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Valor

Valor

Ganas de escribir alguna cosa, nomás

Talvez alguna historia o sentimiento, una sensación, un momento

Uno de esos acontecimientos, no te miento

Que de pronto vienen así como si dijéramos

Armando un mosaico

Andar por ahí por el veredón

Ver el mar y la gente

Las palmeras y de repente

¡Felicitaciones, doctor!

¡Quiero llegar a su edad!

Y yo que ya ando con mis setenta flamantes

Junto este elogio

A los que me valorizan y agradezco.

Una historia de sobrevivencia

Sin duda.

Positivar la vida

Impresiones de una tarde

Bellezas que dejan rastros

Morenas y blancas

Los barcos bañados por el sol

Un arcoiris en el cielo

Positivando la vida

Rostros yendo y viniendo

Una lluvia pasajera

Sentados en el veredón de la beira-mar.

Impresiones del día siguiente

La belleza al frente

Escoger esa fuerza que anima

Animarse a ser feliz

Decidir que sí

A pesar de todo ser feliz

Puedo liberarme y me libero de la prisión del odio

La bronca y la rabia no pueden ser el pan de cada día

Dejar que lo bello llegue y me envuelva

Una voz, una proximidad, un recuerdo

Dejarme poblar por lo que hace bien.

Le pido a Dios con toda la fuerza de mi corazón

Que me mantenga en el rumbo positivo y amoroso todo el tiempo de mi vida

Nada me impidió de llegar hasta aquí

Ni me va a impedir de seguir siendo yo feliz.

Ilustración: “Naciendo”

Celebración

Aquí soy invulnerable

En mi lugar nada me puede dañar

Para esto me dispongo a lo más simple y efectivo

Me mantengo en la sensación y sentimiento de mí

Empiezo el día con el sol

Disfruto de la belleza circundante

Y esto me nutre, me alegra y me protege

Sentir es la clave

Ser es sentir

Sentirse

Sentirme sentirnos

La sensación placentera nos une con la eternidad

Esto es vivir en comunión con el todo.

El placer de ser es esencial e implícito

Basta ser consciente y disfrutarlo.

Entonces se disuelve toda rabia o reacción desmedida

Los miedos tienden a desaparecer o disminuyen

Al menos no impiden el movimiento

Me permito recibir cariño

Merezco ser feliz.

Hoy celebro mis 46 años de Brasil

Llegué un 8 de diciembre.

 

Elección

La guerra no para

Continúa subreptícia
Resignifico lo vivido
Estar vivo
Gana otro valor
No sería necesario tanto dolor
No es necesaria tamaña agresión
Tanta violencia es absurda
Abominable
Amar es mejor
Prefiero amar
Amar da trabajo
Ennoblece
Embelleza
Encanta

Integra.

Habilitar la vida eterna

Habilitar la vida eterna. El tiempo ininterrupto.

Ver las aves sobre los cables en frente del departamento donde vivo, en su movimiento. Salir a buscar las otras bellezas que animan y alegran la vida. Un día es todos los días uno a uno, en una colección interminable que, sin embargo, tiene un fin. No me queda otra cosa que habitar esta casa, este lugar móvil que soy. Me nutro de la conexión con gente en movimiento.

Así me voy anidando en la existencia mayor que, para mí, está más bien a mi alcance. Lo demás, lo que no es esto, es adentrarse en una sucesión de penas infinitas. Voy preservando y ejerciendo mi identidad, mi manera única de ser y de estar en el mundo. Ser parte y formar parte es lo que me es posible.

Foto: Mundo Educação-UOL

Centramiento

Hay algunos hechos que tienen una fuerza especial. Uno de ellos, el de estar sintiendo muy fuertemente mi pertenecimiento. Pertenecer a una red, o varias entrelazadas.

Haberme hecho un lugar para mí, lo cual significa muy concretamente, que me amo más, que evito maltratarme, que me centro en lo que amo y me hace bien. Esto lo vengo construyendo consciente y deliberadamente desde el año 2000.

Ahora disfruto de la sensación de estar en este lugar de acogimiento que soy yo mismo y mis redes. Tengo más noción de la persona que soy. Orgullo de mi origen. Consciencia de mis limitaciones que me recuerdan que soy humano.

El tener una relación más amorosa conmigo mismo es, de lejos, lo más precioso que me está sucediendo. Disminuyo tanto cuanto puedo, las cobranzas, la autoexigencia desmedida, la crítica que no es mía, sino fue implantada como mecanismo de dominación.

El tiempo es brevísimo. Es de una fugacidad que me hace atesorarlo como un bien invalorable. Trabajo para que el tiempo que me quede, siga siendo tan o más precioso que este instante.

Entonces escribo, leo, publico, disfruto de la belleza, admiro la realidad en su extraordinaria variedad, que reconozco dentro mío. Agua. Río. Lluvia. Sol. Soy. Así me defiendo de la dispersión que por ahí me lleva a lo que no me dice respecto. Atención, intención, centramiento en el bien y la justicia. Por ahí voy.

Continuidad de la vida

El tiempo se viene compactando. La experiencia se viene compactando. Todo lo vivido se reúne y fortalece. Resplandece y me guía y alimenta.

Lo que me toca vivir hoy se intensifica. Cada momento es más pleno, irradiante. Este tiempo es más mío. Soy más esto. No me pego a lo pasado, lo traigo conmigo como aprendizaje.

Mi confianza se nutre de la claridad de lo aprendido. Mi tiempo hoy es multiplicado. Condensado. Me siento más fuerte. Mis sentidos son los puentes, lo que me conecta y orienta.

La multiplicidad que me compone es semejante a la que me rodea y contiene. Estar aquí es estar bien. Es bueno estar aquí. Me siento bien. Me hace bien. Me siento más acogido ahora que reconozco mi diversidad. Ser, familia, comunidad interconexión.

Continuidad de la vida. Circularidad. Todos y todas pertenecemos a la tierra. Todos y todas somos parte de un solo ser. Identidad es pertenecimiento. Andar por el mundo, por el barrio, estar con gente, me devuelve una sensación de inclusión. Soy parte y formo parte.

Ese tejido cotidiano de seres humanos que trabajan y desarrollan sus vidas en tiempos intercruzados. Volví a integrarme de manera más flurte en este espacio al jubilarme de la universidad. Juntarme con gente de la salud mental comunitaria, primero, y, en seguida, integrarme a la acción de la Terapia Comunitaria Integrativa.

Ya han pasado más de 23 años desde este movimiento. Recuperar ahora la sensación, las sensaciones y sentimientos, que fui experimentando a lo largo de esta trayectoria, tiene para mí un efecto sin igual. Conocí una Argentina diferente, que ni sabía que existía. Movimientos de barrio integrados con la universidad.

Conocí, sobre todo, a mí mismo, al sumegirme en ese tejido rico y diverso, móvil y cambiante, de personas de distintas profesiones y lugares sociales, interconectadas en una acción común que humaniza. El tiempo adquiere otra vez, como en tiempos de infancia y juventud, y aún después, una calidad acogedora.

Ya no es el tiempo externo, impuesto. No es el discurso de la disociación, el miedo ni la desconfianza, sembrado por los medios de comunicación. Es una suspensión de la muerte, un sumergirse en una dimensión contínua y esperanzadora, para usar una expresión aproximada. Son sensaciones nuevas reencontradas. Estas experiencias las he compartido en mis libros publicados a partir de 2013, muchos de los cuales son accesibles on line, gratuitamente.

No necesito envenenarme, por lo tanto, con la prédica perversa que vacía lo próximo y lo cercano, invadiéndolo con relatos contínuos de lo que rompe la fe, la confianza, la solidaridad, el sentido del vivir. El tiempo va pasando. No necesito saber de hechos policiales, judiciales, criminales, bélicos, incesantemente. Más bien me alimento de exactamente lo contrario. La confianza, la construcción colectiva, el arte y la belleza en sus múltiples y variadas formas, y sobre todo, el proyecto y programa de la felicidad. Es posible la vida. Fueron 23 años que florecen otra vez, todos los días.

Ilustración: “Flores después de la lluvia”

Desexigiendo

Desexigiendo. Tarde de descanso. Aflojo la presión a cumplir obligaciones. Dejo todas las que puedo.

Cumplo con lo imprescindible. La sobrecarga de demandas autoimpuestas me hace daño. Presión. Cansancio. Desasosiego.

No es necesario este maltrato. El camino inverso es el que recorro en este momento. Confianza. Amarillo. Todo converge a mi favor. Sólo a mi favor.

Pongo la atención en lo que me importa. Estar bien. Sentirme bien. Dejo que vayan bajando aquí aquellas cosas que son para mi bienestar.

Menos presión. Menos exigencias. Atender lo indispensable. Esto no cuesta, o aunque cueste, se puede realizar.

Dejo deliberadamente, ciertas evocaciones dañinas que se me han pegado. Quisiera poder eliminar por completo esos recuerdos. Lo que he conseguido hasta ahora, es ponerlos en su lugar.

No son cosas mías. Respiro hondo. Medito. Me relajo. Voy hacia lo que me hace bien. Es el tesoro de mi corazón.

El amarillo condensa y resume, reúne todo lo que es valioso. Es el sol, es la luz, el fuego. Es la fuerza de lo bello, lo que anima, lo que moviliza y encanta.

Nada de esto debe ser forzado. Viene de por sí. Cambio de actitud, es lo necesario. Ver soltando la mirada.

No diré que sea sin expectativa, porque la intención es disfrutar lo bello. Es saber que depende del modo de mirar, que ese placer se realice.

La confianza sigue siendo la clave. Saber que sí, que ese modo de mirar es accesible. Se apoya en la certeza de saber que el bien no necesariamente se alcanza a través de esfuerzo máximo.

Al contrario, podemos tenerlo mediante una humilde aceptación de quien somos y de lo que podemos a cada instante.