo más allá de la muerte. Mi horizonte no es la muerte sino la vida.

No dejo de registrar, sin embargo, el paso del tiempo. Esto es lo que más me anima. Estar presente. ¡Presenten, armas! ¿Cuál es mi arma? La atención.

La atención al momento. La vuelta de la democracia en Brasil me ha traído un poco de paz. Al menos ha cambiado el clima nacional. Esto no es poco. Hay otra energía en el aire. Respiro mejor.

Estar en mi lugar ahora es un poco más fácil. El miedo por ahí como que le distancia a uno del presente. La tensión crea una barrera. En fin, creo que por ahora es esto. ¡Buen día!

Tomar la vida en serio

¿Qué podría llegar a ser tomar la vida en serio? Vivir intensamente. Disfrutar de lo que es estar aquí. Ser feliz.

Vengo de la playa de Cabo Branco. El barranco a lo lejos. La gente bajo las sombrillas. La sombra de las castañolas sobre la arena. Un espectáculo.

No me preocupa saber qué voy a hacer con mis escritos anteriores. Si los tengo guardados o no. Sé que los soy, hasta el punto en que mi memoria es fiel. Lo que me importa es saber que sigo viniendo en palabras.

Y sobre todo leer. Leer mucho. Libros y a mí y al mundo en que vivo. Leer mucho no es necesariamente leer muchos libros, aunque esto también sucede. Es dejarme llevar por lo que leo. Ir allá, que es acá u otros lugares.

Ampliar mi mundo. Reconocerme. Tranquilizarme. Llenarme tanto de mí y de todo que ya casi mi dentro y mi afuera sean una sola y la misma cosa. Yo guardado en el tiempo y en el mundo. Esto es lo que venido haciendo y sigo haciendo.

Una escultura infinita que ya estaba o que fui haciendo y sigo haciendo. El mar por ahí la disuelve y renazco hasta la próxima oleada. El sol me cubre y me dejo llevar por el viento hasta aquí de nuevo.

Diario

Diario. Un lugar para mí.

Uma posibilidad para ser yo la persona que soy, más allá de las presiones sociales que, como sabemos, son potentes e inevitables, llevando muchas veces a la anulación o, al menos, a la deformación de la persona y de la personalidad.

Estar yo en mi lugar y ser yo la persona que soy, en la infinita o al menos enorme variabilidad de dimensiones que me componen y habito, es lo que me hace llevar un diario. Un lugar donde estoy a gusto, más allá de intentos por agradar o provocar no sé qué impresiones en quien quiera que sea.

Muchas veces la violencia nace de la falta de sí, la ausencia de un espacio interno aceptable. Este lugar de la persona no puede ser negado. Tenemos derecho a existir, y esto tiene un significado concreto.

Que tengamos que coexistir y hacer concesiones o modificar comportamientos en el encuentro muchas veces conflictivo con las demás personas, no significa que debamos cancelarnos por el hecho de vivir en relación. La vida es hasta el final. No cesa, o no debe cesar antes de tiempo.

Me empeñé como profesor, y sigo empeñándome como escritor, en estimular y promover, habitar propiamente, el espacio del ser. El lugar de la persona. Esto me pone en primer lugar, en el sentido de que a todo momento y en cualquier circunstancia, mi prioridad es seguir siendo yo mismo.

La tarea de encontrar y habitar el propio lugar es incesante y no puede ser postergada. De ahí que la atención a la vida, el cultivo de lo que nos hace bien y nos alegra, lo que nos hace felices y plenos o plenas, sea un objetivo central y propriamente vital.

No ceder en lo esencial, aunque muchas veces tengamos que hacernos a un lado o dejar pasar algo que podría dañarnos. Recuperar el sentido de las palabras es algo a lo cual el diario nos va acostumbrando.

¿Qué quiero decir cuando digo algo? ¿Sé lo que estoy diciendo, o meramente repito lo que escucho o lo que veo por ahí, en las redes sociales? Brasil ha vuelto en sí. El país vuelve a sí mismo. La gente ha venido también volviendo a sí y en sí.

Leo mucho, siempre leo mucho y me leo en lo que leo y en lo que escribo, en lo que sucede. Lo bello tiene un lugar primordial como fuente de vida y de energía. Descubrir esto y aceptarlo, cultivarlo, es una sola cosa. Amar da trabajo, y exige una actitud de apertura y creatividad constante.

Es más fácil odiar, pero esto me destruye. No quiero destruírme. Estos últimos 10 años en Brasil han sido de resistencia y de construcción de espacios de supervivencia. Esto deberá continuar en el retorno a la democracia. La liberación no es automática.

No se trata de repetir lo que otras personas dicen o hacen. Es más bien un volverse continuamente a las fuentes de la vida y del amor. Un despertar constantemente a lo que es verdadero, a lo que está aquí. El arte, la poesía, la escritura, son cruciales en este empeño.

La pasividad consumista, la actitud meramente sumisa a autoridades externas, imbeciliza, nos extraña de nosotros mismos, mismas. La vida es un soplo. En un instante pasa y se va. Alegría es imprescindible para ser feliz. ¡Buen día, Brasil! ¡Buen dia, humanidad! De vuelta estamos de vuelta.

Mi victoria

Sube y baja. Sol y sombra. Lágrimas y risa. Canto y encanto

Me visitan memorias de violencias pasadas

Abusos impunes

Autoritarismo en varios espacios

¿Qué hice, qué hago con esto?

Lo dejo salir

Lo hago colores y cantos

Encanto me sobra

Para saber que el mundo en que vivo no es un mar de rosas

Tampoco es una fosa

Lloro, llanto

Y mi niño llora y llora

Lo anido y lo acuno

Ya creciste, le digo

Te hiciste un hombre

Sube y baja

Hay veces que se hace de noche durante el día y lloro

El recuerdo del infierno prevalece

Me toca dejar la basura en la basura

Y guardar como un tesoro

Mi victoria

Mis ganas de vivir, amar y ser feliz

Vencieron lo que el ingenio del mal

Quiso imponerme.

Mi frecuencia es la que sostiene al universo

Brotan las plantas y vuelan las aves

Y yo soy ese arco-iris que va y viene

Después de la lluvia y durante la lluvia

Llueve, niño, llora

Que tus lágrimas atesoran aquél tesoro que no puede ser robado.

Confianza

La confianza se construye todos los días. A toda hora. En todos los momentos

A todo instante

No consiste en enfrentar y vencer siempre

A veces hay que dejar pasar un toro furioso

Gambetear algo que se presenta como peligroso

Dar un paso al costado o un paso atrás

La victoria puede ser dejar de enfrentar cuando esto es lo más favorable

No me condeno por no ser superman

No me culpo más

Me comprendo más

Soy consciente de quién soy

Amar da trabajo

La vida es un aprendizaje contínuo

Mis fuentes de fuerza son diversas y efectivas

No estoy solo

Elegí ser feliz.

Me miro y me veo. Me amo y soy amado. Me veo más que me pienso. Esto me descansa. Reposo.