Libros empezados

julioTengo varios libros empezados que me están esperando, o yo a ellos. Son, respectivamente, los siguientes, de Cronin: O jovem trovador, A figueira de Judas, y La antorcha eterna.
No sé cuándo los iré a continuar leyendo. Hay algunos otros empezados, también. De Henry James, Retrato de uma senhora y A Arte da Ficçáo. De Julio Cortázar, Diario de Andrés Fava e Imagen de John Keats. De Edgar Allan Poe, Poesía Completa.
Y algunos otros. Algunos en Mendoza, y otros en Joáo Pessoa. En Joáo Pessoa, de Jane Austen, A Abadia de Northanger y otro que se llama A mansáo… No sé cuàndo retomaré estas y otras lectura empezadas.
También hay uno de Ernest Hemingway, Por quién doblan las campanas, que tuve que dejar por ahora. Coincidentemente o no, son los días del bombardeo israelense a Gaza. Pasarán las bombas, ¿pasará un día la impunidad a los crímenes de guerra?
¿Habrá un día paz y justicia, fraternidad? Tengo que creer que sí y trabajo por ello, como tanta otra gente en el mundo. Como decía mi papá ayer, hay gente trabajando por el bien y gente trabajando por el mal.
Y esto siempre ha sido así. Uno tiene que elegir de qué lado está. Yo he elegido el lado de trabajar en la dirección del amor, de la justicia, la paz y la belleza. Pero volvamos a los libros empezados.
Ellos son unas posibilidades de placer, de descanso, de recuperación de las ganas de vivir, de disfrutar de la vida. Están allí y esperan.
Cronin en particular, es la promesa de viajes encantadores por el mundo de gente con sus conflictos y sus amores, paisajes de regiones que tal vez nunca visitaré, y que sin embargo conozco gracias a sus libros.
Henry James, es la posibilidad de viajar en el tiempo y en el espacio, a lugares de la vieja Nueva Inglaterra y sus costumbres, gente de la nobleza, que jamás conocería de otra forma.
Julio Cortázar, entonces, una puerta abierta a la caleidoscopia, al cotidiano mágico, a la liberación de la palabra, a la realidad creada por uno mismo y compartida, la realidad vivida y no pensada.
Libros empezados, están ahí, me aguardan, o yo los aguardo.

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