Cambio de mirada

Noche sin dormir. Insominio. Noches de vigilia. Libros. Autoras y autores que dejaron su marca en la literatura. Martha Medeiros. Graciliano Ramos. Cronin.

A mí me brotan las coplas como agua del manantial, como dice el Martín Fierro, de José Hernández. Difícil encontrar algo que no haya sido trabajado por la literatura y la poesía. Debe ser por eso que me sigo guardando y resguardando allí. De tanto escribir, finalmente puedo decir sin falsa modestia, que hice mi lugar. O lo descubrí, que es lo mismo.

Escucho y me escucho. Aprendo a ver las cosas de maneras diferentes. A ver el mundo y a verme diferenciadamente. Esto me divierte. Ya lo hacía cuando joven, y vuelvo a hacerlo ahora. Me reía muy mucho, y hacía reír. Después no sé si creí que debía cargar el mundo a mis espaldas, y la cosa se puso fea. O más bien me pasó que creí que no tenía más un lugar, y esto es de enloquecer. Es para matar una persona.

Volví a hacer mi lugar y vuelvo a reír. Vuelvo a cantar. Amigas y amigos de otros tiempos. Han dejado sentimientos que visito de vez en cuando, o siempre o casi siempre. Es una colcha de retazos. Muchos y muchas han cambiado, y no para mejor, como dice la canción de Los Beatles, “In my life.” Por mi parte, trato de no guardarle rencor a quienes me lastimaron, aunque es difícil.

Guardo lo mejor de quienes conocí, y esto es natural, funciona por sí mismo. Es mi cambio de mirada. Si me lastimaron o lastimé, perdono y me perdono. Vuelvo a mi eje. No soy perfecto, ni son perfectas las demás personas. Errare humanum est. El azul aterciopelado del cielo de esta noche, deja ver el resplandor de una estrella. Me encuentro en colores, también. En seguida será el amarillo tenue, después el celeste. Y así el día comienza. Sigue la vida. ¡Buen día!

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