¡Feliz año nuevo!

20160101_000815El día empieza con el canto de los pájaros en la noche, que se va haciendo día. No sé si la noche se hace día por el canto de los pájaros, o si los pájaros y la noche están juntos y siguen juntos durante el día por motivos que sólo la noche y los pájaros y el día conocen. Lo cierto es que ahora, cuando ya los pájaros y el día asumen el control del día, van viniendo los recuerdos del ayer de ayer.

El ayer de ayer a la noche. La noche pasada en familia, recibiendo el año nuevo, renovando los sentimientos que nos unen, presencialmente y en la distancia. Noche en que se hacen presentes los ausentes, las personas queridas que ya están en nosotros de otras formas, pero no más físicamente. Y también nos acompañan recuerdos que nos gustaría no tener y que inevitablemente hacen parte de nuestra historia como persona, familia, generación, país, pueblo.

Dom Fragoso me decía que dejara venir las memorias dolorosas, y que el ángel de la paz me guiaría. Me viene guiando, sin duda, abriéndose paso entre la oscuridad que de a poco va mostrando la luz que guarda en sus entrañas. Luces en el cielo, luces adentro nuestro. Luces que nacen de en medio de las tinieblas. El encuentro de anoche me hizo ver cuántas historias me unen a las personas de mi familia. Iba encontrando cada una de las personas, y dejaba que se fueran juntando las memorias pasadas.

Entonces el encuentro fué siendo más pleno. No fué mecánico. Pude sentir lo que nos une, después de tanto tiempo. Obviamente, esto incluye a la familia y a los amigos que viven lejos. Hubo tiempos en que me parecía que estas fiestas tenían algo de trivial o superficial. No lo veo más así. No ahora. No en este momento, desde hace ya mucho tiempo. Ahora lo veo más como una especie de resistencia del género humano a la banalización de la vida, y a su mercantilización.

Nos reunimos por el afecto, renovamos aquello tan íntimo que nos une, que une al mundo alrededor del amor y por el amor. La amistad es una forma de amor. La esperanza nos anima y nos hace que nos busquemos unos a los otros, más allá de ideologías o nivel socioeconómico, creencias religiosas o lo que nos pudiera separar. Distintas formas de vivir y de ver el mundo confluyen por unos momentos muy cálidos y de alegría. Jugamos. Nos divertimos. Somos gente. Una sabiduría mayor se da cita en estas fiestas. ¡Feliz año nuevo para todo el mundo!

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