El hombre múltiple

multipleEsa tarde, se diera cuenta, finalmente, de algo que venía presentándose en su consciencia desde hacía tiempo. Era muchos. Era muchas personas al mismo tiempo, si es que esto se puede entender. O era muchos caminos al mismo tiempo. Es como si el universo se hubiera dado cita en él de esta forma particular.

Tan interesante, como enloquecedor a veces. Pues la riqueza y la variedad de caminos posibles que se abrían a su paso a cada momento, era verdaderamente capaz de hacerlo confundirse a veces, tomar el mal camino. Esto trataba de no hacer, obviamente.

Pero el haberse dado cuenta, o el estarse dando cuenta, pues el proceso es progresivo, viene viniendo, como si dijéramos, era como un estar naciendo a cada instante. Algo prodigioso. Tenía que irse adecuando a cada instante, a lo que se le presentaba, pues no había trayectos predeterminados, ni en el pensar, ni en el sentir ni en el hacer.

Claro que el pasado dejara sus huellas. Pero aún las que dolían, eran flores. La herencia estaba intacta pero de ella brotaban, a cada momento, maravillas, en medio de un cotidiano armonizado, integrado en la totalidad. No estaba solo, ni tenía miedo como en otras ocasiones.

Se dejaba llevar, sin dejar de ejercer la voluntad. Era como una especie de abandono activo, si es que te podés dar cuenta de lo que te quiero decir No dejaba de tomar en cuenta que cierta urgencia que a veces le parecía excesiva, podía ponerlo en dificultades.

Pero esa especie de necesidad de estar siempre haciendo cosas, era al mismo tiempo un desafío, y una fuente de creatividad y de alegría. Es muy lindo.

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