Hay algunos hechos que tienen una fuerza especial. Uno de ellos, el de estar sintiendo muy fuertemente mi pertenecimiento. Pertenecer a una red, o varias entrelazadas.
Haberme hecho un lugar para mí, lo cual significa muy concretamente, que me amo más, que evito maltratarme, que me centro en lo que amo y me hace bien. Esto lo vengo construyendo consciente y deliberadamente desde el año 2000.
Ahora disfruto de la sensación de estar en este lugar de acogimiento que soy yo mismo y mis redes. Tengo más noción de la persona que soy. Orgullo de mi origen. Consciencia de mis limitaciones que me recuerdan que soy humano.
El tener una relación más amorosa conmigo mismo es, de lejos, lo más precioso que me está sucediendo. Disminuyo tanto cuanto puedo, las cobranzas, la autoexigencia desmedida, la crítica que no es mía, sino fue implantada como mecanismo de dominación.
El tiempo es brevísimo. Es de una fugacidad que me hace atesorarlo como un bien invalorable. Trabajo para que el tiempo que me quede, siga siendo tan o más precioso que este instante.
Entonces escribo, leo, publico, disfruto de la belleza, admiro la realidad en su extraordinaria variedad, que reconozco dentro mío. Agua. Río. Lluvia. Sol. Soy. Así me defiendo de la dispersión que por ahí me lleva a lo que no me dice respecto. Atención, intención, centramiento en el bien y la justicia. Por ahí voy.
El tiempo se viene compactando. La experiencia se viene compactando. Todo lo vivido se reúne y fortalece. Resplandece y me guía y alimenta.
Lo que me toca vivir hoy se intensifica. Cada momento es más pleno, irradiante. Este tiempo es más mío. Soy más esto. No me pego a lo pasado, lo traigo conmigo como aprendizaje.
Mi confianza se nutre de la claridad de lo aprendido. Mi tiempo hoy es multiplicado. Condensado. Me siento más fuerte. Mis sentidos son los puentes, lo que me conecta y orienta.
La multiplicidad que me compone es semejante a la que me rodea y contiene. Estar aquí es estar bien. Es bueno estar aquí. Me siento bien. Me hace bien. Me siento más acogido ahora que reconozco mi diversidad. Ser, familia, comunidad interconexión.
Continuidad de la vida. Circularidad. Todos y todas pertenecemos a la tierra. Todos y todas somos parte de un solo ser. Identidad es pertenecimiento. Andar por el mundo, por el barrio, estar con gente, me devuelve una sensación de inclusión. Soy parte y formo parte.
Ese tejido cotidiano de seres humanos que trabajan y desarrollan sus vidas en tiempos intercruzados. Volví a integrarme de manera más flurte en este espacio al jubilarme de la universidad. Juntarme con gente de la salud mental comunitaria, primero, y, en seguida, integrarme a la acción de la Terapia Comunitaria Integrativa.
Ya han pasado más de 23 años desde este movimiento. Recuperar ahora la sensación, las sensaciones y sentimientos, que fui experimentando a lo largo de esta trayectoria, tiene para mí un efecto sin igual. Conocí una Argentina diferente, que ni sabía que existía. Movimientos de barrio integrados con la universidad.
Conocí, sobre todo, a mí mismo, al sumegirme en ese tejido rico y diverso, móvil y cambiante, de personas de distintas profesiones y lugares sociales, interconectadas en una acción común que humaniza. El tiempo adquiere otra vez, como en tiempos de infancia y juventud, y aún después, una calidad acogedora.
Ya no es el tiempo externo, impuesto. No es el discurso de la disociación, el miedo ni la desconfianza, sembrado por los medios de comunicación. Es una suspensión de la muerte, un sumergirse en una dimensión contínua y esperanzadora, para usar una expresión aproximada. Son sensaciones nuevas reencontradas. Estas experiencias las he compartido en mis libros publicados a partir de 2013, muchos de los cuales son accesibles on line, gratuitamente.
No necesito envenenarme, por lo tanto, con la prédica perversa que vacía lo próximo y lo cercano, invadiéndolo con relatos contínuos de lo que rompe la fe, la confianza, la solidaridad, el sentido del vivir. El tiempo va pasando. No necesito saber de hechos policiales, judiciales, criminales, bélicos, incesantemente. Más bien me alimento de exactamente lo contrario. La confianza, la construcción colectiva, el arte y la belleza en sus múltiples y variadas formas, y sobre todo, el proyecto y programa de la felicidad. Es posible la vida. Fueron 23 años que florecen otra vez, todos los días.
Desexigiendo. Tarde de descanso. Aflojo la presión a cumplir obligaciones. Dejo todas las que puedo.
Cumplo con lo imprescindible. La sobrecarga de demandas autoimpuestas me hace daño. Presión. Cansancio. Desasosiego.
No es necesario este maltrato. El camino inverso es el que recorro en este momento. Confianza. Amarillo. Todo converge a mi favor. Sólo a mi favor.
Pongo la atención en lo que me importa. Estar bien. Sentirme bien. Dejo que vayan bajando aquí aquellas cosas que son para mi bienestar.
Menos presión. Menos exigencias. Atender lo indispensable. Esto no cuesta, o aunque cueste, se puede realizar.
Dejo deliberadamente, ciertas evocaciones dañinas que se me han pegado. Quisiera poder eliminar por completo esos recuerdos. Lo que he conseguido hasta ahora, es ponerlos en su lugar.
No son cosas mías. Respiro hondo. Medito. Me relajo. Voy hacia lo que me hace bien. Es el tesoro de mi corazón.
El amarillo condensa y resume, reúne todo lo que es valioso. Es el sol, es la luz, el fuego. Es la fuerza de lo bello, lo que anima, lo que moviliza y encanta.
Nada de esto debe ser forzado. Viene de por sí. Cambio de actitud, es lo necesario. Ver soltando la mirada.
No diré que sea sin expectativa, porque la intención es disfrutar lo bello. Es saber que depende del modo de mirar, que ese placer se realice.
La confianza sigue siendo la clave. Saber que sí, que ese modo de mirar es accesible. Se apoya en la certeza de saber que el bien no necesariamente se alcanza a través de esfuerzo máximo.
Al contrario, podemos tenerlo mediante una humilde aceptación de quien somos y de lo que podemos a cada instante.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Vengo buscando vivir más en mí mismo. Menos pendiente de lo que pasa afuera. Que si me saludan o no me saludan. Si soy o no reconocido. Si hacen ruido o ponen la música a todo volúmen.
Por supuesto que todo esto tiene que ver con una búsqueda personal de una vida integrada. Lo que hago es cada vez más lo que soy. Un reflejo de la unidad que voy alcanzando.
La mirada poética es lo que he venido desarrollando como un recurso para alcanzar este objetivo. Ver las cosas de maneras diferentes. Abrir espacio para otras perspectivas.
De tanto mirar siempre en la misma dirección y del mismo modo, ya no veía más nada. Era solamente una repetición de lo que ya sabía o creía.
Ver de otras maneras, en cambio, me está permitiendo recuperar una noción de unidad de mi vida.
Voy teniendo una sensación más completa de la persona que soy. Un aterrizaje en el presente. Una llegada en gran estilo.
Estar aquí plenamente.
En este proceso, son de una ayuda inestimable, varios recursos. La visión interior, el ver hacia adentro y desde dentro.
Los colores y las flores. La focalización en lo que siento y veo, en lo que quiero, en lo que le da sentido a mi vida.
Así voy más en una dirección consciente, en vez de estar como si dijéramos, a merced del viento.
Esto lo voy consiguiendo en buena medida abriéndome al diálogo. Escuchando más, suponiendo menos.
La conciencia del tiempo sin igual que estoy viviendo, creo que también aporta lo suyo.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Frecuencia sensible. Vengo buscando esta frecuencia. Tiene que ver con belleza. Es algo a lo que vengo acostumbrándome cada vez más. La singularidad de la mirada. La belleza está en el mirar.
Veo belleza si la busco. Si la busco, la encuentro. Al haber tomado esta decisión de ir en busca de lo que me hace bien, me voy apartando de lo que me dañaba. La fijación en lo negativo. La crítica, la censura, la condena. Empezando por la que hacía contra mí mismo. El perfeccionismo. Lo inalcanzable. La programación para el sufrimiento. Esto no puedo atacarlo o modificarlo a no ser en mí mismo. Dejo de agredirme.
Me acepto como soy. Incorporo una meditación breve y efectiva, que encontré en un artículo de la Clínica Mayo, en la internet. Acepto el amor de quien me ama. Es gente en casa y en la calle. Esto me divierte y me alegra. Es una aventura. Un descubrimiento. Un reencuentro. Me encuentro otra vez conmigo mismo. El placer se presenta de maneras particularizadas. El aprecio que tengo por ciertas formas de belleza, es singularizado. Esta individuación es el puente, es lo que une.
Guardo la memoria de muchas formas bellas que han quedado en mi sentimiento. Cosas de chico y después, hasta ahora. Amarillo sobre fondo rojo. Esto no me hace invulnerable, pues todavía de vez en cuando caigo en las trampas de la sobre-exigencia. Pero me perdono. Me digo que soy humano y me perdono, una y mil veces.
Haber descubierto que el placer es siempre singular y no padronizado o genérico, me llena de alegría. Me permito disfrutar y disfruto. De la manera como hoy me es posible. Una película, una lectura, una flor, lo que veo.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/