Tomar la vida en serio

¿Qué podría llegar a ser tomar la vida en serio? Vivir intensamente. Disfrutar de lo que es estar aquí. Ser feliz.

Vengo de la playa de Cabo Branco. El barranco a lo lejos. La gente bajo las sombrillas. La sombra de las castañolas sobre la arena. Un espectáculo.

No me preocupa saber qué voy a hacer con mis escritos anteriores. Si los tengo guardados o no. Sé que los soy, hasta el punto en que mi memoria es fiel. Lo que me importa es saber que sigo viniendo en palabras.

Y sobre todo leer. Leer mucho. Libros y a mí y al mundo en que vivo. Leer mucho no es necesariamente leer muchos libros, aunque esto también sucede. Es dejarme llevar por lo que leo. Ir allá, que es acá u otros lugares.

Ampliar mi mundo. Reconocerme. Tranquilizarme. Llenarme tanto de mí y de todo que ya casi mi dentro y mi afuera sean una sola y la misma cosa. Yo guardado en el tiempo y en el mundo. Esto es lo que venido haciendo y sigo haciendo.

Una escultura infinita que ya estaba o que fui haciendo y sigo haciendo. El mar por ahí la disuelve y renazco hasta la próxima oleada. El sol me cubre y me dejo llevar por el viento hasta aquí de nuevo.

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