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Mi San Francisco de Asís

Creo que fue de mi padre Omar (fallecido el 4 de octubre de 2019) que supe de la existencia de San Francisco de Asís.
Il Poverello. I Fioretti. Me enamoré de este santo. Creo que mi generación se enamoró.
Nikos Kazantzakis, “El pobre de Asís”. El hermano ovejuela.
Aquél que era capaz de amar a quienes le golpeaban.
La película “Hermano Sol, Hermana Luna”. Clara de Asís.
El evangelio. La Argentina atravesaba una de sus incontables dictaduras.
El sol sin embargo seguiría brillando más allá del horizonte.
No han cambiado mucho las cosas.
Sigo soñando con un mundo en que podamos ser hermanxs.
Este sueño sigue alimentando mi deseo de vivir.
(R.L)

Mantener la esperanza

No creo que la única manera de contribuir para que haya más justicia social en el mundo, sea a través de acciones de masa. Esa es una forma. Existen millones de otras. La mía es menorcita, si se quiere. Poética, literaria. Micro espacial. En pequeños espacios.

Un color, una letra, una flor, un abrazo. La contemplación de la belleza. El trabajo sobre la memoria, la identidad, el pertenecimiento, la conciencia, el sentimento, la solidaridad. El reconocimiento mutuo que nos devuelve una sensación de fuerza comunitaria. La certeza de que es en estos espacios mínimos donde se construye y se sostiene una humanidad más sana y feliz.

Es importante combatir el crimen político institucionalizado, la violencia del estado y la opresión en todas sus formas. Pero también es importante ver que hay espacios que no pueden ser alcanzados por estos males. Creo que es un gran error mirar siempre hacia lo más lejano e inmutable y despreciar lo que está a nuestro alcance.

El confinamiento está siendo una gran oportunidad para revalorizar estas alternativas a nuestro alcance, en que damos pasos hacia lo que es eterno. Basta un cuaderno o una libreta, una mirada atenta y un corazón dispuesto a seguir apostando en la vida. Yo estoy hablando de cosas que conozco, que vengo practicando y que sé que le están dando resultado a muchas otras personas.

Mi memoria me recuerda que hubo tiempos en que también tuve que recurrir a estas acciones volcadas a lo interno e inmediato, como posibilidades de mantener el ánimo para seguir adelante. Fueron estos recursos: la fe, la alegría, la amistad. El afecto. La familia. La oración. El arte. La poesía. La canción. La esperanza.

La compasión, tan presente y tan ausente

En el día de hoy 14 de julio, Papa Francisco ha publicado en su cuenta de Twitter: “El día del Juicio no seremos juzgados por nuestras ideas, sino por la compasión que hayamos tenido.”
En muchas ocasiones Papa Francisco se ha referido al capítulo 25 del Evangelio de Mateo, como el protocolo con el cual seremos juzgados al final de nuestra vida. El tweet publicado hoy nos lleva rápidamente a esta escena propuesta por Jesús, donde la salvación no está ligada a grandes ideas o discurso, sino a la compasión.
Una compasión que no es pena o lástima por el que está sufriendo alguna necesidad o carencia, sino un hacerse prójimo del que está arrojado al costado del camino, golpeado, excluido y descartado del mundo y la sociedad. La compasión nos invita a hacernos cercanos para padecer con quien vive la soledad del que sufre.
Somos invitados a vivir estos tiempos tan desafiantes, no desde las ideas o los buenos propósitos, sino desde nuestras acciones concretas con los más necesitados. Que la compasión no se convierta también en una “idea”, que puede estar tan presente en nuestros discursos, pero muy ausente de nuestra vida cotidiana.
Fuente: Vatican News
(14-07-2020)

Rondas virtuales de terapia Comunitaria Integrativa

Ayer participé de una ronda on line de Terapia Comunitaria Integrativa coordinada por terapeutas de Buenos Aires.
Escuchar con el corazón. ¿Quién vivió rupturas intempestivas y cómo hizo para superarlas? La pregunta me llevó a revisitar toda mi historia.
He venido recuperando la noción de mi valor al reconocerme en estos espacios plurales donde crezco y florezco. Voces diversas, sentires variados convergen en una costura que me contiene.
Si algo recordaré de estos días de confinamiento, será cuánto me aproximaron de quienes amo. Empezando por mí mismo.
Con mi cuadernito a mi lado, anotando las resonancias de la ronda de TCI. Es un contínuo poema existencial. Un acto de amor.
¡Cuánta tontería, cuánta nimiedad se desvanecen cada vez que aparecen las caras que me reflejan, que contienen pedazos de mí que reúno y me reúnen!

El Papa concede la indulgencia plenaria en la oración del 27 de marzo

La Oficina de Prensa Vaticana recuerda en una nota la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria a quienes se unan a Francisco en la oración del próximo viernes, como establecido en la reciente disposición de la Penitenciaría Apostólica
Poco después del término del Ángelus, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado para reiterar algunas particularidades del evento del 27 de marzo, para el cual Francisco, “en este tiempo de emergencia para la humanidad” invita a “los católicos de todo el mundo a unirse espiritualmente en oración con él”.
El comunicado precisa que “la oración del Santo Padre podrá ser seguida en directo a través de los medios y se concluirá con la Bendición eucarística que será impartida ‘Urbi et Orbi’ a través de los medios de comunicación”.

Fonte: Vatican News
(22-03-2020)

Resignificar la vida

44 años después del golpe de Videla, que da sentido y razón al Dia Nacional por Verdad, Memoria y Justicia, aún subsiste esta pegunta: ¿Han sido investigados, procesados y juzgados todos los genocidas y sus socios empresariales, eclesiásticos, periodísticos y civiles?
El recuerdo del golpe nos dejó a quienes sobrevivimos, una tarea contínua: resignificar la vida. Esto es algo que todo ser humano es obligado a hacer después de circunstancias traumáticas.
En mi caso personal, esta búsqueda por un sentido, una razón que explicara lo sucedido, me llevó a leer informes como el de la CONADEP, CIDH-OEA, Equipo Nizkor.
Lo que me ayudó a ver más allá de las descripciones de los horrores fue el informe de la OPS-OMS de 1997, La salud mental en el mundo.
Allí se decía que la mayor parte de las personas que habían sufrido la represión ilegal en Argentina no tenía ninguna vinculación con organizaciones que se pudiera rotular como revolucionarias.
Empecé a comprender. Es un lento camino. Saber que hay gente para quien la vida no vale nada. La mentira, la fuerza bruta, el abuso, la injusticia, son todos medios de dominación y explotación.
Pero descubrir la verdad no es lo mismo que hacerse cargo de la tarea diaria de darle un sentido a la vida. Me di cuenta de que esta tarea interna y colectiva es la que es capaz de hacernos vencedores/as.
Volví muchas veces a Argentina, y en cada regreso algo se iba cosiendo, hasta que pude rehacer mi país interior.
Pude ver que hay todo un tejido social que mantiene vivos y activos los principios y los valores de la solidaridad.
Me di cuenta que no era tanto una cuestión de ideologías, sino de elecciones, decisiones. Hay gente que decide hacerse fuerte a partir de lo que pudo haberla destruído, y con esa gente me fui y me sigo reconstruyendo.
Permanecen todas mis vulnerabilidades, pero ahora tienen un sentido más grande: me hacen saber que soy humano, y me unifican con gente a mi alrededor.
Trato de mantenerme atento a lo íntimo y a lo inmediato, como manera de substraerme (hasta donde es posible) al bombardeo incesante de los medios de deformación y manipulación. Y veo que en ese espacio casi imperceptible las cosas son más bien favorables.
Esa confianza en lo que no muere sino que se fortalece en la adversidad, es lo que me da fuerzas para proseguir.
 
 

Camino

He llegado hasta aquí

Estoy centrado en mi propio proyecto de vida

Conseguí más de lo que hubiera esperado alcanzar

Puedo permitirme y me permito ser feliz y disfrutar

Mirar el camino recorrido y saber que valió la pena punto por punto

Mi libro que me contiene

El amor que me alimenta

Soy todo eso y aún más

Juego como cuando era niño y sigo siéndolo

Porque solamente así como niño

Es que puedo jugar a escribir y publicar sin ansiedad ni apuro

Sabiendo sintiendo que las palabras y los colores son una dirección a seguir

Una montaña a alcanzar que está debajo de mis pies.

La memoria no es aleatoria

Voy hacia mis recuerdos.

Focalizando

Algo que no me canso de repetir es que la vida transcurre en mínimo. Es un espacio reducidísimo.

Casi toda mi vida ha transcurrido bajo regímenes autoritarios, oligárquicos o fuertemente condicionados en lo que se refiere a los derechos sociales y laborales.

La excepción han sido los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).

Hoy vuelvo mi mirada hacia la trayectoria total de mis días. No sé qué tiempo tendré todavía, pero se me hace que no es mucho.

Me veo obligado a focalizarme en lo que realmente importa. El amor, mi familia, mis amistades, la fe que me anima, el arte en que me reencuentro y me rehago constantemente.

Las redes solidarias que me sostienen y animan, No queda tiempo para perder. Trato de no distraerme.

¡Cada instante es tan precioso! No tengo palabras para expresar lo que siento ahora. Admiración, agradecimiento, eso y mucho más.

Resistencia

Yo no me puedo quedar callado mientras sigue adelante la maniobra de destrucción de la ciudadanía, la reducción de lo humano en favor del capital y de la impunidad de las élites dominantes.

Pero al mismo tiempo, me doy cuenta de que no basta denunciar, criticar, oponer una resistencia moral. Esto es necesario, pero hay que ir más allá, como varias personas están señalando.

Cada uno, cada una, debe ser un bastión inexpugnable, donde no puedan entrar los “valores” del enemigo. Cerrar el cuerpo, cerrar el alma, cerrar la mente a la maniobra diabólica en curso, que pretende que nos vayamos aislando unos de otros, cayendo en la indiferencia, el distanciamiento, la alienación.

Cultivar interiormente, y en nuestros espacios de relación, los valores sólidos de la humanidad perenne. La solidaridad, por encima de todo. Esa cualidad que hace que el dolor de la otra persona, me toque.

Pero que yo tampoco caiga en la trampa de perder mi felicidad, mi alegría y mi paz, a las que tengo derecho inalienable, en virtud de la propaganda que por todas partes trata de convencerme de que el mundo es una porquería y que no vale la pena luchar por nada.

Fortalecerme radicalmente, desesperadamente, con dedicación total, en la conciencia de que mi valor nace de la resistencia que fui capaz de mantener y aún mantengo, contra la saña enfermiza del sistema dominante.

Esto significa que me voy a centrar cada vez más, en la noción clara de quién soy, de dónde vengo, cuáles son mis valores fundamentales, los que me mantienen vivo. Mi historia personal y familiar. Mis raíces culturales.

Los ideales que me mueven, y que significan concretamente, que yo me sé parte de un esfuerzo colectivo de dignificación de la vida. No pueden impedir que yo me libere, que vos te liberes, que desde abajo hacia arriba, y alrededor, por todas partes, las luces de gente que no se rinde, empiecen a brillar cada vez con más intensidad.