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Escribir

Juego placentero este de dejar que la vida vaya bajando a la hoja

Ejercicio de recoger y reconocer impresiones

Sentimientos, sensaciones

Memorias

Una larga vida se recoge en algunas pocas líneas

Una simple palabra resume años de experiencias y vivencias

Obra laboriosa con mucho de escultura

Arte cotidiana ejercida a muchas manos.

Conscientemente ejercer el derecho a recomponer la unidad de lo vivido

Una anotación en un cuaderno o libreta

Una frase de un libro

Una mirada

Una persona o la suma de todas las personas encontradas a lo largo del trayecto

Los paisajes vislumbrados en ya tantos caminos

Las esperanzas renacidas y rehechas cada vez que todo pareció perdido

Aquella fe tan tenue que contiene todo y sostiene todo

Podemos tenerla en la mano con un simple gesto de escribir

Observar, prestar atención

Guardar, transformar

Apropiarnos de este algo tan valioso que es este instante y todos los instantes.

Continuidad de la vida

El tiempo se viene compactando. La experiencia se viene compactando. Todo lo vivido se reúne y fortalece. Resplandece y me guía y alimenta.

Lo que me toca vivir hoy se intensifica. Cada momento es más pleno, irradiante. Este tiempo es más mío. Soy más esto. No me pego a lo pasado, lo traigo conmigo como aprendizaje.

Mi confianza se nutre de la claridad de lo aprendido. Mi tiempo hoy es multiplicado. Condensado. Me siento más fuerte. Mis sentidos son los puentes, lo que me conecta y orienta.

La multiplicidad que me compone es semejante a la que me rodea y contiene. Estar aquí es estar bien. Es bueno estar aquí. Me siento bien. Me hace bien. Me siento más acogido ahora que reconozco mi diversidad. Ser, familia, comunidad interconexión.

Continuidad de la vida. Circularidad. Todos y todas pertenecemos a la tierra. Todos y todas somos parte de un solo ser. Identidad es pertenecimiento. Andar por el mundo, por el barrio, estar con gente, me devuelve una sensación de inclusión. Soy parte y formo parte.

Ese tejido cotidiano de seres humanos que trabajan y desarrollan sus vidas en tiempos intercruzados. Volví a integrarme de manera más flurte en este espacio al jubilarme de la universidad. Juntarme con gente de la salud mental comunitaria, primero, y, en seguida, integrarme a la acción de la Terapia Comunitaria Integrativa.

Ya han pasado más de 23 años desde este movimiento. Recuperar ahora la sensación, las sensaciones y sentimientos, que fui experimentando a lo largo de esta trayectoria, tiene para mí un efecto sin igual. Conocí una Argentina diferente, que ni sabía que existía. Movimientos de barrio integrados con la universidad.

Conocí, sobre todo, a mí mismo, al sumegirme en ese tejido rico y diverso, móvil y cambiante, de personas de distintas profesiones y lugares sociales, interconectadas en una acción común que humaniza. El tiempo adquiere otra vez, como en tiempos de infancia y juventud, y aún después, una calidad acogedora.

Ya no es el tiempo externo, impuesto. No es el discurso de la disociación, el miedo ni la desconfianza, sembrado por los medios de comunicación. Es una suspensión de la muerte, un sumergirse en una dimensión contínua y esperanzadora, para usar una expresión aproximada. Son sensaciones nuevas reencontradas. Estas experiencias las he compartido en mis libros publicados a partir de 2013, muchos de los cuales son accesibles on line, gratuitamente.

No necesito envenenarme, por lo tanto, con la prédica perversa que vacía lo próximo y lo cercano, invadiéndolo con relatos contínuos de lo que rompe la fe, la confianza, la solidaridad, el sentido del vivir. El tiempo va pasando. No necesito saber de hechos policiales, judiciales, criminales, bélicos, incesantemente. Más bien me alimento de exactamente lo contrario. La confianza, la construcción colectiva, el arte y la belleza en sus múltiples y variadas formas, y sobre todo, el proyecto y programa de la felicidad. Es posible la vida. Fueron 23 años que florecen otra vez, todos los días.

Ilustración: “Flores después de la lluvia”

Vida consciente

La vida no es un hecho irrelevante. No es lo mismo vivir que morir. Desde temprano en mi vida, me di cuenta de que había gente alrededor, para quienes la vida no tenía demasiada importancia. Les daba lo mismo una cosa que otra. Para otros y otras, al contrario, estar vivo o viva tenía una significación especial.

Durante la pandemia, que coincidió aquí en Brasil con un régimen nazifascista, me sorprendió que había personas amigas, colegas, a quienes lo que estaba pasando no parecía tocarles demasiado. A mí, al contrario, ese tiempo de proximidad con la muerte, me revivió lo más precioso en mí.

El amor por la vida renació y sigue renaciendo como una floración continuada. La conciencia que yo tengo de este hecho, me aproxima íntimamente de cada instante. Todo tiene un valor incalculable. A medida que me sigo haciendo cada vez más consciente del valor de estar vivo, todo lo que hago se impregna de una cualidad especial. Intensidad.

Ternura. Una entrañable ternura. Una sensación sin igual, que me hace estar admirado todo el tiempo. El hecho de que yo esté de vuelta, después de larga ausencia –que no fue del todo tan ausente—le da un significado profundo al placer. La sensación de embelesamento que acompaña al disfrute de lo bello.

Saber que no soy perfecto, aceptarme, quererme bien. Saberme entero, todo. Reivindico todo mi ser, y sé que no estoy solo. Hay gente a quien escucho, que está en la misma tarea. Pude distinguir a quienes vivían o viven en el mundo del discurso, y que en la práctica actúan de manera totalmente desconexa.

Esto no lo digo por otro motivo que mi propia intención de ser entero. Presto atención a lo que escribo, a lo que vivo, a lo que siento, a lo que quiero. La totalidad es una realidad, y formo parte de ella, a mi manera.

Me fui haciendo consciente de esto a través del estudio y de la práctica. Nada enseña tanto como un día después de otro. Consciencia es saber de mí y saber del mundo. Es más que mera información. Es sentimiento preciso y precioso. Es una guía para el vivir.

Ilustración: Pinterest

Un puerto seguro

Un lugar de acogimiento. Esto es lo que fui encontrando al escribir y publicar. Había alguien del otro lado. Conseguía tocar a alguien. No estaba solo.

Así fue como fui abriendo un espacio para respirar. Esta misma sensación es la que me sigue acompañando ahora. Muchas cosas cambiaron en mi vida. Pero lo que sigue prevaleciendo es la validez de este ejercicio.

Escribo y publico lo que voy viendo y viviendo. La belleza circundante. La insistencia en ser cada vez más feliz, más yo mismo. Saber que no existe la perfección. Lo que vale es el ejercicio de estar abierto al aprendizaje.

Esto me obliga a tomar en cuenta a quien está a mi lado. La seguridad que voy alcanzando es la que nace de esta apuesta total en el amor. El amor es una práctica, una acción.

Un saber que en medio de todas las acechanzas e incertezas, es posible seguir poniendo un ladrillito más. Puedo seguir confiando en mi percepción del mundo y en mi experiencia. Un paso por vez.

Concentración. Atención. Intención focalizada en la confianza de que es posible seguir adelante.

Consciencia

La consciencia es siempre consciencia de sí

No existe una consciencia genérica, abstracta, la misma para todas las personas, en cualquier tiempo

Por lo tanto, la consciencia es también cambiante

A menos que seamos conscientes, no se puede decir que estemos, a rigor, vivos, presentes.

La consciencia es una pre-condición, un pré-requisito de la vida

Si no conozco ni me conozco, si no estudio ni investigo ni me indago, si no busco ni tengo objetivos o metas, no se puede decir con certeza, que yo sea humano en la plenitud del término

Ser humano es estar atento, atenta. Estar en movimiento. Construír. Construírse.

Por lo tanto, historia, filosofía, arte, son imprescindibles. Escucha atenta de sí y del mundo. Diálogo.

Concientemente

Escribo sin tener algo muy definido para compartir

El intento, sin embargo, siempre trae más cerca alguna vivencia

Alguna experiencia

Alguno de esos retazos de vida de que se compone el existir

Andar por las veredas del barrio

Ver el mar

La gente pasando por la peatonal

Los barcos a lo lejos

El barranco de Cabo Branco

Las idas y venidas cotidianas

El aprendizaje incesante

En dirección a más claridad, seguridad, confianza

Dejar las presiones indebidas

La vida ya exige algún tipo de presión

Que sea la mínima para persistir

No dejar que los hábitos o la costumbre cancelen el aliento

El ánimo sin el cual ya no sería vida sino mero aguantar

Esperar y esperar siempre que necesario

El ritmo de las cosas y el propio ritmo

Estar cerca es más que explicar, que complica

Saber que el aprendizaje constante renace la vida

Y que todo sale bien al final

Así la esperanza es real

Mueve nuestros pasos así sea hasta la playa

Hasta la esquina

Hasta ver o sentir o sentir viendo

La belleza circundante

Que nos contiene y anima.

Jogo da memória

O que é que a minha experiência me diz?

Que eu posso

Que há mais lugar

Que eu posso ser feliz

Que eu sou feliz quando me sintonizo na frequência do amor

O prazer e a alegria

Azul

Amarelo

Vermelho

Cada cor é um sentimento, uma sensação e uma compreensão

A memória é o espaço da vida

É o lugar do ser

É onde estou

É o que eu sou

Não preciso me entulhar com o que não é meu

Boto o lixo para fora.

Ilustração: “Flores depois da chuva”

¡Cuente su historia!

Desde muy temprano comprendí la necesidad de escribir. Contar mi historia. Lo que iba viviendo, lo que iba viendo.

Sigo viendo la importancia de escribir, contar nuestra historia. Qué es lo que aprendí, qué es lo que voy comprendiendo. Inclusive en las capacitaciones en Terapia Comunitaria Integrativa, siempre les digo a las y los participantes, que escriban. Que cuenten su historia.

He tenido la satisfacción de publicar en Consciência, algunas reflexiones de participantes de rondas de TCI (Círculos de escucha, etc). Aquí va una: https://revistaconsciencia.com/las-bases-de-lo-que-soy/ Voz plural. Sentimientos compartidos.

Experiencias que comprueban que no hay nadie que sepa más que las demás personas: Hay saberes diferentes, complementarios. Cuando me abro a esta pluralidad, crezco y aparezco. Me fortalezco. Solo, tiendo a cerrar mi mundo.

En fin, compañeras y compañeros. ¡Vamos juntas y juntos!