Sobre la muerte

–¿Qué me podés decir de la muerte?
–Que no hay. Tem mas acabou, está em falta.
–¿Cómo así que no hay?
–No habiendo, como es que no hay una cosa, no hay y se acabó, es así con la muerte. No existe. La gente le da vueltas como si existiera, pero no hay. Tem mas acabou, es así.
–Sigo sin entenderte, cómo que no hay muerte, si todo el mundo se muere, mueren las plantas, muere la gente, mueren los bichos, todo muere, todo gusta de morir, como dice Hermann Hesse.
–Dejemos Herman Hesse de lado por un minuto, como dicen los chilenos. ¿Vos reparaste que para un niño no hay muerte? El niño no piensa en la muerte, eso es cosa de los adultos. El niño vive nomás, para él es sólo vivir, el niño es eso, vida, vida pulsante, total, aquí y ahora, esa es la vida que tenemos cuando somos chicos. Después viene las muertes, que tal se murió, que la cana mató a tal y a cual, que te van a matar. Entonces viene el miedo, que no me maten, que no me lastimen, todo eso, y dejás de vivir por miedo a la muerte, ¿te das cuenta? La muerte es una idea, eso es lo que quiero decirte, ¿no sé si me entendés? ¿me explico? ¿soy claro? ¿te das cuenta? Es una idea a la que tanto le dan vuela, todo el mudo te habla de ella, los sacerdotes, la cana, los políticos, los vecinos, todo el mundo te habla de la muerte hasta que dejás de vivir por miedo de la muerte, miedo de lo que no existe, por causa de una idea dejás la vida, dejás de vivir, dejás lo único que hay, lo único que tenés, por causa de una idea, de una idea equivocada, de algo que no hay, de lo que no es. ¿Me explico? Es una idea, es eso. La muerte es una idea, y una idea equivocada. Una idea es equivocada cuando es irreal, ficticia, inexistente. La muerte es eso, es una idea equivocada.
–Creo que voy entendiendo, existe porque pensamos en ella, la hacemos real al creerla real, ¿es eso?
–Seguro, ahora me gustó, ¿ves que vos sabés? Te hacés el burro pero sos bien espertinho, como decimos aquí en Brasil. ¿No cierto que es muy lindo? Si no hay muerte, si sólo hay vida, entonces es muy lindo, no te preocupas, vives, respiras, amas, le pones agua a las plantas, oyes música, sales con tu esposa, vas a pasear y a charlar con tus amigos, escribes, haces lo que te da la gana y está todo bien.
–Es muy lindo. Yo creo que sí, ¿no es cierto? Sí, sí. ¿No es cierto? Es verdad. No hay muerte, solo vida.
–Eso ya lo dijimos, ¿te das cuenta?
–Eso también, lo repetís todo el tiempo, ¿te das cuenta?
–Seguro, y ya dejemos por aquí que hay que lavar la ropa, caminar por la playa, como dice mi prima Irene.
–¿Qué es lo que dice tu prima Irene?
–Que caminamos por el calçadão, y no por la playa.
–Y tiene razón tu prima Irene, ¿no te parece?
–No siempre, ¿te das cuenta? A veces sí, a veces no, ¿te das cuenta?
–Me doy cuenta de que repetís tanto ese te das cuenta, que si no te das cuenta, vas a cansar a todo el mundo y no van a querer saber más de vos, no van a querer leer más lo que escribís ¿te das cuenta? ¿No cierto? Sí, sí.
–Vamos terminando por aquí que María va a llamar y vas a tener que empezar a trabajar como todo el mundo, que es muy lindo. Y lo de la muerte, como dijimos, no le des manija a lo que no es, ¿no es? Es muy lindo, a vivir, ¿te fijas? Buen dia, che.

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