Arquivo da tag: Consciência

Valor da vida

O tempo passou. Continua a passar. É o que não se detém. Muda o sentido, o significado de estar vivo.

Nos dias de hoje nos toca, aos que temos alguma idade, conviver e tornar positivo o mero fato da existência. Algo que fora assim já nos primeiros anos, e também depois.

Recolher o fio da vida, juntar os momentos, os pedaços. Refazer a caminhada na memória. Diminuir a auto-exigência agora já é praticamente algo inevitável. Refluir para o que é mais prazeroso.

O instante adquire um valor sem igual. A poesia nos traz de volta o que é mais valioso. Resplandece o valor implícito da pessoa que somos. Nada é já tão imperioso nem impossível.

Ao mesmo tempo, necessariamente devo me ater aos meus limites. Longe de ser isto algo imposto, embora o seja, é como que o espaço justo. O que é devido. A ordem natural das coisas. O mundo é mais belo quando me disponho a vê-lo. Aceito o fato de que o aprendizado é contínuo. É por isso que estou vivo.

Imagem: ‘Nascendo’

Ação

Confesso que não me sinto demasiado confortável em ver que este projeto prossegue sem o concurso de muitas pessoas.

No entanto, talvez seja este o destino de determinadas iniciativas que em algum momento congregaram muita gente, para depois se verem reduzidas a um punhado de vontades persistentes. É da minha personalidade, como também constato ao longo da minha trajetória de vida, ver movimentos e iniciativas levados em frente por apenas umas poucas pessoas.

É o nosso caso. Esta revista persiste com o apoio e o esforço destas poucas pessoas. Vamos em frente! As modas passam, as pessoas pegam outros caminhos, nem sempre costurados com uma linha consequente que dê um sentido maior às suas vidas. Não estou aqui para julgar, mas apenas como alguém a quem se concedeu uma posição neste projeto, e que trata de cumpri-la da melhor maneira.

Pertenecimiento e identidad

Escribiendo voy haciendo mi lugar. Recupero la noción de la persona que soy. Esto es poderoso. Muy fuerte realmente.

El entrelazamiento de actos, hechos, personas, lugares, libros, colores, sentimientos, que me compone. Esto al mismo tiempo permanece y cambia. Cambia y permanece. ¿Qué es lo que cambia, y qué lo que permanece? Solamente la atención consciente y la escucha activa, así como este ejercicio de ponerme en palabras, me permite la actualización contínua que me repone una sensación de continuidad y paz.

Pertenecimiento e identidad. Veo que las fuentes de fuerza que me sostuvieron en el pasado permanecen y cambian. Se agregan otras. Releer lo que he ido escribiendo me pone en contacto con la propia substancia de la vida. Estar aquí se hace entonces más pleno y placentero. El vivir se va renovando en un nacer contínuo.

Diario

¿Qué podría llegar a escribir sobre el día de hoy?

Fragilidad compartida, en el campo de la salud, genera confianza interior y comunitaria. Aceptando el amor que recibo, me amo más. Miro mi propia historia, y cuento con mis recursos para enfrentar los desafíos del presente. Dialogando con mis antepasados. Fluyo más, en la medida en que dejo de verme como un enemigo o alguien no querido. Reconozco mi humanidad al verme en el encuentro comunitario.

Pausa

As pausas são necessárias. É preciso esperar. Escutar. Ter certeza. Saber o que é que está acontecendo.

A reação imediata e irrefletida pode ser uma mera reação defensiva, indispensável algumas vezes, mas não sempre.

Quem se sentiu ou foi muito atacado ou agredido, pode ter incorporado hábitos defensivos que é preciso verificar, sob risco de virem sufocar a pessoa, ao invés de a defender.

Atenção continua a ser chave.

MST lança campanha nacional “Compartilhe Literatura, Cultive Imaginação”

Movimento promove campanha solidária de doação de livros de literatura para escolas e espaços formativos nas áreas de Reforma Agrária

O Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra acaba de lançar a campanha nacional “Compartilhe Literatura, Cultive Imaginação”, com o objetivo de construir espaços de solidariedade entre a cidade e o campo, fomentando o acesso à literatura.

A campanha integra as atividades do 1º Festival Literário do MST: Escrevivências Sem Terra, Luta e Construção, lançado entre a programação celebrativa do Movimento rumo aos seus 40 anos.

Com isso, o Movimento abre convocatória mobilizando o público para doar livros de literatura nas sedes dos Armazéns do Campo, distribuídos em diversas cidades do Brasil. Abrindo as portas dos espaços de comercialização de alimentos agroecológicos também para receber doações de livros literários que irão chegar para a base social dos Sem Terra, com o objetivo de garantir o direito à literatura.

“Então, o objetivo é mesmo garantir esse direito, que é um direito do ser humano. Nas palavras do Antonio Candido, ao acesso à literatura e, com ela, com acesso ao livro literário, a conhecer, experimentar e cultivar de fato a imaginação”, anuncia Luana Oliveira, que integra a coordenação da campanha.

A coordenadora explica ainda que o apoio de todos e todas, amigos e amigas do MST, é fundamental para fortalecer o processo do direito à literatura para o povo Sem Terra, bem como os espaços dos Armazéns do Campo, como um espaço de referência da arte, da literatura e da cultura geral.

Campanha recebe doação de livros de literatura em todo o país. Foto: Juliana Adriano

“A literatura é um direito inalienável. E é por isso que nós estamos construindo coletivamente a superação da cerca que nos impede de ler e escrever o mundo”, destacou Júlia Iara Araújo, dirigente nacional do Movimento e integrante da Frente de Literatura Palavras Rebeldes do MST.

Os livros doados serão destinados para as escolas do campo, centros de formação, bibliotecas e vão compor também as ações formativas do Movimento.

Para conferir o local mais próximo para realizar as doações, acesse o site dos Armazéns do Campo.

*Editado por Gustavo Marinho

Fonte: MST

(14/06/2023)

Aquí está toda mi historia

Aquí está toda mi historia

No necesito vestir un uniforme

Aquí está toda mi historia

Escrita

Descripta

Inscripta

Reescrita.

No le faltan páginas.

Hay capítulos aún por venir.

Aquí es donde mejor estoy. Por eso sigo aquí.

De aquí no me saca nadie.

De aquí no salgo.

Aquí no tengo un papel que representar

No hay un auditorio a mi espera

Es para mí y por mí que estoy aquí, y sé por qué estoy aquí.

No tengo obligaciones a cumplir. Sólo es seguir mi corazón.

Es sólo seguir siendo yo en comunidad. Eso es todo.

Aquí no se predica, se practica.

No se profieren discursos ni se dan sermones ni consejos.

Se comparten experiencias y estrategias de superación.

Construímos juntos y juntas.

Es donde mejor estoy. No se me exige nada.

Es sólo seguir siendo yo en comunidad.

Hacer juntos y juntas.

No necesito negarme ni creerme más ni menos que nadie.

Es sólo seguir siendo yo siempre. Sin miedo de las demás personas.

Feliz por ser quien soy y por saber que son mis heridas de ayer resignificadas, las que me capacitan para esta acción ciudadana.

La tarea diaria del vivir se hace placentera.

El paraíso no es en otro lugar sino aquí, en este trabajo constante de construir puentes, fortalecer sentimientos que nos unen como humanidad.

No necesito traicionarme ni imponerme reglas ni comportamientos. Es sólo seguir siendo yo todo el tiempo.

Gano fuerza en la comunidad. Mi esperanza se fortalece. Mi confianza se hace más sólida. Sé que no estoy solo.

No le temo a la muerte, sino al olvido. Por eso siembro y cosecho y planto sin cesar. Así me hago uno con lo eterno. El amor no muere. La justicia es aquí en la tierra.

La inclusión social y la integración social no son la bandera de un partido u organización. Son una condición de vida a ser reconstruída cada vez que la injusticia se establezca.

Limpiar la despensa

Este 2022 también fue el año en que el miedo a la violencia, a perder el patrimonio, los hijos, la casa, la herencia o la libertad fue ampliamente alimentado por sujetos que se dicen patriotas y, como era esperado, el miedo ocupó y todavía ocupa un gran espacio en el imaginario nacional. Tal como un boomerang que va y viene en un espiral ascendente, el miedo continúa creciendo y quienes lo fomentan lucrando con él.

Todos los años, en la última semana del calendario, escribo una columna con el tema que considero marcó el ciclo que termina.

Todos los años tengo muy claro sobre qué voy a escribir. En esta ocasión son tantos los posibles que no se bien por dónde empezar.

Escogimos un Presidente que nos prometía brisas de juventud y renovación. Un Presidente que no teme cambiar de opinión y, por el mismo motivo, es ampliamente criticado. Votamos por una propuesta de nueva Constitución y perdimos. Presenciamos una guerra y la pandemia, que pensábamos ya había terminado, y continúa entre nosotras.

Tuvimos un Mundial de Fútbol en el que no participamos, en un país donde murieron 6 mil personas para recibir a sus convidados y que viola sistemáticamente los derechos humanos de las mujeres. Por algunos días u horas nos emocionamos con la victoria de otros países y dejamos de lado la preocupación por los derechos y las vidas.

También dejamos de lado ese extraño patriotismo que ha tomado cuenta de un sector de este y otros países. Patriotismo que se sustenta en banderas, símbolos y canciones entonadas con furor.

Un patriotismo regado a creencias religiosas y concepciones con un poco de olor a algo que hace mucho tiempo venció en la despensa de las ideas, pero extremamente válido para quienes saborean los platos servidos con toques de falacias naturalistas donde sólo existe un tipo de familia y la diversidad es considerada, para la moral de estos patriotas, extremamente peligrosa para el buen funcionamiento de sus dogmas.

Este patriotismo, que tiende a oler a rancio, fue el que consideró que en Chile sólo podemos vivir chilenos, nada de chilenas porque eso es considerado también poco patriótico y eliminó con un trazo de lapicera la posibilidad de reconocer a los pueblos originarios como parte legítima de una nación.

Para estos patriotas, imaginar que Chile podría ser un Estado plurinacional generó alertas inmediatas de peligro. El status quo que mantiene en la despensa, llenas de moho, a las premisas fundamentales para sobrevivir le podía entrar algo de aire y luz.  Dos elementos que no conviven con el moho.

Estos mismos patriotas insistieron en que las mujeres, esos seres que sirven para procrear o prestar el cuerpo como dijo una vez una senadora, podríamos abortar incluso en el noveno mes y la lógica de este argumento se vio tomada por el moho que no permitía ver lo ilógico del mismo. Tal como en años anteriores la mentira y el engaño fueron actores principales en el escenario nacional.

Este 2022 también fue el año en que el miedo a la violencia, a perder el patrimonio, los hijos, la casa, la herencia o la libertad fue ampliamente alimentado por sujetos que se dicen patriotas y, como era esperado, el miedo ocupó y todavía ocupa un gran espacio en el imaginario nacional. Tal como un boomerang que va y viene en un espiral ascendente, el miedo continúa creciendo y quienes lo fomentan lucrando con él.

Este 2022 fue extraño y algunas veces incluso parecía que estábamos estancadas en él. El 31 de diciembre nos obliga a cambiar las agendas por las nuevas que dicen 2023 y observamos esas hojas en blanco imaginando que, por algún motivo, todo será mejor sólo por el hecho de cambiar el calendario.

No me excluyo, y observo las páginas en blanco con la esperanza de cambios que efectivamente limpien las despensas de las ideas añejas que no permiten la entrada de aire fresco sólo por el miedo de abrir las ventanas y las puertas para permitirnos escuchar nuevas ideas, diferentes a las que ya conocemos.

Mi esperanza para este año que comienza se basa en algo simple y extremamente difícil de lograr cuando estamos tomadas por el temor de dejar atrás lo conocido, aunque sea incómodo. Mi esperanza se basa en abrir puertas y ventanas que nos permitan sorprendernos al escuchar más y arriesgarnos a dialogar.

No es el cambio de año lo que nos cambia. Lo que cambia son esas hojas en blanco invitándonos a llenarlas con palabras nuevas y conversaciones que nos permitan conocer y reconocer que el otro, la otra, me pueden enseñar algo si escucho y me escucho a mí misma al hacerlo.

La disposición emocional de respeto por lo que la otra o el otro tienen para decir no es la fórmula mágica para cambiar el mundo, pero sin duda es un abrepuertas que permite renovar la despensa de ideas.

Al escuchar aprendo que siempre es posible integrar algo nuevo y fresco y, al mismo tiempo aprendo y me concedo el permiso de botar lo que ya no sirve más.

Fuente: El Desconcierto (Chile)

(31/12/2022)