Volviendo

Vuelves de viaje. En tu mente se acumulan tantas imágenes. Lugares donde estuviste. El parque, el rosedal, el lago. Los álamos de la montaña. Las retamas. Los sauces llorones. La facultad. Los amigos. Las caminatas por distintos lugares de tu ciudad natal, Mendoza. Buenos Aires. Los aeropuertos. Tantos rostros, tantas miradas, tantos sentimientos. Tu padre. El árbol de paraíso cortado. Los aviones. Los ómnibus. Los caminos, las charlas, las comidas. Todo se junta en tu memoria Miras todas estas imágenes que se forman en tu mente. Ves cada lugar, cada persona. Tus hijos en Blanco Encalada. Carol, Leo. Rodrigo, Natalia. Sueños que prosiguen, actualizados.

El mundo cambió para mejor en varios aspectos. El regreso. Sigues regresando. Volviste ayer pero sigues llegando. Ves la foto con tus hijos en la pizzería. Un recuerdo que te alegra el corazón. Hoy el supermercado. A caminata por la playa. El viejo amigo que encontraste y charlaron mientras el día comenzaba. Los libros. Los movimientos internos del alma. La búsqueda del lugar de paz. La reunión de ayer en casa de la hermana Ana. El amor en el centro. Hoy sentiste que estabas del lado de acá. Un lugar transparente, translúcido. Un mundo nuevo, del lado de acá del pasado. En el presente, en el mismo instante en que ibas en el auto a buscar a María. Ayer llegaste pero sigues llegando, como un mar incesante que busca su propia orilla. Todo transparente, translúcido. Vida nueva. Recomienzo. Agradeces. Te admiras, no deja de admirarte la vida. Estar vivo, viendo, viviendo, sintiendo, amando, soñando, cosiendo minutos de tiempo en la eterna costura indescifrable de la vida.

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