Esto sucedió desde la llegada de los celulares y la internet
Yo sigo llegando y ya llegué
Y la gente más bien se sigue alejando
Tengo que recordarles amablemente que yo estoy aquí
Y esperar pacientemente que vuelvan a hacerse presentes
La ausentificación se aceleró todavía más con el Zap
Hasta los policías (no sé si las policías también) en sus guardias con el celular en la mano
No es sólo un desahogo, hermano y hermana
Es que realmente es paradójico
Vengo y se van
Estoy presente en medio de ausentes
No deja de tener su lado divertido
Es como un juego de palabras
Un juego a secas
Vengo y te vas
Vuelvan que estoy.
Lo que no dejo de constatar es que de todas maneras, la vida sigue siendo un trayecto brevísimo y mutante entre dos eternidades
Un día nos vamos, nos guste o no
A nadie le gusta, por lo menos normalmente
Sabemos que irá a ocurrir pero no esperamos ese momento
Es un pasaje, al menos esto me gusta pensar
Un pasaje
Me voy a otro lugar
Nos vamos a otro lugar
No es un final de se acabó y no hay nada más
Qué haya después lo sabré al pasar, no antes
Me toca confiar nomás
Presentemente
¡Presenten, armas!
¿Cuál es el arma del presente?
¿Cuál es el arma del presente?
Lo repito a ver si se presenta
A ver si se presentan
Es el arma de la presencia, simplemente
Estar aquí totalmente, de todos los modos que seamos capaces
Encuadernados, encuadernadas
Toda la nación de tiempos
Todas las nacencias de la ciencia
Con ciencia.
(El lado divertido de esta irrealización diaria es que el mundo quedó más para mí. Estoy y la gente no está. Esto crea una situación privilegiada para la observación.)