Arquivo da tag: Amistad

Movimiento

Aquí rodeado de aves y sus cantos

Flores y colores

Libros y cuadernos

Mundos acogedores donde me guardo y fortalezco

Me arraigo y crezco

Mi oración y mi vida son un solo movimiento

Mi historia y mi presente se abren al unísono

Para dejar pasar este instante fugaz que es todo lo que tengo

El calor del campo

El movimiento de Jacumã

La vecindad alrededor

Han sido y siguen siendo el lugar

Donde me he venido rehaciendo y lo sigo haciendo

Renazco todas las mañanas y a la noche

Las estrellas y la luna y el cielo azul oscuro

Me guardan hasta la mañana siguiente que es esta donde escribo.

Esperanza

Cuando pongo algunas letras en la hoja, todo se ordena. Por lo menos, veo aún más claramente. Todo está en su lugar y es como debería ser.

El fin de año me trajo algunos momentos de alegría. Convivencia. Conversaciones. Contacto. Confianza. Comunidad. Esperanza.

Cosas antiguas que se renuevan y refuerzan. Familia. Amistades. Arte. Fe. La memoria junta tiempos. Se restablecen sensaciones primordiales de seguridad, tranquilidad y paz.

Felicidad puede ser saberse en el lugar exacto. El amor adentro y al lado. Permitir el placer, el disfrutar, el saborear. Pertenecimiento. Comenzar el año con esperanza renovada.

Un mundo de amor

He pasado buena parte de mi vida resistiendo a intentos de invasión. Presiones para que me comporte de una o de otra manera. Esto le pasa a mucha gente. No sé si a todo el mundo. Es muy grande esta expresión. Lo que quiero decir y digo ya nomás, es lo siguiente: que estas presiones continúan, y mi resistencia también.

Lo que hoy me doy cuenta es que si bien esta lucha es contínua, ahora tengo un poco más de claridad sobre qué es lo que está en juego. Es mi identidad. Mi vida propiamente dicha. Mirando retrospectivamente veo que así fue ya también en mis primeros tiempos. Me sentía al mismo tiempo un sapo de otro pozo y alguien original.

Para tratar de formar parte de algún grupo, ser aceptado o aceptada, siempre hay que hacer concesiones. Por ejemplo esto del lenguaje inclusivo. Otras concesiones implican en pérdida de libertad. Algo se gana y algo se pierde, siempre. Me doy cuenta de que en este juego de la vida en sociedad, más bien me fui quedando bastante solo.

Amistades esporádicas. Algunas pocas que han sobrevivido a todos los cambios. Vínculos fuertes y sustentables en la familia. Aquí es donde creo que he conseguido superar aquello que muchas veces amenazó con dejarme sin apoyo. La familia creció. Se hizo comunidad. Pertenecimiento. Vecindario.

Fui rehaciendo paciente y laboriosamente, los hilos que me componen y me conectan con todo a mi alrededor. Recupero la confianza que tantas veces fue golpeada duramente. Es un trabajo cotidiano. Mi atención vuelve a ser cada vez más plena. De pronto veo y me veo entre la gente, como si siempre hubiera sido así. Sin miedo.

Aunque sé que exteriormente soy ya una pesona de edad, adentro mío no tengo edad. No pasó el tiempo. Sigo siendo mas o menos el mismo pibe que andaba por el mundo con confianza y alegría. Sé que hay gente que no vale nada.

Pero esto no me hace andar armado contra la mayoría, que son decentes y luchan como yo por hacerse un lugar en el mundo. Encuentro por ahí mas bien el amor, que no se rinde ni podría hacerlo. La gentileza, la buena voluntad, el deseo de ayudar. Entonces sé que mis sueños juveniles siguen vivos. Un mundo de amor.

Este fue mi sueño de adolescente. Los Beatles, un símbolo. Arcoiris. Sui Generis. Al llegar a Brasil, otras canciones y lo mismo. La misma fe, la misma confianza, la misma solidaridad. Chico Buarque. Renato Teixeira.

Algo tenebroso se extiende también por ahí. Nos toca brillar. Ser luz. Saber que como ayer y como siempre, ese amor infinito nos envuelve y nos protege, nos guía y nos sostiene. ¡Buen día!

¿Qué sentido tiene la vida? ¿Tiene algún sentido estar vivos, vivas?

¿Ya te has hecho esta pregunta alguna vez, querida lectora o lector?

Cuando estalla una guerra, cuando veo como se mata por nada y para nada, por motivos fútiles, o aún por el mero “placer” de matar, me pregunto una vez más:

¿Qué sentido tiene la vida?

Los noticieros nos bombardean constantemente con noticias que refuerzan un escenario de desvalorización de la vida

Sin embargo, siguen naciendo personas todo el tiempo. ¿Para qué? ¿Para ser usadas, abusadas y descartadas cuando ya no sirvan más?

¿Servir para qué?

¿Para qué sirve la vida?

¿Para enriquecer a quienes ya tienen riqueza de sobra?

Ahora sale el sol. Sobre el mar, a lo lejos, veo el sol naciendo. Un brillo precioso, refulgente, por debajo de nubes grises.

En tiempos de crisis, nos hacemos preguntas. Es mejor que tratemos de darles respuestas. Pero yo no soy de aquellos que le dan trabajo a los demás.

Trato de hacer lo mío. Me hago estas preguntas y las comparto, y también comparto algo de lo que aprendí en este ya largo camino.

No comprendo que haya gente con hambre, gente pidiendo comida y durmiendo en las calles.

Esto me duele.

Luché para que en la Argentina de los años 1970, hubiera un país sin hambre, sin dominación y sin violencia.

Esto significaba educación para todos y todas. Darnos las manos, hacer juntos, juntas. Ir más allá de las divisiones de clases.

El intento tuvo corta duración. En seguida el retroceso. Más de lo mismo, y ahora ya en una escala sin precedentes. Campos de concentración. Centros de tortura.

Esto no me gusta ni me hace bien recordar. Pero me lo recuerda todos los días la prensa, los diarios, la televisión, las redes sociales.

No tengo más remedio que sacarlo afuera, para que no se pudra. La basura afuera. Adentro, luz, esperanza, solidaridad, como ayer, como siempre.

No se puede matar la vida. Subsiste bajo toda circunstancia. Y aún parece ser que cuanto más se la trata de extinguir, viene con más fuerza, como las plantas.

La educación y el arte, la literatura y la poesía, el amor, siguen siendo para mí lo que le da sentido a la vida.

Así que ya ven que sigo siendo de aquellas personas que no se rinden.

El sol ya está un poco más arriba en el cielo, lo cual me recuerda una canción que escuché en 1977: Sale el sol.

Sale el sol. Sigue saliendo el sol. ¿Esto tiene algún sentido, algún significado?

La luz amarilla anaranjada pinta las paredes. Cantan los pájaros y pájaras.

¡Buen día!

¿Qué fué lo que aprendí? ¿Qué aprendo todos los días?

Que se puede. Un día por vez es posible. Y un poco después también. Una meta próxima, para después de la oscuridad.

Familia, fe, amistad. Construcción colectiva. Comunidad. Confianza. Esperanza. Estas son cosas que vi que subsisten.

Siguen siendo recursos con los cuales podemos seguir contando.

No tenerle miedo al miedo. Cuentan que el miedo golpeó a la puerta. El coraje fue e a abrir. ¿Saben qué encontró? ¡Nada!

No quedarnos solos, solas. Esto es fundamental. No perder contacto con gente alrededor.

No vivir a la defensiva ni a la inofensiva. Esto es: no inventar enemigos ni enemigas, ni tampoco hacer de cuenta de que no los hay.

Pero si es que hay enemigos o enemigas, no son míos, sino de la humanidad. Y a esto no hay que temerle. Es nada. Menos que nada.

Las emociones nos unen, nos dan fuerzas. Mis sentimientos me unen a mí mismo. Son la costura del tiempo.

Estando yo unificado, sintiendo y comprendiendo con el corazón, estoy en comunión con la fuerza que sostiene al mundo.

Ni aún quien quiera que pueda llegar a creer que es mi enemigo o enemiga, no me pondrá contra mí.

Estoy a mi favor.

Si sé lo que quiero, si tengo claridad sobre qué es lo que quiero, no hay nada que me pueda derrotar.

La confusión es lo que hay que evitar. Que no nos confundan, bajo ninguna circunstancia.

¿Morir por la patria? ¿Qué es eso? ¿Qué patria? ¿La patria de quién? ¿Adónde están los señores y señoras de la guerra?

No me vengan con macanas. Sólo conozco el trabajo. La suma de esfuerzos que conduce a que una persona se transforme en algo valioso.

Una obra de arte. Algo que pueda valer la pena. Esto es lo que para mí le da sentido a la vida.

No es quedarse sentado o sentada viendo lo que pasa, o más bien, lo que dicen que pasa, que es muy diferente de lo que realmente sucede.

Es patético el espectáculo de vanidades que se presenta en la llamada escena política actual. Personajes en todo contrarios a la vida dominando el escenario.

Pero hay una luz, una hendidura. Una posibilidad. Apenas perceptible, la luz se viene infiltrando en medio de la oscuridad.

 

Foto: “Paz”, pintura del autor

Ecos de ayer

Vengo a compartir algunos sentimientos

Emociones que buscan decir su nombre

En el intento algo va apareciendo

Amigas y amigos que llegan desde el tiempo

Atravesando años

Deshaciendo exilios

Comunidades en marcha

La vida se recompone en el cara a cara

Ahora la lluvia y el viento

La noche sobre el mundo

Unas luces trazan el camino

Miro dentro de mi corazón y alrededor

Siempre así:

Miro dentro de mi corazón y a mi alrededor

Entonces sé el camino a seguir.

 

(Escrito después del reencuentro con amigas/os expulsados/as de la FCPyS-UNCuyo por la dictadura, el 10-07-2021)

 

Vengo a compartir algunos sentimientos

Vengo a compartir algunos sentimientos

Emociones que buscan decir su nombre

En el intento algo va apareciendo

Amigas y amigos que llegan desde el tiempo

Atravesando años

Deshaciendo exilios

Comunidades en marcha

La vida se recompone en el cara a cara

Ahora la lluvia y el viento

La noche sobre el mundo

Unas luces trazan el camino

Miro dentro de mi corazón y alrededor

Siempre así:

Miro dentro de mi corazón y a mi alrededor

Enconces sé el camino a seguir.