No tengo la pretensión de estar diciendo cosas nuevas. Solamente me creo en el deber de decirlas y lo hago. Ceder a la tentación de dejar que las cosas sigan su curso es de alguna manera creer que la omisión es buena consejera.
En este caso, no lo es. Me refiero específicamente a algo que viene llamando la atención de personas que se preocupan con la comunicación y con el contacto humano. ¡Cómo nos hemos ido habituando a un trato mecanizado, automático!
Mensajes instantáneos, muchas veces sin la necesaria reflexión. Los tiempos de espera parecen haber sido abolidos. En la medida en que cedemos a la reacción, vamos quedándonos afuera del proceso comunicativo. La reacción tiene su momento. Pero no puede ser la manera única como nos relacionamos con los demás.
El estar aquí es una oportunidad para que nos relacionemos con lo que nos rodea, con nosotros/as mismos/as desde una actitud de contemplación, observación, atención, intención y propósito. Esto es propiamente una actitud humana. Ver qué es lo que está sucediendo dentro y fuera de nosotros/as mismos/as, para que seamos los sujetos de la acción.
De no ser así, fácilmente el comando de nuestra vida cae en manos de mecanismos de dominación y manipulación cada vez más sutiles y por eso mismo más poderosos. ¡Cuánto de nuestro tiempo se pierde prestando atención a lo que las empresas de comunicación nos obligan a pensar! La vida se va yendo minuto a minuto, sin cesar.
Volver la atención a lo más íntimo e inmediato es una manera de recuperar el espacio propio. El arte nos ofrece esta posibilidad. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de construirnos como persona. No me refiero al arte como la producción o disfrute de obras de arte (poesía, literatura, poesía, teatro, cine, baile, etc.) únicamente, sino a la vida como arte.
La posibilidad de hacer nuestro cada instante. Puedo salir de situaciones que parecen sin salida usando recursos propios y comunitarios, culturales. Esto es potenciar la existencia. El humor que me permite relativizar las situaciones más dramáticas. Positivar lo que parece inevitable y fatal. Ser capaz de ver lo que gano en todo momento. Esto lo puedo compartir porque lo veo en el panorama de lo que ha sido y está siendo mi vida.

Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/
Pingback: Vida como arte – LiberaPensado