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Perspectiva

La edad que tengo y el modo como me encuentro crean una situación en que veo las cosas y la vida de un modo singular. Así fue en otras edades también. Pero ahora quiero referirme en particular, a la perspectiva que se tiene cuando la vida está por un hilo. Esto me ha pasado ya muchas veces a lo largo del camino. Estar por un hilo.

Sea por el motivo que fuera, había de hecho, y hay, algo que no puedo dejar de tomar en cuenta. No tengo mucho tiempo. Esto pone las cosas en una manera característica. Todo gana su justo valor. Lo que es despreciable se muestra como tal. Lo que es falso se ve de manera indudable como falso. No engaña. Vos podés engañarte y creer que me engañás.

Pero yo dediqué mi vida al arte de ver la realidad. A deshacer embustes, engaños y mentiras. No quiere decir que no me equivoque también. Pero hay un sentir, una sensación, un aviso, una percepción, que me hablan con claridad. Y sé cuando estás mintiendo, así como sé también cuando estás intentando engañarme.

Saber y sentir que no tengo mucho tiempo está a mi favor, una vez más. Así fue ayer, en los sucesivos ayeres que hoy están encuadernados en este ahora. Este instante fecundo e intenso. Precioso como nada más en este mundo, te lo puedo asegurar. Esta es la perspectiva que ahora tengo.

Y no solamente por la situación en que me encuentro, sino también por el hecho de que estoy todo aquí, más que antes aún. Mucho más que antes, o tanto cuanto. Ahora tengo menos motivos para fingir, si es que alguna vez los tuve. Sigo con la misma cara de siempre. Más marcada, sin duda.

Las líneas que se dibujan en mi piel son la señal de mis caminos. Y en esta hora tan singular, aprecio aún más lo que siempre tuve como el mayor bien. Ver las cosas como son. Ser el que soy. Cada vez más yo mismo. Esta fuerza se sigue acentuando a medida que el tiempo pasa.

Nada es lo mismo

Nada es lo mismo
Nada es lo mismo que nada.
Todo es específico, particular, individual.
Nada puede ser substituído o reemplazado por ninguna otra cosa.
Puede haber aproximaciones, parecidos, semejanzas, y las hay.
Pero cada cosa es lo que es, y no otra cosa.
 
Hablar por teléfono no es lo mismo que mandar mensajitos.
Caminar no es lo mismo que hacer flexiones.
Levantarse temprano no es lo mismo que levantarse tarde.
 
Nada es lo mismo,
Pero yo sigo siendo siempre el mismo.
Tampoco cambia el amor
Ni el color o los colores que me orientan.
Esta es mi guía, mi rumbo, mi dirección.
 
No dejo de tener tropiezos o desorientaciones
Pero voy y vengo
Y cada retorno me encuentra un poco más aquí, un poco más entero, un poco más integrado en mi historia de vida y en mis valores.
Lloro y mis lágrimas son un recuerdo de un pasado que vuelve, de sentimentos de abandono y desamor
Y este mismo llanto es el que me va amalgamando más con la luz que soy hoy, que siempre fui, que siempre seré.
 
Escribir es salvar un suicida, dice el poeta Mario Quintana.
Yo escribo para ir amaneciendo más y más a mí mismo.
La historia y las historias que dolieron y duelen cuando vuelven
Se resuelven en este noble río que me restituye incesantemente al origen que es Dios, amor, familia, amistad, fe, comunidad, sueños, arte, poesía.
 
 
 
 
 
 
 

Toda esta vida

 ¿Quién no soñó con poner en una hoja toda su vida? Todos sus días, todas sus noches. Todos los minutos vividos y soñados. Los caminos recorridos. Los lugares y la gente. Aquellas personas inolvidables que te marcaron. Lo que quisieras que no hubiera ocurrido, y en qué lo transformaste y lo seguís transformando. Los colores, los ríos, las montañas. Las mujeres, los niños, los amigos. Las películas. Los libros. Todo lo vivido en una única página. Todo lo que viste, sentiste, oíste, cantaste. Lo que aprendiste desde que abriste los ojos por primera vez, hasta ahora, hasta mañana, hasta después del instante final. Toda tu vida en una página. En esta página. ¿Qué palabra resumiría toda tu vida? Extraordinario. Fascinante. Maravilloso. Hermoso. Bello. Divino. Humano. Toda tu vida en esta hoja.