Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
La edad que tengo y el modo como me encuentro crean una situación en que veo las cosas y la vida de un modo singular. Así fue en otras edades también. Pero ahora quiero referirme en particular, a la perspectiva que se tiene cuando la vida está por un hilo. Esto me ha pasado ya muchas veces a lo largo del camino. Estar por un hilo.
Sea por el motivo que fuera, había de hecho, y hay, algo que no puedo dejar de tomar en cuenta. No tengo mucho tiempo. Esto pone las cosas en una manera característica. Todo gana su justo valor. Lo que es despreciable se muestra como tal. Lo que es falso se ve de manera indudable como falso. No engaña. Vos podés engañarte y creer que me engañás.
Pero yo dediqué mi vida al arte de ver la realidad. A deshacer embustes, engaños y mentiras. No quiere decir que no me equivoque también. Pero hay un sentir, una sensación, un aviso, una percepción, que me hablan con claridad. Y sé cuando estás mintiendo, así como sé también cuando estás intentando engañarme.
Saber y sentir que no tengo mucho tiempo está a mi favor, una vez más. Así fue ayer, en los sucesivos ayeres que hoy están encuadernados en este ahora. Este instante fecundo e intenso. Precioso como nada más en este mundo, te lo puedo asegurar. Esta es la perspectiva que ahora tengo.
Y no solamente por la situación en que me encuentro, sino también por el hecho de que estoy todo aquí, más que antes aún. Mucho más que antes, o tanto cuanto. Ahora tengo menos motivos para fingir, si es que alguna vez los tuve. Sigo con la misma cara de siempre. Más marcada, sin duda.
Las líneas que se dibujan en mi piel son la señal de mis caminos. Y en esta hora tan singular, aprecio aún más lo que siempre tuve como el mayor bien. Ver las cosas como son. Ser el que soy. Cada vez más yo mismo. Esta fuerza se sigue acentuando a medida que el tiempo pasa.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
El conocimiento que no sirve para liberar, no sirve. Yo sé por qué y para qué estudié sociología. Quería sociabilizarme. Hoy han pasado tantos años desde aquellos días iniciales, y sin embargo mi objetivo, el sentido de esta acción basada en el conocimiento, sigue siendo el mismo.
Es cierto que había un contexto de cambio social. Una expectativa de revolución en la Argentina. Liberación significaba desalienación, toma de conciencia, inclusión social. Sigo pensando lo mismo.
Hoy como ayer sigo creyendo que la sociología solamente se atiene a los fines para los cuales fue creada, cuando y si colabora para que las personas se liberen. Sepan quién son, cuál es su valor, el sentido de su vida. Nunca entendí la sociología como un ejercicio meramente especulativo, intelectual, teórico.
Al contrario, para mí significaba y continúa significando, una inmersión en la práctica de modo a cambiarla. De manera que cada vez seamos más felices, más plenamente auténticos o auténticas. Más integrados o integradas en una aspiración humana de desarrollo total de todas nuestras potencialidades y dimensiones.
En mi trabajo docente siempre estimulé a que mis alumnas y alunos, y yo mismo, cooperásemos en una elevación de nuestra calidad de vida. Hubo quienes, acostumbrados a un ejercicio pasivo de la permanencia en sala de clase, se quejaran de que eso no era clase. Querían que yo les dijera qué deberían investigar.
Lo que sé es que mi paso por las universidades no se disoció de mi sentido original. Lejos de los modismos de esta o aquela tendencia o militancia, nunca milité en nada. Me limité y sigo limitándome a ser cada vez más una persona más libre, porque más dueño de mí, menos esclavo de las determinaciones externas.
Esto lo tuve en claro desde el comienzo. Sólo el trabajo en común libera. El sentimiento une, crea comunidad. Si no vamos en esa dirección, en la dirección del amor, que es lo permanente y da sentido a la vida, todo será vano. Estas palabras tienen un sentido y una oportunidad. La vida es muy breve. No importa cuántos años vivamos, un día nos vamos.
Estos años en Brasil, desde el golpe de estado de 2016, han sido de un retroceso brutal en lo que se refiere a las condiciones de vida de las personas. Retirada de derechos, hambre, mentiras, calumina, persecución política, abuso de poder. Todo esto puede ser revertido, si las personas despiertan.
Educar es ver, es sentir, es ser responsable. Volvamos a ese camino. No puede ser que la ignorancia y la brutalidad sigan imperando. El trabajo debe volver a ser el eje de la vida social. No el parasitismo, no la burla descarada al sufrimiento humano.
El estado y las instituciones deben estar al servicio de quienes trabajan, así como de las jubiladas y jubilados, y no al contrario. ¡Vamos a poner las cosas en su lugar! No existe disociación entre pasado y presente. Es imposible negar la historia, negar la ciencia, la filosofia, la cultura.
La vida es un camino ascendente, no descendente. Quien ama la tristeza es el diablo. ¡Vamos a ser felices! No importa qué tiempo de vida tengamos. Un día, un año, el tiempo que sea. ¡Que sea pleno! Piense, elija, decida, reflexione.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/