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En colores

El amor organiza, orienta, ordena

Buscando una dirección, encuentro el rojo y amarillo. Fuerza y confianza.

El celeste. Confianza y seguridad.

Los colores son para mí un medio más claro y directo de encontrar una dirección.

Comprenden también comprensión y sentido

La simplicidad substituye el caos de la mente, que presenta infinidad de argumentaciones, justificativas, propuestas

Ningún descubrimiento mío es realizado exclusivamente en soledad

Todo es recogido y probado comunitariamente, en relación

Incluye también el estudio de la ciencia. Sociología, filosofia, poesía

Arte.

La memoria provee el conocimiento de lo que resultó efectivo y eficaz en el pasado

Pero el presente presenta constantemente la necesidad de prestar atención a lo nuevo

Un contexto macrosocial de justicia, seguridad, esperanza, paz y crecimiento colectivo, es ciertamente mucho más propicio para el desarrollo personal pleno, que situaciones de ilegalidad, abuso de poder, impunidad, miedo, odio.

Igualmente, el desafio del vivir impone continuamente la necesidad de enfrentar el desafio de ser capaz de reformularme sin desfigurarme. Ceder sin anularme. Fluir respetándome.

¿Como puedo seguir siendo yo, intenso y total, sin forzarme, dismuinuyendo la autoexigencia? Descubriendo que puedo elegir. Puedo parar y esperar.

Pare, mire, escuche.

Excelente comienzo: reír

Reír es el mejor remedio. Una persona es un capítulo.

El capítulo de hoy empieza así. “La vida es amiga del arte, es la parte que el sol me enseñó.” ¿Para qué tanta seriedad?

¿No cierto? Yo creo que sí. No es necesario. Si me río todo va mejor. No es la risa del sarcasmo, para nada. Es más bien la otra. La carcajada sonora, que borra las tinieblas e ilumina.

¿Qué es lo que me provoca tristeza? ¿La ausencia de un ser querido? No puede estar ausente ya que está aquí. Ayer me entretuve leyendo algunos de mis libros. Mosaico, Libertatura, Folhas recolhidas.

Me hizo bien volver a sentir como es que yo era entonces. En 2003, en 2014, en 2017. Es una comedia. Me reía al recordar gente y situaciones de entonces.

Lo que pudo parecer dramático ahora me hace reír. No sé como es que hay gente que cree que la historia no se repite. Los mismos trucos.

Creen que uno no presta atención, pero yo presto atención a todo, siempre fui así. No se me escapaba nada. Releyendo esos escritos antigos me viene una sensación de contentamiento.

Se puede. Yo puedo. Se puede salir siempre de la situación más desafiadora. Y a veces el desafío es simplemente comprender. En vez de arremeter sin reflexión, parar, mirar, escuchar, ver.

Como aquellos letreros que había en el paso a nivel. Pare, mire, escuche. Cuidado con los trenes. Cada cosa que escribo trae una infinidad de evocaciones. El miedo no debe gobernar nuestros actos.

Mirando retrospectivamente, y aún en el pasado más reciente, veo que a pesar del miedo siempre seguí y sigo adelante. El miedo muchas veces son recuerdos fuera de lugar.

Los pongo en el estante respectivo y ya está. Ahora la casa está vacía. Muchas veces me quejo de no tener lugar. Ahora tengo todo el lugar. Veo los cuadros, los rostros familiares. Todo me toca aún más.

Los recuerdos de familiares que aquí estuvieron y están de otras maneras. Mis padres me han recibido en esta casa. Los encuentros virtuales me traen acogimiento. Apoyo. La vida va yendo así.

El canto de los teros a lo lejos. El sol subiendo sobre el horizonte. Nubes. ¡Cuántas nubes ya pasaron! Seguirán pasando. Y el sol brillando. Siempre brilla el sol. El aprendizaje del vivir es contínuo. Belleza.

Ese es el camino. Siempre hay una salida posible. Nunca estamos solos ni solas. Sacar el mayor bien del mayor mal. Generar algo bello. Así empieza la introducción a este día.

¿Adónde me llevarán mis pasos hoy?

Muchas memorias me visitan

Otros tiempos se presentan

El presente también viene.

Es de noche

Madrugada

Descarto los tumultos

La presión hacia lo que anda mal

Lo que no funciona

¿Adónde me llevarán mis pasos hoy?

Los proyectos que me incluyen

Donde me incluyo

De aquí es donde viene mi fuerza

Miro hacia adentro y veo

Ese camino comunitario

Inmediato y próximo

Confianza y luz

Dirección y sentido

Voy por ahí.

Dentro y fuera. ¿Qué puedo hacer?

Desde temprano nos ponen a mirar hacia afuera. Las normas sociales. El orden político. Lo que hace la otra gente.

Aprendemos a vivir para afuera. La vitrina. El show.

Lo que no se puede modificar.

Lo que es manejado por los poderes de este mundo.

El dinero.

La guerra. La tortura. Las prisiones ilegales. La corrupción política.

Todo esto no lo hemos decidido nosotros, nosotras.

Es gracioso esto de la bifurcación del linguaje

Es algo impuesto también.

Por supuesto, con razones.

Razones hay para todo, hasta para la sinrazón

El hecho es que la vida va pasando. El tiempo se va acabando

Lo que está en mis manos, en tus manos, en nuestras manos, es lo que sí podemos modificar.

El mundo a nuestro alcance.

¿Qué hago? ¿Qué hacemos?

Yo no sé cuánta gente lee esta revista.

En todo caso, escribo para quien pueda llegar a estar allí.

Todas las vidas son valiosas. Al menos, tenemos la posibilidad de hacer que la nuestra valga la pena.

Esto exige mirar hacia adentro. Tomarnos en serio.

Prestar atención a la persona que somos. El ser que soy. Aprender a vivir singularmente, si todavia no lo hemos hecho.

Tratar de equilibrar la balanza, si es que todavía pesa mucho la demanda externa.

Algunas personas de vez en cuando me hacen llegar sus palabras acerca de lo que escribo.

Esto me hace saber que de algún modo estoy teniendo éxito.

No trato de convencer a nadie. Y trato de despegarme de rótulos a los que por ahí me he adherido.

Esto me deja bastante solo.

Pero no tanto que no me sienta parte de una humanidad en movimiento

Un espacio pequeño y no tan pequeño alrededor.

No he tenido a lo largo de mi vida una pretensión mayor. O más bien, por supuesto que sí.

¿Quién no quiso ser una estrella, un astro?

Hoy me bastan las del cielo. Las siento como algo que me toca. Volví al comienzo, o talvez aún mejor.

Estoy de vuelta.

¿Puede ser la vida? ¿Puede ser el amor?

Me hago estas preguntas no por dudar de que sí, son posibles, sino por sentir que es necesario reafirmar esto que es tan esencial.

No creí que volvería  a ver una aberración como la de un “presidente” de la república promoviendo la muerte.

Es cierto que la experiencia me enseñó que somos más que la muerte. Podemos encontrar un camino de superación.

En realidad, creo que la vida es un constante encontrar caminos de superación.

Tantas son las amenazas. Enfrentar y superar.

Enfrentar y superar. Repito esto como una oración. Como una canción. No olvidar.

Creo que hoy em día las amenazas se han multiplicado y sutilizado.

La bestialización, la negación del esfuerzo y del trabajo, la banalización de la idiotez, el parasitismo, la desinformación, todas son otras tantas fuentes de atención en la lucha.

La delincuencia política actualmente entronizada en Brasil, así como en otros países, sólo puede enfrentarse con conciencia, persistencia, claridad.

Tengo certeza de que sabremos una vez más, personal y comunitariamente, abrir caminos de luz y de amor en medio de la oscuridad.

La historia, la memoria, son faros que iluminan el camino.

 

Ilustración: Las flores que vinieron después de la lluvia

¿Por qué Terapia Comunitaria Integrativa en español?

Identidad. Pertenecimiento. Sentimientos.

El objetivo de estas líneas es el de delinear de la manera más precisa posible, el sentido y los motivos sobre por qué es necesario fundamentar la TCI de manera propia en el contexto de la comunidad hispanoparlante.

La lengua, el lenguaje, son más que medios de comunicación. Son formas de sentir, de ver el mundo.

El foco en este hecho fundamental es lo que anima este intento. He escrito ya bastante sobre la Terapia Comunitaria Integrativa (TCI), a partir de mi experiencia como formador.

Hay sobre todo dos textos que voy a mencionar ahora, en los cuales he conseguido avanzar de manera concreta en este terreno. Son ellos: Reflexiones sobre la TCI, y Um terapeuta comunitário em busca de si mesmo.

La investigación sobre los valores, sobre la construcción social y cultural de la persona, ha sido y sigue siendo un eje de la sociología clásica, como también lo es de la TCI tal como la veo y practico.

Esto es para ir llegando ya a lo que quiero decir en pocas palabras. El hecho de que la TCI se haya ido estableciendo en muchos países fuera de Brasil, ha creado un desafio a enfrentar.

A menos que seamos capaces de releer esta práctica social transformadora desde la comunidad hispanoparlante, estaremos de alguna manera traicionando sus principios.

Justamente una de las finalidades principales de la TCI es la de devolver la persona a sí misma. Restablecer la comunicación perdida con nuestro ser auténtico. Rehabilitar el ejercicio pleno de nuestra humanidad.

Es necesario que seamos capaces de vernos como parte de un sistema cultural amplio que se impone en buena medida como parte del ejercicio de una dominación de clase. Esto es el fundamento de la sociedad capitalista.

Las personas son cosas a ser usadas y descartadas. Pero en el medio de esta misma cultura y sociedad, existen formas alternativas y libertadoras que llevan a tomar conciencia de la opresión y a librarnos de ella.

Al poner el foco en el sentimiento, como aquello que nos une a nuestros semejantes, tenemos en manos una herramienta potente, que nos conecta al mismo tiempo con nuestro ser más profundo.

Poner en primer plano nuestro sentir, nos capacita para vivir con la totalidad de nuestro ser, sin amputaciones. Toda nuestra historia, todos nuestros recursos de sobrevivencia, están a nuestro favor.

Podemos existir en sociedad sin necesidad de someternos, sin violentarnos, sin claudicar. Aprendiendo a poner a nuestro favor nuestra historia de vida.

Nuestra cultura es el manantial inagotable de donde nacen nuestros recursos, junto con nuestra experiencia de vida.

No quiere decir que adoptemos como nuestros todos los contenidos de nuestra cultura de origen ni de adopción, si somos migrantes.

Más bien es que hacemos eleciones y tomamos decisiones según lo que hemos ido descubriendo de nuestro ser más profundo.

Al escucharnos y escuchar con el corazón, nuestras debilidades, vulnerabilidades, o simplemente nuestra sensibilidad, se transforman en herramientas contínuas de liberación que nos van proyectando a horizontes de más y más felicidad, plenitud y paz.

Las canciones que escuchamos en nuestra infancia y juventud, nuestra vida en familia, nuestras luchas y trabajos, son otras tantas fuentes de una fuerza inagotable que nos impulsa a seguir.

Llega un presente nuevo

Puedo no preocuparme

Puedo no temer

Puedo confiar

Son colores: celeste, azul marino, amarillo sobre rojo.

Son posibilidades, no determinaciones

Pueden suceder o no

Trato de ir substituyendo obligaciones por opciones

Aún las obligaciones tienen un margen de opcionalidad

Trato más bien de ir por ahí

Así llega el presente

Un presente nuevo

No un pasado incesantemente repetido.

La presión mayor es la culpa

No tengo culpa

Actuar bajo presión es como no estar

Es casi como estar ausente

Es tiempo perdido

Por eso paro, veo, escucho

Siento.

Presencia

Yo no necesito estar siempre a la defensiva. Tampoco preciso estar atacando siempre, ni dispuesto a someterme. Puedo contactar la realidad. Ver qué es lo que está pasando.

Cuando reacciono automáticamente o por hábito, no soy yo. Es un habla que no es mía. Si sintonizo y veo lo que está pasando, puedo decidir si tengo que actuar y de qué manera.

Yo sé que puedo confiar en mí. Puedo estar aquí. Puedo enfrentar exitosamente cualquier situación que se presente. Me doy cuenta de que dejo de estar disociado. Todo lo que soy y lo que hago es una confluencia, una convergencia.

Memorias, aprendizajes, lecturas, planes, proyectos, deseos, sueños, afectos. Todo es como un nido o una rueda que me anida y soy yo mismo.

Un lugar para mí

Tengo la impresión de que pasé buena parte de mi vida (si no toda ella) buscando un lugar para mí. Ahora lo encontré. Es donde estoy. Es quien soy. Es lo que hago.

Todo lo que soy y hago está en un lugar definido en el universo. Esta es una sensación clara. Una sensación espacial y visual.

La experimento muchas veces cuando veo una película o miro el cielo, o cuando ando con ella caminando por la playa o por las calles del condominio. O cuando evoco la presencia de mi familia y amistades en mi corazón.

Es una sensación de pertenecimiento. Tener un lugar es esto. Es estar donde soy. Es ser donde estoy. Es ser yo mismo todo el tiempo, y esto es muchas veces un juego de idas y venidas entre mis diversos yos o planos o dimensiones.

Cuando leo o escribo o dibujo o veo los colores todo esto me reúne y es yo. Así como la belleza que me rodea y que veo en mí mismo y en el horizonte más allá, donde la luna y el sol y las estrellas anidan el tiempo.

El resultado de este proceso de inserción en la realidad se ha ido dando en una convergencia de caminos personales y comunitarios.

Alcanzar esta sensación de estar donde debo estar (mi lugar) y ser quien debo ser (el ser que soy) me dio un trabajo bárbaro.

De vez en cuando hay recaídas, me pierdo de nuevo (otra vez me confundo con cosas equivocadas que aprendí a creer sobre mí mismo) pero vuelvo. Volver es siempre más fácil.