El mundo no sería el mismo sin vos. Cada uno de nosotros tiene un lugar, y ese lugar es insubstituible. Cuando escribo, ocupo mi lugar. Y no se escribe solamente cuando se ponen palabras en un papel, como ahora. Estamos escribiendo siempre. Cuando salimos a la calle y vamos al mercadito o a la fisioterapia, o cuando vemos a alguien o pasamos por una vereda, estamos escribiendo. Alguien está leyéndonos, y, lo que es aún más importante, estamos leyéndonos a nosotros mismos. Cada paso, cada respirar, es una letra en el libro del tiempo.
Cada día es una nueva posibilidad abierta, aunque todos los caminos puedan parecerte cerrados ahora. Hay una rendija, una puerta abierta por la que se puede pasar, aún en la situación más difícil. Cuando escribo, todo ocupa su lugar, todo está como debe ser. Y cuando vivo con atención y con mucho amor por esta oportunidad única de estar vivo, la vida me va incluyendo, me voy fundiendo cada vez más con esa totalidad que es el existir. No podemos eliminar la muerte física en el final del camino. Pero podemos evitar a toda costa la muerte en vida, que es un mal que nos puede sobrevenir si desistimos de darle un sentido todo especial a cada segundo, al hecho de estar formando parte de la gran marea de la vida. Cada uno de nosotros es una posibilidad única del infinito, una forma única como la vida se manifestó. Y entre todos, entre todos, somos un tejido en movimiento que se puede ir moviendo hacia más amor, más justicia, más verdad. En esto creo, y sé que no estoy solo.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/