Siempre me llamó la atención, desde temprano en la vida, el excesivo espacio dado a lo que no sirve, a lo que anda mal, a lo que no es como debería ser. No es que crea que debamos aceptar todo o estar de acuerdo inclusive con lo que nos hace mal. Para nada.
Tenemos que defendernos, sí, como no, de lo dañino. Esto es imprescindible. Pero de ahí a pasarnos la vida prestando atención a lo malo, a lo inútil, a lo que no sierve para nada, hay mucha distancia. La escena política, así como la prensa y las redes sociales, son un ejemplo gritante de esto. ¿Y ya no voy yo yendo por el mismo camino?
Lo que estoy tratando de decir, a ver si lo digo de una vez por todas, es que en algún momento, o en todos los momentos, tenemos que poner el foco en lo positivo, lo que queremos, los sueños que nos mueven, aquello que le da sentido, sabor y placer, alegría y felicidad a nuestra vida.
Para mí el arte, el buen humor, la fe, la oración, el mero andar por el mundo como quien está disfrutando de estar vivo, de pronto me llenan de bien estar, bien sentir. El poner las energías en una dirección constructiva, una meta a alcanzar, algo a conquistar, me resulta inmensamente sanador.
El hacer juntos, juntas, movernos en comunidad hacia metas superadoras, una vida más plena, se parece mucho con el paraíso. Mirando ahora desde la perpectiva del camino recorrido, me viene una sensación como de paz, tranquilidad. El crepúsculo tiene mucho de eso. Una luz que precede a la noche.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Yo no consigo comprender el desprecio a la vida. La vida es todo lo que tenemos. Cada vida humana es la suma de incontables esfuerzos y cuidados.
No me refiero solamente al desprecio por la vida que se expresa en la actual pandemia, tanto por parte de gobernantes como también por parte de sectores de la población.
Si no quieren la vida ¿qué quieren? Cada minuto es precioso. Cada momento es una posibilidad de admirarnos frente a la belleza de la creación. Vivir es un desafio que atiza mi curiosidad.
El panorama de lo que viví hasta hoy me llama la atención. iCuántos caminos! iCuántas luchas! iCuánto trabajo para llegar a alcanzar mis sueños! Sueños que guardo en mi corazón y me alimentan. Me sostienen.
Amor, familia, comunidad, amistad, arte, poesía, pintura, dibujo, belleza, fé, oración. Esto es lo esencial. Es bastante. En realidad me admira haber llegado hasta aquí.
Sólo le pido a Dios que me de fuerzas y lucidez para seguir adelante. Un día por vez.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Estar acá en este espacio de los afectos, después de un año en el que hemos tenido que acostumbrarnos a vivir más en casa, adentro de nosotrxs mismxs y en el mundo más cercano, descubriendo que todos los contactos son presenciales si es que estamos presentes.
Reuniones familiares on line, clases on line, reuniones de Terapia Comunitaria Integrativa on line. Esperar que este año nuevo ya empezado nos encuentre dispuestxs a seguir construyendo día a día, minuto a minuto, un mundo mejor.
Más amoroso, más justo, más bello. La vida sigue siendo ese transcurrir incesante hacia algo de uma bondad infinita que nos envuelve y nos espera al final del camino. No olvidar el arte, la contemplación, la oración, la solidaridad, como medios que nos integram en lo eterno.
Leo tanto que de pronto no sé en cuál de los libros que estoy leyendo encontré una palabra que ahora resuena insistentemente en mí. Descansar. Descanso.
Aflojar esa presión insistente que contínuamente empuja hacia la acción. Hacer. Hacer. Hacer sin cesar. Está perfecto hacer. Es hermoso. Crear. Trabajar. Moverse. Ir de un lado a otro.
Sucede sin embargo que ahora al redescubir una vez más que además de hacer puedo descansar, estoy feliz. Puedo hacer o no. Puedo ir o no. Puedo hablar o callar.
Veo que hay un mecanismo compresor en actividad permanente. Yo no necesito, sin embargo, estar presionándome todo el tiempo. Eso es locura.
Puedo introducir una pausa que me permita ver si quiero o no hacer algo, sea un hacer externo o interno. No necesito responder de imediato a una pregunta que escucho. Puedo ver si hay respuesta o no.
No necesito actuar en automático todo el tiempo. Puedo nuevamente ver si es necesario o no, si quiero o no, si me gusta o no, si es o no el momento. O sea, en pocas palabras: puedo ser yo en vez de un robot.
Si descanso me alimento de la fuente de la vida, que es poesía. Poesía es más que los poemas. Es ese lugar adonde estoy cuando simplemente me permito disfrutar del mero estar vivo.
La vida es más que acción. Es también reflujo a lo eterno. Habitación en lo que que sostiene todas las cosas. Cuando descanso estoy en ese lugar eterno, en esa frecuencia.
Entonces veo que muchas veces me disgusto o no estoy bien, porque simplemente no soy yo quien está ahí. Es uno que se obliga a cumplir órdenes todo el tiempo. Yo puedo liberar a ese prisioneiro.
Sólo depende de mí si este instante es o no mío. Si es mío no hay tensión o casi no la hay. Es más un dejarme venir. Un dejarme estar. Un ir yendo. Un estar siendo.
Entonces la existencia y la convivencia dejan de ser un terreno de ataque o defensa, sumisión o imposición. Es nomás estar donde estoy, en mi lugar. Un lugar definido y preciso. Precioso.
He recorrido un largo camino para llegar hasta aquí. No tengo más apuro por nada. Y aún si algo urgente me requiriera, sólo lo podré atender si estoy en mí, tranquilamente.
Esto me tocó verificar recientemente. Un pariente en casa necesitando atención de emergencia en salud. Fue posible proveer a ese auxilio especializado activando el servicio de urgencia que lo vino a socorrer.
Dejar que la vida vaya yendo. Yo hago mi parte, y sé que el auxilio divino es permanente. Me ha tocado comprobarlo en circunstancias de riesgo extremo.
Hoy sé que la situación en que vivimos colectivamente es riesgosa. No dejo de dirigirme constantemente hacia esa luz que brilla sin cesar dentro de mi corazón y alrededor.
En ella encuentro una fuerza serena y segura que me mantiene en un estado de atención y confianza. Esa luz es lo que sostiene todo lo que existe y anima la vida en todas sus formas.
Es el Dios en que creo. Un Dios cotidiano al que aprendí a reconocer desde niño y a lo largo de la vida. Esto no me evitó tropiezos, caídas ni extravíos. Al contrario, todo eso es lo que una y otra vez me trajo al mismo lugar.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/