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Movimiento

Aquí rodeado de aves y sus cantos

Flores y colores

Libros y cuadernos

Mundos acogedores donde me guardo y fortalezco

Me arraigo y crezco

Mi oración y mi vida son un solo movimiento

Mi historia y mi presente se abren al unísono

Para dejar pasar este instante fugaz que es todo lo que tengo

El calor del campo

El movimiento de Jacumã

La vecindad alrededor

Han sido y siguen siendo el lugar

Donde me he venido rehaciendo y lo sigo haciendo

Renazco todas las mañanas y a la noche

Las estrellas y la luna y el cielo azul oscuro

Me guardan hasta la mañana siguiente que es esta donde escribo.

Frecuencia sensible

Hasta que llego a la hoja es una especie de ausencia. Inexistencia. No sé si es bien así, pero es más o menos así. Cuando llego es una paz. Tranquilidad. Estoy en casa. Todo es como debería ser. No me falta nada. Todo está bien.

Los afectos, la familia, el trabajo. Entonces dejo que vayan bajando algunas impresiones. Vivencias. Experiencias. Sentimientos. Cosas que por ahí no están del todo bien, se arreglan. Se organiza. Por ahí un cansancio. Una expectativa todavía no cumplida.

Entonces empiezo a ver lo que hay. Lo que tengo. Esa ranura de luz por donde paso. Esa puerta estrecha por donde consigo atravesar. Saber que todo está bien. Mi fuerza. Mi luz. La confianza en que me apoyo. Saber que no estoy solo. Aquellos sueños que persigo y que me alimentan y sostienen.

La belleza que veo adentro mío y a mi lado. Los gestos de personas que por ahí me hacen sentir que no estoy solo. La frecuencia sensible, amarillo y rojo. El placer de ver una flor, un paisaje, un rostro. Saber que todo va cambiando y yo también.

Escribo como una necesidad. Mi vida se reúne. Mis afectos aparecen en todo el esplendor de su realidad. Mi fuerza se multiplica. Por eso sigo escribiendo nomás. Más y más. Día tras día. Compaginando el libro que soy y por donde ando. Cuando estoy en mi frecuencia, estoy feliz.

En colores

El amor organiza, orienta, ordena

Buscando una dirección, encuentro el rojo y amarillo. Fuerza y confianza.

El celeste. Confianza y seguridad.

Los colores son para mí un medio más claro y directo de encontrar una dirección.

Comprenden también comprensión y sentido

La simplicidad substituye el caos de la mente, que presenta infinidad de argumentaciones, justificativas, propuestas

Ningún descubrimiento mío es realizado exclusivamente en soledad

Todo es recogido y probado comunitariamente, en relación

Incluye también el estudio de la ciencia. Sociología, filosofia, poesía

Arte.

La memoria provee el conocimiento de lo que resultó efectivo y eficaz en el pasado

Pero el presente presenta constantemente la necesidad de prestar atención a lo nuevo

Un contexto macrosocial de justicia, seguridad, esperanza, paz y crecimiento colectivo, es ciertamente mucho más propicio para el desarrollo personal pleno, que situaciones de ilegalidad, abuso de poder, impunidad, miedo, odio.

Igualmente, el desafio del vivir impone continuamente la necesidad de enfrentar el desafio de ser capaz de reformularme sin desfigurarme. Ceder sin anularme. Fluir respetándome.

¿Como puedo seguir siendo yo, intenso y total, sin forzarme, dismuinuyendo la autoexigencia? Descubriendo que puedo elegir. Puedo parar y esperar.

Pare, mire, escuche.

Mundo literario

De tanto leer y escribir, este mi mundo es ya el más amplio e incluyente en que vivo

Recupero lecturas primeras y recientes, y todas las del medio

Y estoy allí, en un mundo que me contiene y me guarda

Leo y escribo al leer y escribir

Me guardo en ese mundo acogedor que respiro y piso

Por allí voy a cada paso que doy, confiado y sin miedo

Mis libros me traen el cariño y la presencia de personas queridas

Al leer me interno en espacios que me amplían y me alegran

Me recuerdan y me enseñan

Me completan y anidan

No puedo vivir sin mis libros, que son los ladrillos de las paredes de la casa que me contiene y soy

Cuando algo me falta, refluyo a mi lugar en las páginas que me guardan

Entonces retomo aliento y ánimo

Fantasías y deseos

La fuerza de la vida

Imaginaciones y sueños

Afectos

Todo lo que es precioso

Está aquí guardado de manera bella y sabia

Creativa y unitiva.

Jazmines del cielo

Celeste. Veo jazmines del cielo. Despreocupación. Confianza. Tranquilidad. Paz. Los colores me son propicios. Vengo en ellos y me repongo. Me rehago. Amarillo. Anaranjado. Rojo. Verde. Blanco. Azul. Marrón. Mi vida en colores.

No necesito estar todo el tiempo pensando, interpretando, reverberando lo que viene desde los medios. Puedo venir a este mundo tan acogedor donde la vida pulsa y me recargo. Creo que he hecho esto muchas veces en mi vida.

Pintar. Dibujar. Traer la vida al papel y a la tela. También vienen buenas emociones. Me río. Se recompone todo mi trayecto vital. Se juntan todos los momentos, todo lo vivido. Crear. Hacer un mundo propio.

Un lugar donde pueda respirar y ser feliz. Los jazmines del cielo que veo son como los que hay en el jardín. Aquellos que traigo al papel, en cambio, tienen solamente cuatro pétalos. Celeste. Paz. Los colores me organizan.

Después de escribir esto vi un verde azulado y un verde hoja. Esto me trajo la sensación de fluidez e integración. Centramiento. Puedo vivir en paz con las personas que me rodean. Estoy seguro.

He ido reuniendo mi vida en colores. Me he venido resumiendo en colores. Tengo la sensación de pertenecer a ese lugar. Un lugar silencioso y sereno.

Identidad

La necesidad de ocupar mi propio lugar es lo que me trae hasta aquí. El conjunto de órdenes e imposiciones, las programaciones de comportamento social implantadas, crean una especie de barrera o dique. Una limitación que al mismo tiempo es una condición para la realización de lo que soy. Lo que somos. Puedo pluralizar o singularizar.

¿Qué hay de mí? ¿Qué es lo más auténticamente mío? Lo más básico y elemental. La respiración. El sentir. El sentimiento. Si me conecto con mi eje principal, todo anda bien. No dejaré de estar conmigo mientras esté con otras personas.

Una buena parte de lo que soy es intersección con seres queridos que me componen. Sin ese entrecruzamento constitutivo hecho de afectos y reconocimiento mútuo, yo no sería. Descubrir el eje principal y vivir según ese centramiento es lo que más necesito.

En comunidad aprendo el valor justamente de la reciprocidad. Cuando dejo de oponer una barrera al amor, fluyo. Me permito vivir esa trama fina de la vida que compone todo. He hecho la experiencia de observar atentamente mi mundo interno.

Me doy cuenta de que hay un tipo de pensamiento que es más que pensamiento. Es la propia substancia de la realidad. Es como si fuera el recipiente que guarda lo que existe. No siempre vivo en esta percepción o sintonía. Pero una atención focalizada me permite discernir que cuando me entrego al amor todo sale bien. Todo es como debe ser. Allí encuentro seguridad y paz. Fuerza para hacer las pequeñas cosas de todos los días.

Sustentación

Noche en la casa de campo.
El canto de los grillos.
El jardín. Las flores.
Soñé con un hibisco amarillo y retamas amarillas también.
Me alegra y me consuela este color.
Me sostiene y fortalece.
En la placita de la lechuza, las flores lila-rosado.
Escribo para hacer tiempo, hasta que llegue el sueño.
Me alegra la presencia de María.