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¿Para qué escribo?

Escribo a ver si me encuentro. Ahora que veo las palabras apareciendo, vengo yo. No busco necesariamente decir algo, o decir algo bello, o convencer a alguien o convencerme. Escribo para ser, para hacerme real, para tener consistencia. A medida que voy escribiendo voy naciendo, voy siendo, voy viendo que puedo ser y efectivamente soy.

No espero que a alguien le guste lo que escribo, aunque esto muchas veces sucede. Como pasa muchas veces, la claridad va viniendo al poner las letras en la hoja e ir formando palabras. Entonces no me importan las críticas ni los juicios. Yo estoy aceptado, o trato de aceptarme. Todavía me critico demasiado. Me exijo lo imposible.

Fui programado para ser algo extraordinario. Lo extraordinario es que siga sacándome esa y otras programaciones absurdas que no son mías, y venga a la vida. La vida simple de cada día. Sacar la basura afuera. Regar el pasto que está seco. Esperar que salga el sol. Ver gente. Conversar con alguien. El ejercicio del vivir.

Ya después de estas líneas me siento mejor. Más real. Es raro esto de existir escrito. No sé si es raro pero es así. Lo que leo y escribo se funden, se confunden en el buen sentido. Forman una sola cosa. El mundo en que vivo. El arte de vivir consiste en sacar el mayor bien del mayor mal. Machado de Assis, en Iaiá García. ¿Qué escribir ahora?

El sol todavía no se anuncia. Contaría de cómo me gusta cuando tengo cosas que hacer, que me dan placer. Andar por ahí y encontrar a alguien. Ver gente en la vereda yendo a algún lugar. Un niñito en su triciclo, con una chica que lo acompaña. Me hace una fiesta y me sigue con la mirada.

Saber que ella es un ser humano. No tiene por qué concordar siempre conmigo. Sería un robot. Ya hay demasiadas máquinas. Esta donde escribo, por ejemplo. El auto, que me lleva adonde quiero o necesito. Ese miedo de ser rechazado, humillado, ofendido. Ya no es mío. No debería serlo. Ya pasó todo aquello. Ya no dependo del juicio externo.

No necesito ser aprobado todo el tiempo. Me apruebo y también encuentro aprobación en muchas personas. Las contradicciones son parte de la vida. Inseparable. Aquí no necesito de aprobación porque soy yo mismo. Estoy de cuerpo entero. No necesito maquillarme ni usar un uniforme. Hablar así o de otro modo. Hablo como se me da la gana.

Digo lo que quiero. Y, sobre todo, existo. Soy. Esa es la razón por la que escribo. También escribo por otras razones y motivos, por supuesto. Nada de lo que es humano tiene una única motivación. Somos seres multidimensionales. Escribo también para combatir a lo que destruye a la humanidad.

La alienación, la opresión, la ignorancia, La masificación, la despersonalización. La dispersión, tan común actualmente, que muchas veces no se sabe lo que se está diciendo o haciendo. Muchas veces esto me divierte, pues es como si el mundo hubiera perdido consistencia. Entonces juego. Y ya entonces otra vez todo es bueno y me divierto. Y el miedo.

¿Qué me dicen del miedo? No hay quien no tenga miedo. Y sin embargo seguimos adelante. El miedo nos avisa. Viene a advertirnos sobre un peligro. Es mejor hacerle caso. El miedo no es zonzo. Yo busco la seguridad en la oración, en el color, en la amistad, en el arte, en la escucha del mundo y de mí mismo.

El sol todavía no se presenta. Mientras tanto, seguimos aquí. Esperando el sol. Levantando una pared. Construyendo puentes. Abriendo una ventana. A ver si las ganas van ganándole a otras disposiciones. Todos mis escritos tienen mucho de lo que comparto con la gente. Lo que voy aprendiendo y viendo. Viendo y aprendiendo.

Y vos, para qué escribís? Contame. ¡Compartí tu experiencia!

El poder libertador de la palabra

Estar al frente de una publicación es una responsabilidad. Más aún en tiempos de riesgo para el orden social y político.

Estos últimos 10 años han sido un árduo desafío para el sector democrático en Brasil. Las acciones de ruptura del tejido social han sido una preocupación constante.

La manipulación de vastos sectores de la población que desembocó en el golpe de estado de 2016, tuvo como uno de sus ejes la descomposición y perversión del lenguaje.

La mídia al servicio de la calumnia, la difamación, la mentira. El silencio frente a la destrucción del sistema republicano. La ley al servicio de la delincuencia.

Muy desgastante. Las elecciones de 30 de octubre de 2022, que dieron la victoria a Lula y Alckmin, establecieron el comienzo de una normalización en curso.

Queda la tarea titánica de restaurar la palabra como vehículo del conocimiento y la solidaridad. Lentamente la justicia y el legislativo retoman sus funciones.

El plan diabólico de romper el orden constitucional y resquebrajar la ciudadanía a través de la ignorancia como arma de dominación, ha sido puesto en evidencia.

¡Fascismo nunca más! ¡Dictadura nunca más!

Educar para liberar. Estudiar, escribir, publicar, comunicarnos, como formas de concientización y resguardo de la integridad humana.

Tomar la vida en serio

¿Qué podría llegar a ser tomar la vida en serio? Vivir intensamente. Disfrutar de lo que es estar aquí. Ser feliz.

Vengo de la playa de Cabo Branco. El barranco a lo lejos. La gente bajo las sombrillas. La sombra de las castañolas sobre la arena. Un espectáculo.

No me preocupa saber qué voy a hacer con mis escritos anteriores. Si los tengo guardados o no. Sé que los soy, hasta el punto en que mi memoria es fiel. Lo que me importa es saber que sigo viniendo en palabras.

Y sobre todo leer. Leer mucho. Libros y a mí y al mundo en que vivo. Leer mucho no es necesariamente leer muchos libros, aunque esto también sucede. Es dejarme llevar por lo que leo. Ir allá, que es acá u otros lugares.

Ampliar mi mundo. Reconocerme. Tranquilizarme. Llenarme tanto de mí y de todo que ya casi mi dentro y mi afuera sean una sola y la misma cosa. Yo guardado en el tiempo y en el mundo. Esto es lo que venido haciendo y sigo haciendo.

Una escultura infinita que ya estaba o que fui haciendo y sigo haciendo. El mar por ahí la disuelve y renazco hasta la próxima oleada. El sol me cubre y me dejo llevar por el viento hasta aquí de nuevo.

En la lectura busco placer y compañía

Establezco simetrías e identidades

Rehago caminos

Como cuando escribo

Ensancho mis horizontes

Hago pie a tierra

Como cuando camino

Me reconozco y me amplío

Me enraízo y florezco

Como cuando poetizo y amo

Me inmortalizo por algunos instantes

O días o años

Como cuando pinto y viajo

Deshago soledades

Me emparento con una humanidad positiva y sana

Para quien la igualdad y la justicia social

Son la propia esencia de la vida.

Por eso leo

Nunca dejo de leer.

Foto: Julio Cortázar y Jorge Luis Borges

 

Aprendizaje

¿Quién dice que no se aprende con las hijas e hijos?

Yo aprendo, y mucho.

A compartir, a convivir, a aceptar las diferencias

A saber que padre es para siempre

No es un título descartable

Ni una posición condicionada ni condicionante

Es una referencia fija, en medio de todos los cambios

Una de las cosas que también estoy aprendiendo, es a leer lo que mis hijas o hijos leen

A nivel crecer con las novedades

En este sentido, les cuento que leo Todo sobre el amor, de Bell Hooks, que mi hija Natalia me regaló como regalo de Navidad

Me hice quien soy leyendo y sigo leyendo

Leo a mi manera y ya les cuento que esto me anima, me alegra y me airea

No les voy a contar lo que dice esta autora, feminista negra, así la leen también

Sólo les voy a decir que es alguien que escribe con el alma, valorizando el amor como una acción, una práctica (además de un sentimiento), y un movimiento cultural, para el cual son necesarias políticas.

Oportunísimo escuchar esto.

Creía que sabía mucho sobre el amor, pero veo que es bueno que siga aprendiendo. La autora me refuerza en el sentido de saber que los hilos afectivos que componen la familia extensa, así como la comunidad, son de un valor incalculable, a la hora de afianzarnos y enriquecernos como personas.

Sobre todo en estos tiempos en que se planta tanto odio desde las llamadas redes sociales, y tanto anonimato masificador!

Con mi hija Carol leo García Márquez en los intervalos. Con mi hijo Leo me leo en jardines. Y con mi hijo Rodrigo me leo en la lectura cotidiana de la vida.

Escribir es juntar

Escribir es juntar

Es reunir

Es ver en perspectiva

Es ver ya no las partes separadas o aisladas, sino en conjunto

Así es que, por estos motivos, escribir hace bien

Me hace bien

Me comunica

Me comunica conmigo mismo y en seguida con el mundo circundante

Entonces sé qué decir

Sé qué está pasando

Qué quiero

Qué no quiero

Qué sentido tiene

Para qué

Por qué

Leer es escribir también

No hay lectura no escrita

La de mí y la del mundo alrededor

Leída

Ilumina

Aclara

Orienta

Humaniza

Escribir es contactar

Presentificar

Conectar

Estar presente y hacerse presente