Golpeamos al golpe con palabras. Pero el golpe no vive apenas de palabras.
¿Seremos capaces de derrotar al golpe con una sola palabra? ¿Qué palabra será la que deberemos pronunciar, a lo largo y a lo ancho de Brasil, para derrotar al golpe? Tengo la impresión de que estamos en cierto sentido, solamente mirando en una dirección. Y esta dirección no nos incluye.
Condenamos el mal que se adueñó del Brasil a partir del golpe parlamentar-judicial-midiático-policial fascista. Pero esta condena nos deja afuera. Somos parte del país. Una parte nuestra debe estar también siendo mirada, si queremos llegar a ver lo que todavía sostiene esta barbarie institucionalizada.
No bastan palabras para tirar abajo al golpe. Tiene que ser una palabra que nos incluya. No es cualquier palabra.