NADA

bookVeía el nombre de su novela en la tapa del libro y esto le recordaba un antiguo cuento suyo. Esto lo tranquilizó.
Todo era antiguo. Su afán y su oficio. No necesitaba nada más que una hoja. Sin personajes ni enriedo.
Un libro en el que la lectora o el lector serían los autores. ¿No es así, al final, que ocurre en realidad, cuando leemos un libro? Leerlo es escribirlo. Ya está escrito. Al leerlo lo sé.

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