No hay peor sordo que el que no quiere oír. En este caso, es una sorda. Y la sorda no es solamente la presidenta de la Argentina, que se siente autorizada a ignorar las manifestaciones…
No hay peor sordo que el que no quiere oír. En este caso, es una sorda. Y la sorda no es solamente la presidenta de la Argentina, que se siente autorizada a ignorar las manifestaciones…