Por Alvin Alejandro Ortiz*
Cuando nací, me quedé mirando al doctor para tratar de entender por qué me había pegado una nalgada…
Solo debía preguntarme si quería llorar.
Desde niño me he preguntado:
¿Porqué tantos psicólogos, psiquiatras, terapeutas… solo se enfocan en medicar?
¿Porqué muchos educadores no se enfocan más en conocer a su estudiante?
¿Por qué no mejor remover las capas y observar lo que esconden? Como para ver el cimiento.
Debajo de una dura capa de concreto puede haber blanda arena o piedra suelta o tierra compactada. Compuestas a su vez de innúmeras sustancias que dan forma al todo de un algo.
¿Un paciente es paciente porque pace, porque siente o porque tiene paciencia?
Si la persona pace, ¿quiere decir que está masticando algo por tiempo prolongado y no lo suelta?
Si siente, ¿qué siente y cómo se puede percibir ese sentir saludablemente?
Si tiene paciencia, ¿es porque algo le duele o porque está a la espera de algún resultado?
Me he reunido con personas que practican un areito moderno. Hablan sobre sí. Se conectan unos con otros y comparten experiencias que ayudan a dar con respuestas proactivas.
Las Ruedas Vinculantes o Terapias Comunitarias Integrativas proveen precisamente eso. Un espacio de apertura y diálogo. Compartiendo experiencias e inspiraciones para conectar con el Ser, los demás, la naturaleza y esa fuerza superior a nosotros.
Intentando siempre dejar de lado algunas tendencias comunes en muchos de nosotros (los seres humanos):
- El análisis de una persona, como si fuera un sapo a diseccionar para comprender sus interioridades.
- Evitar aconsejar si no es peticionado.
- Dejarle el juicio a La Dama de la Justicia.
- No intentar ser intérpretes de los sentimientos o experiencias ajenas.
- Y, dejarle los sermones a los predicadores debidamente educados para dicha tarea.
Es decir, abre un espacio de diálogo donde nos ponemos en los zapatos de la persona que decide abrirse para conocerla, entenderla, aprender y empatizar. Encontrando respuestas y viendo que no estamos solos…
Si el profesional de la salud trata al paciente como un número y no como una persona, jamás podrá conectar con ella y entender qué situaciones le llevaron a hacer, vivir o decidir su situación actual.
Si el educador pretende solo imponer, jamás se dará cuenta que solo crea un autómata desconectado de sí y los demás. O sea, un engranaje más en la maquinaria.
Un explorador sin mapa es como una Tierra sin Sol: incompleto.
El mapa de una persona son sus sentires y experiencias. Al conocerlas; al escucharlas, sin aconsejar, interpretar, juzgar, ni sermonear, podemos conocernos mejor y a quienes nos rodean.
Empatizar es el mejor tesoro que un terapeuta o educador puede encontrar navegando el basto mar de los sentires humanos.
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*Escritor, poeta. Desde Quebradillas, Puerto Rico, amigo de las ruedas de Terapia Comunitaria Integrativa de Cien Areito. Alvin26alejandro@gmail.com Facebook e instagram como Alvin Alejandro Ortiz. YouTube: Educación Natural Poesía Artesanal
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