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Presente

Yo puedo estar aquí. Siento que puedo estar aquí. Estar aquí es estar en mi cuerpo. Me doy cuenta de que mis dolores lumbares tienen que ver con sobre-exigencia.

No necesito violentarme. No necesito forzarme a hacer cosas todo el tiempo. No tengo que forzar nada. No hay nada que yo deba forzar. Ni en mí ni en las personas a mi alrededor.

Me doy cuenta de que en el pasado tuve estos mismos dolores y relajé. Relajé cuando ví que el pueblo argentino exigía justicia (1996).

El genocidio fue juzgado y sus ejecutores castigados. No sólo militares sino también civiles fueron juzgados y condenados. Hoy ya han pasado muchos años desde esas jornadas. Se hizo justicia.

Yo no preciso forzarme a nada. Lo repito porque esta es la sensación y el foco. Yo puedo estar aquí. No hice nada malo. No soy culpable de nada. Fui absuelto por la comunidad. Mi cuerpo sabe que puedo estar aquí.

Puedo disfrutar de la vida. Esto es concreto. Tengo derecho a ser feliz. Comprendo que personas que no pasaron por la violencia del estado terrorista no tengan la menor idea de lo que fue eso.

Eso no les da derecho, sin embargo, a decir cómo deberíamos sentirnos o cómo deberíamos actuar quienes enfrentamos a la dictadura. Me costó mucho poder entender lo que pasó.

Cómo fue que sucedió todo aquello. Entre el miedo y la mentira se generó mucha confusión. Estudié documentos e investigaciones (CIDH-OEA, OPAS-OMS, CONADEP) hasta comprender que fue de hecho un genocidio.

Hubo campos de concentración. La tortura, el secuestro y la desaparición de personas fue política del estado terrorista implantado por Videla.

Esto no se olvida porque alguien que no tiene la menor idea de lo que pasó ni de lo que está diciendo, diga: eso ya pasó. Si pasó o no pasó lo sé yo, que lo pasé. Ahora siento que sí, está pasando. Ya pasó. Ya pasó.

Ahora sí puedo decirle a mi cuerpo y saber: ya pasó. Ya pasó y va a pasar hasta no ser más nada. O talvez sólo un mal recuerdo.

El recuerdo de un tiempo en que una parte de los argentinos practicó crímenes contra la humanidad contra su propio pueblo. Fue mejor mirar ese pasado. Ahora el presente vuelve para mí con una cualidad tierna y suave.

Hacía tiempo que no tenía esta sensación. Vienen también los buenos recuerdos. Detalladamente vuelven las memorias todas de mi vida. Es mejor estar aquí. Ahora puedo estar aquí. Estoy aquí. En mi cuerpo. Otra vez.

Esta sensación la tuve en varios momentos de mi vida. Me doy cuenta de que el pensamiento y las palabras no son capaces de contener lo que existe. Es necesario el sentimiento para que la presencia se efective.

Las palabras vacías, dichas sin sentido, hieren. Son golpes sobre las heridas. Es mejor no decir nada, cuando no hay nada que decir. Ahora me quedaría escribiendo sin parar. Rehacer todos los pasos que me trajeron hasta aquí.

Toda mi historia es mía. Todas las muertes que me dolieron, una a una, las mías y las cercanas. Ahora creo que si la muerte me viene a buscar, no tendré miedo. Yo ya no estuve, entonces temía. Ahora que estoy, no tengo miedo.

Agradezco a cada persona que me acogió sin juzgar, desde el corazón. Siento que conmigo vuelven también tantas otras pesonas que pasaron por situaciones similares.

Este es un sistema de exclusión. Yo estuve afuera, ahora vuelvo. Es tan tenue estar o no estar. Aparentemente todo está igual, pero no es lo mismo desde adentro.

¿Cómo funcionaba la usina de fake news de la dictadura?

La dictadura tenía su propia usina de noticias falsas — hoy popularmente conocidas como fake news — en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Así surge de un documento que acaba de ser hallado en la sede central de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que muestra cómo la dictadura utilizaba la propaganda negra y la propagación de rumores como una estrategia que se desplegaba conjuntamente con la represión. Apelación al pago de prebendas, uso de inhibidores químicos, explotación de pornografía, todo medio quedaba justificado por el fin de las altas jerarquías del régimen militar.

Una copia de la Guía para el Planeamiento de Acción Psicológica “S” fue encontrada en un cajón de la actual Dirección de Comunicación Social de la AFI en el último mes, informaron desde la intervención que encabeza Cristina Caamaño. Es una encuadernación bien conservada con una tapa celeste fechada en 1980 y, según se puede leer, es una publicación que se realizó para la instrucción y la orientación básicas del especialista en acción psicológica “S” — léase, secreta.

Las acciones psicológicas secretas “son dirigidas, ya sea en la paz o en la guerra, a los públicos- blanco enemigos, neutrales y amigos a fin de provocar actitudes y conductas favorables al logro de los objetivos políticos y militares propios”, se explica en la guía a la que tuvo acceso Página/12. Para llevar adelante esas operaciones — explica la SIDE — se debían valer de “medios ocultos”, que son los que no evidencian su fuente de origen. “Deben ser planeadas y conducidas de tal modo que el gobierno responsable pueda negar, con toda impunidad, cualquier imputación en ese sentido”, señala el documento que recoge las enseñanzas puestas en práctica por las cabezas “políticas” de la dictadura.

La guía muestra el interés de la SIDE — que dependía directamente del Poder Ejecutivo y ocupaba la cima de la llamada Central Nacional de Inteligencia (CNI) — de usar cualquier tipo de medios y engaños para debilitar a quienes desde la Junta definían como el “enemigo”, pero, además, por construir hegemonía para sostener al gobierno de facto. Además, la guía se imprimió en un momento en el cual el afán represivo ya no estaba tan extendido, sino más bien focalizado, por ejemplo, en la cacería desplegada contra los militantes que volvían como parte de la contraofensiva montonera — hechos que hoy están siendo juzgados por un tribunal oral de San Martín — y cuando la dictadura empezaba a exportar sus “conocimientos” en la represión a otros países de la región.

La propaganda negra

Una de las herramientas que prescribe la guía de la SIDE es la apelación a la propaganda negra y da varios ejemplos de lo que puede englobarse dentro de esa categoría:

  • La preparación de rumores mediante murmuraciones.
  • La promoción de la pornografía.
  • La difusión de slogans sin autoría.
  • La propalación de chistes o bromas ridiculizantes.
  • La creación de un clima de superstición temerosa, mediante la explotación de la credulidad determinista en ritos ocultistas.
  • La falsificación de moneda corriente y sus tarjetas de racionamiento y documentos de identificación.
  • La promoción de literatura tendenciosa.

“Dado que emana de una fuente desconocida por el oponente, aunque naturalmente se presenta como suya, contribuye a su desmoralización, al sugestionarlo acerca de la existencia de elementos desleales y disidentes dentro de sus filas”, se explica en el documento.

La industria del rumor

La guía define al rumor como “el procedimiento por el cual se transmiten noticias artificialmente creadas no verificables, que pretenden representar sucesos reales y que circulan en un público-blanco seleccionado y se comunica con frecuencia de modo inexacto”. Estos procedimientos se planificaban en las llamadas “usinas de rumores”, dice la SIDE sin dar más precisiones de lo que podría ser un antepasado de las actuales granjas de trolls para las redes sociales.

La SIDE estaba especialmente atenta a tres situaciones para dar rienda suelta a su ejército de murmuradores. Decía que eran buenos momentos para esparcir rumores cuando no hay informaciones seguras y de buenas fuentes sobre algo que interese a un grupo o a la sociedad, en momentos de crisis — o sea, cuando hay peligro que se produzca un acontecimiento que escape al control de los individuos–, y en toda situación caracterizada por la inactividad y la monotonía.

Según la guía había tres tipos de rumores. En primer lugar, el agresivo, que estaba enfocado en dividir a los grupos y atacar los sentimientos de fidelidad. Es un tipo de rumor, sostenía la SIDE, que se basa en el disenso, el rechazo y los prejuicios. En segundo lugar, aparece el rumor de tipo fantasma, que refleja los temores y ansiedades del que lo propone y el que lo escucha. “Se basa en la tendencia a la anticipación temerosa de los sucesos”, explica. Como contracara al rumor fantasmagórico, aparece el de ensueño, que expresa las aspiraciones y las esperanzas de aquellos entre los que circula.

Para la SIDE, el rumor era el medio más idóneo y más barato para propagar información falsa. Decía que era especialmente eficaz cuando se lo usaba con la propaganda negra y especialmente útil en ambientes ávidos de información porque adquiere una “extraordinaria velocidad de propagación”. Sin embargo, no todo es color de rosa en el mundo de los servicios. “Podrá comprometer la ética de la fuente (desacreditarla), si ésta no se encuentra convenientemente cubierta”, explica y advierte que no funcionan los rumores presentados en forma demasiado concreta y de fondo totalmente falso porque pueden ser fácilmente desmentidos con “evidencia” por el “enemigo”. La clave está, sabe la SIDE, en las zonas grises y en conocer los humores sociales — algo que era parte de su misión durante los años de la dictadura (ver aparte).

Los medios ocultos

La SIDE lista, al menos, diez medios ocultos — algunos inverosímiles — indispensables para llevar adelante las acciones psicológicas.

  • La radiodifusión.
  • Los obsequios privados: son los distintos tipos de prebenda — dice la guía y ejemplifica con comisiones de favor, royalties no justificadas técnicamente, ana-ana y coimas.
  • Agentes especiales como agentes de rumores, polemistas callejeros, agitadores de reuniones públicas, agentes provocadores, rompehuelgas, falsificadores y “elementos de actividad femenina”.
  • Propaganda subliminal: la proyección subrepticia de imágenes a través de medios audiovisuales — cine y televisión — durante breves espacios de fracciones de segundos. La SIDE decía que la proyección debía ser breve para que no ingresara de modo consciente, sino de manera inconsciente y así se grabara en el sistema nervioso. “Si se repite con suficiente frecuencia ‘se mete en la cabeza’”, agrega.
  • Compulsión física.
  • Compulsión psíquica: anónimos, amenazas, chantajes, seguimiento físico y persecución telefónica, propalación oral de chismes y calumnias y difusión de panfletos y libelos difamatorios, boicots.
  • Toxicomanía.
  • Agentes químicos inhibidores.
  • Lavado de cerebro, basado en técnicas de repetición, hostigamiento y humillación.

Apunten, fuego

La SIDE fue hasta la entrada de la democracia un organismo totalmente militarizado. Desde unos días antes del golpe estuvo comandada por Otto Paladino, que dejó la Secretaría para fines de 1976 — coincidentemente con la fuga de una pareja del centro clandestino Automotores Orletti, el único que, hasta ahora, se sabe fue comandado por la SIDE. A Paladino lo reemplazó Carlos Laidlaw, que a principios de enero de 1978 pasó al ministerio de Planeamiento. Cuando la guía se escribió, Carlos Alberto Martínez estaba al frente de la SIDE. Había sido durante los años más duros de la represión el jefe de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército.

Prueba de la ligazón existente entre la SIDE y las fuerzas armadas es que la guía explica que retoma la terminología definida por la Comisión Interarmas en SIDE, por el Ejército y el Estado Mayor Conjunto. Hasta ahora los expertos que Caamaño designó para un ambicioso programa de relevamiento documental no encontraron otros indicios sobre la conformación y el funcionamiento de esa comisión.

La guía también sostiene que es la Junta de Comandantes en Jefe la que ordena las operaciones y determina sus objetivos. Además, explica que la población en su conjunto es el blanco prioritario de las acciones psicológicas. En segundo lugar, aparecen los grupos insurgentes como interés, ya que allí se apunta a crear disensos, insatisfacciones y deserciones. Después vienen los “elementos neutrales” y los países hostiles, lo que muestra que la dictadura no conoció límites a la persecución de sus objetivos — aunque la guía reconoce que había una limitación y que era la “ética de base cristiana”, algo que dudosamente se haya podido poner en práctica si seguían sus enseñanzas.

El rol de la SIDE

La SIDE tuvo un rol vinculado a la acción psicológica desde antes del golpe y que fue asignado por la directiva del Consejo de Defensa 1 de 1975. Allí decía que la SIDE debía brindarle a la Junta de Acción Psicológica — integrada por las distintas fuerzas — información sobre el factor psicosocial, referido a la personalidad social básica nacional e información sobre los medios de comunicación propios y del oponente. Esa directiva también establecía que el Estado Mayor Conjunto iba a capacitar a las fuerzas e incluso a las empresas estatales en todo lo referido a la comunicación social con el apoyo de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) de la propia SIDE.

Al interior de la SIDE, 1975 fue un año de cambios también. Por la resolución 1264, se creó la Dirección de Comunicación Social — donde se encontró la copia de la Guía para el Planeamiento de Acción Psicológica “S”. Esa dirección tuvo dos departamentos: el de Inteligencia — con las divisiones de Reunión Pública y Situación Psicosocial — y el de Operaciones Psicológicas, donde funcionaban las divisiones de Medios Audiovisuales, Medios Escritos y Gráficos y Operaciones Especiales.

En 1978, cuando ya había desembarcado Carlos Alberto Martínez al frente de la SIDE, la resolución 1047 estableció que la Secretaría debía trabajar con la Secretaría de Información Publica (SIP) en lo interno y con el Ministerio de Relaciones Exteriores en lo externo.

En su libro La acción psicológica, la comunicadora y doctora en Ciencias Sociales Julia Risler sitúa a la SIDE como uno de los elementos fundamentales de la estrategia psicosocial de la dictadura. “La estrategia psicosocial implicó la producción y revisión de información, el control sobre los medios de comunicación y la regulación del comportamiento de la ciudadanía a través de una estructura institucional que articuló la Secretaría de Información Pública, la Subsecretaría del Interior (del Ministerio del Interior) y la SIDE”, escribió Risler.

La función de la SIDE estuvo centrada en el control de medios, en el control de publicaciones que venían del exterior y, sobre todo, en la realización de sondeos de opinión pública a través de la Dirección de Comunicación Social.  La aparición de esta Guía podría reforzar el rol en las formación de las fuerzas en materia comunicacional que tuvo la Secretaría tal como se lo habían asignado antes del golpe.

La hora del cambio de mentalidades

“Soy consciente de la magnitud y de lo ímprobo de la tarea a emprender. Me doy cuenta de que la dificultad mayor puede estar en el cambio de mentalidades para adecuarlas a imposiciones actuales de lucha”, decía Leopoldo Fortunato Galtieri en el documento secreto que lleva el título Orientación del Comandante en Jefe del Ejército. Ese texto sirve para entender cuáles podían ser las prioridades que guiaban en ese momento a un organismo totalmente militarizado como era la SIDE cuando se imprimió la Guía para el Planeamiento de Acción Psicológica “S” y comprender que la intención de los altos mandos pasaba por ganar las cabezas de la población.

“La visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) era el tema del momento y es el que no sólo profundiza la preocupación del régimen por la acción psicológica sobre la población, sino que también profundiza la preocupación por la pérdida de rumbo de la dictadura en general”, explica a Página|12 la socióloga e investigadora del Conicet Paula Canelo, autora de El Proceso en su laberinto y La política secreta de la última dictadura, entre otros.

“Hay tres momentos de caída de la dictadura”, amplía Canelo. “El primero es la salida de los integrantes de la Secretaría General de la Presidencia, que eran quienes hacían el link entre la dictadura y la dirigencia política existente. El segundo es la visita de la CIDH. El tercero es Malvinas. La Guía se publicó en 1980, cuando la dictadura está perdiendo el rumbo con mucha claridad y la cuestión de la acción psicológica aparece en las fuentes sobre todo en los momentos críticos de la dictadura”, concluye.

Operaciones psicológicas

La dictadura llevó adelante operaciones psicológicas enfocadas hacia la población general y hacia los núcleos militantes en particular con la asistencia imprescindible de los medios de comunicación. Estos son algunos casos emblemáticos:

  • En 1976, se presentó como muerta en un operativo en Lomas de Zamora a Norma Arrostito, fundadora de la organización Montoneros. En realidad, estuvo más de un año secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
  • En 1977, las revistas de la editorial Atlántida dedicaron varias tapas a denunciar que una niña de nombre Alejandra era una “víctima inesperada” del terrorismo. En realidad, Alejandrina Barry y sus padres eran víctimas, pero del terrorismo de Estado, que había dispuesto un operativo conjunto en Uruguay entre la Armada argentina y fuerzas uruguayas para secuestrar millitantes.
  • En 1979, en la víspera de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los marinos sacaron de la ESMA — donde la tenían secuestrada — a Thelma Jara de Cabezas para dar una entrevista a la revista Para Ti. “Habla la madre de un subversivo muerto” , la titularon. Para la visita de la CIDH, apareció también el slogan “Los Argentinos somos derechos y humanos” y se publicaron libros sin autor sobre el “terrorismo”.
  • La propia SIDE tuvo una agencia de noticias, que funcionaba en el Palacio Barolo y se llamaba Agencia Saporiti. En junio de este año, Stella Segado — especialista en archivos — declaró en el juicio de la Contraofensiva y mostró un cable de la Agencia Saporiti que decía que había muerto “una subversiva argentina en Madrid”. Se trataba, en realidad, de Noemí Gianetti de Molfino, secuestrada en Perú y asesinada España.

Fuente: Página 12

Humanizar

La humanidad no puede ser abolida. La humanidad no va a ser abolida. Eventualmente hay victorias de la deshumanidad, pero aquello que es indestructible prevalece.

Una dictadura, un régimen ilegal e inconstitucional, ilegítimo, permanecen sobre bases falsas. Mentira, miedo, terror, engaño, sobornos, amenazas, ignorancia, desinformación, negación de la realidad.

Esto inevitablemente se desvanece. La vida solamente permanece asentada sobre la verdad. La historia muestra sin lugar a dudas que la humanidad no se dobla. No se rompe.

Las luchas sociales han establecido límites que no pueden ser atropellados impunemente. Genocidas, delincuentes políticos institucionales, periodistas venales, gente que se vende por centavos.

La ralea, en suma, inevitablemente tiende al desague. El basural es su lugar. Justicia es la única manera como puede restablecerse la democracia en Brasil. Educar. Reconstruir humanidades e identidades. Recuperar la memoria resiliente. Vamos a vencer.

Que se abran los archivos del Vaticano para que se sepa la verdad y actúe la justicia


Martín Almada
Carta Abierta al Papa Francisco
“Me dirijo a su Santidad para solicitar su valiosa contribución a favor del Derecho a la Verdad y la Justicia para las víctimas del Terrorismo de Estado de los países de América Latina, en las décadas de los 70 y 80, consistente en la APERTURA DE LOS ARCHIVOS DEL VATICANO y la desclasificación de los documentos referidos a Paraguay, Argentina, Chile, Bolivia, Brasil y Uruguay.
Fundamento este pedido en la lenta acción de la Justicia en Paraguay, que ha logrado en 25 años de democracia y con una nueva Constitución Nacional, unas pocas sentencias sobre crímenes de lesa humanidad producidos durante el período 1954-1989 de la dictadura encabezada por Alfredo Stroessner.
UNA EXPLOSION DE LA MEMORIA
Igualmente por la existencia de uno de los mayores archivos de fuerzas militares y policiales de la región, descubiertos el 22 de diciembre de 1992 (Causa: Habeas Data Martín Almada) y actualmente categorizados por la UNESCO como MEMORIA DEL MUNDO, Año 2009, que se encuentra a disposición de jueces y público, en el Palacio de Tribunales de Asunción. Cabe destacar que en ese acervo documental se encontró el Acta de Nacimiento de la Operación Cóndor.
Asimismo, en el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia, creada a instancias de la ciudadanía, mediante la Ley 2.225, presidida por el Monseñor Mario Melanio Medina, entregado al Estado Nacional y a la sociedad civil los días 28 y 29 de agosto de 2008. Este Informe concluye con la confirmación del testimonio de miles de víctimas sobre la existencia de las más graves violaciones a los Derechos Humanos cometidas en la dictadura stronista y en aplicación de la llamada Operación Cóndor. Como se sabe, una alianza criminal entre las dictaduras de los países del Cono Sur.
Como antecedente inmediato llevamos a su conocimiento que, debido a la manifiesta falta de voluntad política, un grupo de víctimas representantes de diversos sectores de la sociedad paraguaya, afectada en la época, hemos iniciado en agosto pasado, una querella penal contra los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura stronista en los tribunales de Argentina, basados en el principio de la Jurisdicción Universal para los crímenes de esta naturaleza, sostenida por la legislación internacional, principalmente de la Organización de las Naciones Unidas. El Juez de la causa ya remitió a las autoridades paraguayas el EXHORTO correspondiente.
Debido a la significación de estas acciones y al contexto político actual de Paraguay, que mediante las elecciones nacionales de 2013 ha posibilitado el regreso del Partido Colorado y con ello ha comenzado a dar indicios de políticas de flexibilidad y tolerancia hacia los nostálgicos de la dictadura, Paraguay continúa al margen de la Ley.
Como será de su conocimiento, la Iglesia Paraguaya, fiel a la Conferencia de Medellín y el Concilio Vaticano II, bajo la conducción de Monseñor Ismael Rolón, caracterizó toda esa etapa por el alto compromiso con las directrices emanadas de ambos históricos eventos y la consecuencia fue la detención, tortura y exilio.
QUE LA IGLESIA SE ABRA A LA SOCIEDAD
Tenemos entendido que numerosos documentos de denuncia e informaciones habrán sido enviados, desde distintas personas, hacia las autoridades vaticanas, informaciones y solicitudes sobre la trágica situación de nuestros países por aquellos años de TERRORISMO DE ESTADO, así como del centenar de ciudadanas/os paraguayas/os detenidos desaparecidos en la Argentina.
CON 85 KILOMETROS DE ANAQUELES
Es de público conocimiento que los ARCHIVOS DEL VATICANO reflejan la vida de la Iglesia y el acontecer del mundo de los últimos XXI siglos, convirtiéndose en una de las fuentes de conocimiento más vastas de nuestros días, de indudable utilidad para reclamar justicia. También, esta apertura posibilitará a la consulta de los investigadores sociales; por todo ello, sugiero que la UNESCO lo declare MEMORIA DEL MUNDO.
Para finalizar, pongo de manifiesto dos hechos de alta significación para la historia de las luchas por los DDHH en Paraguay. La primera de ellas, la situación conocida de su amparo al Padre José Luis Caravias, histórico gestor de las Ligas Agrarias Cristianas en los momentos de la más dura represión stronista. La segunda, el honroso comentario que realizó sobre la Dra. Esther Ballestrino de Careaga como formadora de actitudes morales y por su capacidad de lucha por los Valores de Justicia y Libertad. Esta acción ha sido muy apreciada en la opinión pública paraguaya, ya que se trata de figura señera en el camino que ella supo transitar con excelencia, el de la solidaridad y la defensa de los Derechos Humanos.
Santo Padre, me despido en la convicción que “No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a descubrirse” (Mateo, 27).
Quedo atento a su respuesta y lo saludo con mi mayor respeto”.
Asunción del Paraguay, 27 de Enero de 2014
El autor es Premio Nobel Alternativo de la Paz 2002. Víctima de la Operación Cóndor. Descubridor de los archivos militares-policiales (22/12/1992), actualmente Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los DDHH de la Corte Suprema de Justicia de Paraguay, declarados Memoria del Mundo (UNESCO – 2009)

Chile: justicia acoge querella contra “instigadores” del golpe de 1973

(EFE).- La Justicia acogió hoy a tramitación una querella que familiares de víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet presentaron contra “los instigadores” del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, informaron fuentes judiciales.

La aceptación del libelo la dictó el juez Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, en respuesta a la presentación, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP).

La acción legal es patrocinada por los abogados de derechos humanos Eduardo Contreras y Alfonso Insunza y pide investigar el eventual delito de asociación ilícita de parte de quienes conspiraron para que se perpetrara el golpe de Estado que encabezó Pinochet para derribar el gobierno de Salvador Allende.

De ese modo, según la querella, los instigadores del golpe dieron paso a un serie de delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura (1973-1990), durante la cual murieron unos 3.200 chilenos a manos de agentes del Estado, de los que unos 1.192 aún figuran como detenidos desaparecidos.

Además, según se estableció oficialmente, unas 33.000 personas fueron torturadas y encarceladas por causas políticas.
El abogado Eduardo Contreras consideró “un paso importante” la decisión del juez Carroza y según dijo a los periodistas, ahora espera que el juez dé curso a varias diligencias planteadas en la querella.

Entre ellas, que sean citados a declarar a algunos de los principales actores políticos de la época que aún están vivos, entre ellos el expresidente Patricio Aylwin (1990-1994), que en 1973 presidía la Democracia Cristiana, que se oponía al gobierno de Allende.
También al político derechista Sergio Onofre Jarpa, líder del derechista Partido Nacional (PN), que fue ministro del Interior de Pinochet en los años 80 y retirado de la política activa desde hace varios años.

Durante el gobierno de Allende, la DC y el PN se unieron en una Coalición por la Democracia (Code) para enfrentar unidos a la Unidad Popular (UP), conglomerado de izquierda que sustentaba al presidente socialista.

A la derecha de la Code se situaba al grupo neonazi y ultranacionalista Patria y Libertad, que recurrió al terrorismo para desestabilizar al gobierno y cuyo fundador y máximo líder, Pablo Rodríguez, es un conocido abogado que defendió a Augusto Pinochet en múltiples procesos que el dictador debió afrontar en sus últimos años de vida.

Según la querella, los instigadores del golpe dieron paso a un serie de delitos de lesa humanidad cometidos en la dictadura (1973-1990). En la imagen, manifestantes rinden homenaje al expresidente Salvador Allende, el pasado 11 de septiembre, en el aniversario del golpe. EFE/Archivo