Un puerto seguro

Un lugar de acogimiento. Esto es lo que fui encontrando al escribir y publicar. Había alguien del otro lado. Conseguía tocar a alguien. No estaba solo.

Así fue como fui abriendo un espacio para respirar. Esta misma sensación es la que me sigue acompañando ahora. Muchas cosas cambiaron en mi vida. Pero lo que sigue prevaleciendo es la validez de este ejercicio.

Escribo y publico lo que voy viendo y viviendo. La belleza circundante. La insistencia en ser cada vez más feliz, más yo mismo. Saber que no existe la perfección. Lo que vale es el ejercicio de estar abierto al aprendizaje.

Esto me obliga a tomar en cuenta a quien está a mi lado. La seguridad que voy alcanzando es la que nace de esta apuesta total en el amor. El amor es una práctica, una acción.

Un saber que en medio de todas las acechanzas e incertezas, es posible seguir poniendo un ladrillito más. Puedo seguir confiando en mi percepción del mundo y en mi experiencia. Un paso por vez.

Concentración. Atención. Intención focalizada en la confianza de que es posible seguir adelante.

Deixe uma resposta