Lectura

Leo como para sentir y saber que la vida sigue siendo posible. Sin embargo, de pronto me doy cuenta de que lo hago en parte al modo impuesto por esta época atroz.

Medio desconectado, lo que siempre combatí y sigo combatiendo con casi todas mis fuerzas. La atención se dispersa en vez de concentrarse, y por ahí pierdo el sentido de lo que estoy leyendo.

Cuando leo me veo, me leo y me reconozco. Entonces no me siento tan extraño, y aunque sepa que este mundo es demasiado contrario a lo que soy, hay un lugar para mí.

Hubo y hay gente como yo, que anda por los bordes. La vida son bordes. Rendijas. Grietas. La sensación de paz que muchas veces disfruto, me viene en buena medida de mis lecturas. Reflejos concretos de mi ser total.

Deixe uma resposta