Por más que lo intente, no puedo. No puedo quedarme indiferente frente a lo que veo. No hay modo de que me quede callado, cuando veo el furor desenfrenado y destructivo. La propia bestialidad, la deshumanidad imperando.
No me refiero solamente a la esfera pública. El poder político institucionalizado bajo el régimen de excepción. El blindaje de la delincuencia que viene destuyendo al país y a la sociedad.
Lo que más me llama la atención, lo que me hace gritar con fuerza, es hasta cuándo. ¿Por qué tanta pasividad, tanta tolerancia frente a lo inaceptable? ¿Cuáles son los límites de la decencia, cuáles los de la corrección?
¿Han sido abolidos los contornos de la humanidad? Les dejo la pregunta. Por mi parte, tengo las cosas bien claras. Sé lo que quiero y lo que no quiero de ninguna manera. Hagan sus elecciones. Yo ya hice las mías.
Aprendí desde temprano a hacer las cosas de un cierto modo, a tener ciertos valores. Hay cosas que están bien, cosas que nos humanizan, y otras que están mal, no se hacen, nos degradan.
Hoy tenemos al Brasil, uno de los países más ricos del mundo, y no me refiero únicamente a riqueza material sino cultural, naufragando bajo un régimen totalmente parasitario y brutalmente retrógrado.
¿Hasta cuándo? Es la pregunta que me hago y les hago. ¿Adónde quedaron los sentimientos? ¿Dónde el amor? Preguntas y preguntas. Aprendí a pensar preguntando, y sigo preguntando.
La imbecilidad al poder. Inimaginable. ¿No se dan cuenta que están destruyendo lo mismo que les sustenta? Están matando a la clase trabajadora, destruyendo la estructura productiva, la educación, la ciencia, la salud, la cultura.
Es tiempo de abrir los ojos. Mirar y ver. Y decidir si es esto lo que queremos. Por mi parte, les puedo asegurar que quiero algo bien diferente. Pero quien decide es la mayoría, y no se sabe bien si esta mayoría está conciente o embrutecida.
Veremos en octubre. Es un tiempo largo para esperar. No esperen sentados, sentadas. Hay que ponerse a trabajar y atender a las exigencias del momento. Cuidar y cultivar los valores superiores, que le dan sentido a la vida.

Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/