La mirada poética

Vengo trabajando la mirada poética como un recurso personal de encuentro de la realidad.

Coexistencia social

Convivencia

Lo importante para mí es saber que este recurso es fruto de una mirada atenta a mí mismo, bien como de una escucha no menos atenta de lo que escucho de mí.

Esto me permite saber que estoy integrado a lo que me contiene, tengo un lugar en el mundo y amo y soy amado.

Puedo entonces fluir con seguridad. Andar por un camino de luz que me incluye, contiene, guía y sostiene.

Todos mis descubrimientos y hallazgos tienen mucho de la comunidad a la que pertenezco. Mi familia, mis amigos y amigas, y la comunidad más amplia constituída por las redes de la Terapia Comunitaria Integrativa.

Un espacio de acogimiento, inclusión e integración. Aquí la mirada poética se practica, se potencia, y nos devuelve un reflejo esencial de nosotros mismos (nosotras mismas).

Siempre me repugnó y me sigue repugnando el espíritu sectario. La fanfarronería de la imbecilidad intelectual. La miseria moral que se esconde en las mafias mediocráticas institucionalizadas.

La fuerza comunitaria es un refuerzo eficaz contra el desánimo y la desorientación, la despersonalización y la alienación.

Me apoyo también en la fuerza, el ejemplo, la luz y la energía del evangelio de Jesús de Nazareth.

De este ramo de fuentes, en el cual mi historia personal está inserta, nace lo que hoy puedo vislumbrar y practicar como poesía viva.

Si de pronto un día llego a publicar como libro algo de lo que he encontrado, no será distinto de lo que vengo publicando en esta revista, que es mi propio reflejo.

Lo importante es poder llegar a habitar plenamente este instante fugaz de que está hecha la vida. Momentos.

Por eso sigo escuchando, prestando atención, viendo hacia adentro y alrededor. Registrando la vida que nace de sí misma, en medio de la contínua corriente del tiempo que pasa como un río.

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