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No entiendo

Hay veces que me pregunto cómo fue posible que aquello ocurriera. No sólo no entiendo cómo el ejército argentino, la iglesia católica, el empresariado, los banqueros, la derecha más nazi y fascista de Argentina, pagada por Estados Unidos, el Departamento de Estado, la banca internacional, el capital apátrida, pudieron patrocinar la matanza de argentinos, la matanza más cobarde de la oligarquía, de la derecha más nazi y fascista, del capitalismo más apátrida y mercenario, en lo que se conoce como el genocidio videlista, el genocidio argentino.

No me expliquen porque no lo entiendo y no lo quiero entender. No lo voy a entender nunca. No voy a entender nunca cómo un soldado pagado para defender su pueblo, lo mata, lo tortura, lo desaparece, por dinero. No me lo expliquen porque no lo voy a entender. No lo voy a entender nunca. Que siempre ha habido chorros esto uno lo sabe, pero que el chorro se eleve a presidente de la República, en uno de los países más educados y cultos de la América del Sur, robando bebés, mintiendo, escondiendo cadáveres, pagado por los Estados Unidos, que lo entrenaron en su hedionda Escuela de las Américas, pagado por los banqueros y empresarios argentinos para matar gente, matar mujeres, estudiantes, jóvenes, obreros, militantes, no lo entiendo, no lo entiendo ni lo entenderé nunca, no lo entiendo y no traten de explicármelo porque no lo entiendo.

Yo entiendo a un mercenario, a un vendepatria, a un traidor, a un canalla, a un ladrón. Digo que entiendo pero no lo entiendo.

Fui educado en padrones rígidos. Esto es el bien, esto es el mal. Esto se hace, esto no, porque está mal. Así fui educado por mis padres. Por mi madre que ya está en la casa del Señor, por mi padre que aún sigue de pie, honrando su fe y su raza.

Tuve una educación correcta, y no entiendo cómo Videla y sus cómplices, canallas como él, mercenarios y corruptos, pudieron apuntar sus armas contra el pueblo que les pagaba para que nos defendieran. No lo entiendo, no me lo expliquen porque no lo entiendo. No lo voy e entender jamás.

No entiendo como los mercenarios de Videla se rindieron a los ingleses en las Malvinas, sin disparar un solo tiro.

Violaban mujeres en la Escuela de Mecánica de la Armada, mataban argentinos que dormían en sus casas, pero se rindieron a los ingleses en las Malvinas, sin disparar un solo tiro. Los perros de la guerra, inventaron una guerra sucia que no hubo.

No hubo guerra sucia, perro Videla, perro Astiz, perro Bignone, perro Menéndez, canallas, traidores, mercenarios, asesinos, genocidas. Hubo exterminio pagado por Estados Unidos, pagado por el capital, por la oligarquía, por el empresariado, por los banqueros. Esto sí hubo.

Hubo pero no lo entiendo, no lo entenderé nunca, no hay forma de que llegue a entenderlo.

Para mí la vida es muy preciosa, más preciosa después del genocidio. No entiendo como un mercenario, un canalla, un ladrón, pudieron hacer lo que hicieron. No lo entiendo, no trates de explicarlo porque no lo entiendo. No lo voy a entender jamás. Tuve una educación rigurosa: esto es el bien, esto es el mal. No lo entiendo, no entiendo.

The day after

El dia después de la elección de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil, muchos respiramos aliviados. No solamente porque proseguirán los programas sociales de inclusión iniciados por Lula, sino sobre todo, porque en su primer discurso, Dilma dijo que su principal preocupación será erradicar la miseria. Eso a mí me tranquiliza, y deberá tranquilizar mucha gente. Creo que esto ya bastaría para decir que el día después es un día de reposo, de descanso. No se trata de cuestiones ideológicas, que a mí, en lo personal, no me importan en absoluto.

Me importa la vida, pero no cualquier vida, como la derecha oportunista trató de usar contra Dilma durante la campaña, presentándola como abortista. Hay toda una derecha conservadora, reaccionaria, que dice defender la vida y se olvida que la vida es tener posibilidad de elegir. Y en esto el gobierno Lula invirtió pesadamente, en la educación y en la ciudadanía para los más, para la base de la pirámide social, tantas veces usada por los poderosos para llegar al poder y allí mantenerse, a costas de la ignorancia y de la marginalización social que por fin empiezan a ser barridas del mapa.

Y esto me hace reflexionar sobre los deberes de los intelectuales para con el pueblo. Esto es como hablar de horca en casa de ahorcado, pero no hay como quedarse callado. Alguien pagó los estudios de quien llegó a ser presidente de la República, gobernador, diputado, profesor, periodista, profesional. Esos que antes pagaban los estudios y no estudiaban, ahora estudian, tienen la posibilidad de ser gente. Esto es inclusión social. Esto es lo que me interesa, como que estudié en escuelas y universidades públicas, y tengo, como Dilma y como tanto diputado y senador y profesor y periodista, la obligación de devolver al pueblo en servicios, de modo que mejore la vida de quienes más sufren.

No voy a hacer un discurso político-partidario ni ideológico. Apenas recordar algunas cosa que es bueno no olvidar. La vida es vida si la devuelvo multiplicada, en mejoría para quienes me rodean, con quienes comparto la suerte o el destino de ser habitantes del planeta en esta época, en cualquier época. No cualquier vida es vida, como quiere hacer creer, interesadamente, la derecha reaccionaria y una cierta intelectualidad a la cual hay que recordarle su origen y sus obligaciones.

No basta yo decir que estoy del lado del pueblo, del lado de los pobres. Tengo que trabajar efectivamente para que no haya pobres ni material ni mentalmente. Por el fin de la pobreza mental y espiritual, por el fin de la exclusión social, el fin de un sistema sin alma, como decía Karl Marx. Un mundo sin corazón. El fin de un sistema que nos divide según seamos o no propietarios de algo, un sistema de tener y no de ser, como decían Erich Fromm y Paulo Freire.

No quiero hacer propaganda de nada. Apenas tener conciencia, saber, que hay una tarea que nadie puede delegar en otras personas ni en el gobierno o en la Iglesia o en alguna organización o institución: Es el cambio interior, es yo ser la persona que debo ser, alguien conciente de su valor, de su dignidad, de su unicidad. La tarea es constante, y estamos siempre tratando de acertar. No hay recetas, pero sí el afán de encontrar el camino correcto, el rumbo cierto. Es esto.

Por um Brasil mais gente

Faltam poucos dias para que o Brasil decida se continua no rumo do progresso social, da inclusão dos mais pobres, do respeito generalizado ao conjunto da população, não somente dos mais ricos ou se, ao contrário, volta para atrás, para um modelo de marginalização dos mais, de privilégio e exclusão, como fora até os governos de Lula.

O fato de que o presidente Lula termine o seu segundo mandato com índice altíssimo de aprovação da população, é um indício muito forte de que deu certo, de que atingiu, de fato, o modelo oligárquico vigente, o Brasil para uns poucos, consolidando uma expectativa de que o país definitivamente consiga se erguer sobre os seus próprios pés no meio das nações do mundo, como um dos países mais civilizados, porque mais includente.

O governo Lula trabalhou nos seus programas de inclusão social, tão criticados por certa classe média, tirando da linha da pobreza mais de 30.000.000 de pessoas. Isto pode não significar muito para quem come todos os dias, para quem tem emprego garantido e plano de saúde. Mas para quem agora tem a vida como alternativa, é muito, é tudo.

Criticar as bolsas família, as bolsas escola, como se fossem esmolas, é mais do que uma miopia de quem não vê além do seu próprio umbigo. É necedade, é egoísmo, é amoralidade.

Quando a direita perde a cabeça, depois de ter afundado o país ao logo dos dos mandatos do tristemente célebre FHC –para citar o mais imediato, apenas—destruindo o povo na sua saúde, na sua auto-estima, na sua segurança alimentar e educacional, quando a direita perde a cabeça depois de ter perdido o rumo, se é que alguma vez teve outro do que o benéfico de uns poucos, quando a direita perde a cabeça depois de ter perdido a dignidade e a ética, se é que alguma vez teve outra que fosse a da própria ganância às custas do suor dos muitos, quando a direita perde a cabeça, é sinal de que o país vai pra frente, de que o povo brasileiro começa a acordar do longo sono brutalizante a que a oligarquia o submetera. Até domingo, até a vitória de um Brasil mais decente. Um Brasil mais gente.

La pedagogía de Paulo Freire y la Terapia Comunitaria

La pedagogía de Paulo Freire y la Terapia Comunitaria comparten algunos principios comunes que están interconectados: La autonomía del sujeto, la horizontalidad del saber, la educación como práctica libertadora, y la incompletitud del ser humano.

El principio de autonomía concibe al ser humano como autor do su propio destino, libre y responsable constructor de su propia circunstancia y, por lo tanto, autor de las prácticas capaces de reconducirlo o reconducirla a la libertad en caso de dominación u opresión.

La horizontalidad del saber supone que todos sabemos, todos somos doctores en nuestra propia vivencia y la experiencia de cada uno es la fuente primera del saber que nos permite elegir y vivir. La terapia comunitaria parte de este principio, uniendo saber popular y científico, en una amalgama que reconstruye personas y comunidades en su protagonismo, rompiendo con la cultura de la victimización y de la miseria psíquica. En la terapia comunitaria, por otro lado, también se incorporan saberes de distintas vertientes de sabiduría de la humanidad, como el conocimiento de los chakras como centros energéticos que nos conectan con el todo.

El carácter libertador de la práctica educativa supone que saber nos hace libres, y que podemos saber no acumulando conocimiento o información, pero sí apropiándonos de nuestra propia experiencia, tornándonos dueños de lo que somos, dueños de nosotros mismos. Saber por que somos e como somos nos hace señores de nuestra vida y no víctimas de las circunstancias o de algo o alguien en quien proyectamos un dominador o un enemigo.

En la terapia comunitaria, vos descubrís tu enemigo como un colaborador, alguien sin el cual tú no serías quien eres, ya que él te muestra lo que no querés ver, la parte tuya que vos rechazás.

Vos buscás dentro de vos mismo la razón de ser de lo que te ocurre, en vez de echarle la culpa a los demás o al destino o a Dios o a quien sea, por lo que te pasa.

Esto te hace fuerte, porque aunque estés como todos estamos, en relación con otras personas, esta relación no te oprime sino te libera. Vos comprendés que un mundo mejor se construye a partir del momento en que te perdonás, te querés, te percibís como alguien bueno, vencedor, capaz de amar y ser amado, de errar e corregir el rumbo, alguien que está a camino, siempre, nunca concluido.

De esta manera, vos ya no te juzgás víctima de aquél trauma ocurrido en tu infancia o después, en la vida adulta. La vida nos golpea, todos sabemos, pero La capacidad de fortalecernos con esos golpes que nos habrían derribado, la resiliencia, es un saber a flor de piel en el pueblo, en las clases populares, aunque no siempre la persona tenga noción de ésto, pero esa fuerza reside en ella y es activada en el encuentro con otros vencedores, en las ruedas de la terapia, en las formaciones, donde ella descubre que su vida es una tela, la vida de todos es una tela tejida en todas las direcciones, uniendo lo que fue y lo que es, lo que será, todo está conectado. Y el cambio que proceso en mí, mejora la vida de todo lo que me rodea y de que formo parte, incesantemente, continuamente, sin fin.

Esta noción de unidad plenifica y reconforta, repone una sensación de eternidad sin la cual lo efímero pierde su significación y su sentido.

Victoria

Hoy pensaba cómo la división de la persona contra sí misma, el reinado del enemigo interno, ese que te dice a toda hora que estás equivocado, que no es bastante, que tenés que hacer más, es crucial para la sustentación de la sociedad en que vivimos.

Si te amas, si te aceptas, no dejarás que te dominen, que te vendan lo que no necesitas, ni aceptarás que te digan cualquier cosa ni la compañía de gente que detestas.

El sistema capitalista funciona gracias a que aprendiste a odiarte, al hecho de que desde pequeños nos enseñan que somos malos, que nos falta, que no somos como deberíamos ser.

Esto no es algo que le ocurra a algún tipo especial de personas y a otras no: es la programación básica que hace funcionar esta sociedad. Sin este divorcio interno, sin esta eterna insatisfacción contigo mismo, no comerías demasiado, no verías programas imbéciles en la televisión, no leerías noticias en los diarios que te destruyen el sentimiento y el pensamiento.

La culpa es la coronación de este proceso de división interna de la persona, que hace funcionar al sistema. Pero puede revertirse, y se revierte, por suerte. Puedes empezar a traerte de vuelta, como tanta gente en todas partes del mundo lo viene haciendo y lo seguirá haciendo, mientras haya una humanidad que no se rinde, que no se vende, que no cede a la alienación.

Hay muchas formas de redención, de resurrección, todas válidas. Nadie puede arrogarse ser el dueño o la dueña de la única receta legítima. Todas dan resultado. Inventa una. Lo que no vale la pena, es pura pérdida de tiempo y de energía, es tratar de culpar a alguien: a tus padres, al sistema, a las instituciones, a la sociedad.

Tu vida es muy preciosa para que la pierdas. Las instituciones y el sistema, todo pasa, tú pasarás también un día, como todas las cosas, es la ley. Pero si descubres en tí mismo la llave del dominio de tu propia vida, no habrá sistema ni institución ni sociedad que puedan forzarte a traicionarte a tí mismo o a tí misma. Serás siempre dueño de vos mismo o de vos misma. Serás vos mismo todo el tiempo. Esta es la victoria.

Não ao serviço civil “voluntário” na Argentina

Tramita no Poder Legislativo Nacional argentino, projeto de lei que já conta com meia sanção, que institui o serviço civil “voluntário”, que poria em mãos das Forças Armadas da Argentina, a “educação” de jovens em situação de risco e vulnerabilidade social, supostamente suscetíveis de serem “reeducados” pelos mesmos militares que reprimiram tão violentamente a população na Argentina, que o serviço militar obrigatório foi extinto naquele país, por pressão popular, depois da morte por torturas em instalações militares, do soldado Carrasco.

Estamos solicitando a você que, em caso de que concorde com a declaração das organizações e entidades argentinas que se opõem a esta inciativa que ofende a memória e o luto de um país que ainda não se recupera da gravíssima agressão moral perpetrada pelas Forças Armadas argentinas no genocídio (1976-1983), envie a sua adesão aos seguintes endereços: alternativapopularsf@gmail.com (Alternativa Popular Santa Fé) e Fundación SES dir@fundses.org.ar

Obrigado.

A declaração pode ser lida em:

http://consciencia.net/no-al-servicio-civico-voluntario-en-la-argentina/

Na terapia, a palavra é o remédio

Entrevista de Adalberto Barreto à Rede Nacional de Mobilização Social, realizada por Danielle Lopes Bittencourt, editada por Eliane Araújo em 03/10/2007.

Mobilizadores – O que é e como surgiu a Terapia Comunitária?

R. O Centro dos Direitos Humanos da favela do Pirambu, em Fortaleza, me enviava os casos que tinham repercussão psíquica. Eu os recebia com meus alunos no Hospital das Clínicas da Universidade Federal do Ceará (UFC). Com o aumento da demanda, decidi, em comum acordo com meus alunos, não mais recebê-los no hospital, mas ir até onde eles viviam: na comunidade de 4 Varas, uma das 150 comunidades organizadas da grande favela do Pirambu. Chegando lá, encontrei cerca de 30 pessoas. Todos queriam um remédio para controlar insônias, depressões, tentativas de suicídio. Logo me dei conta que não poderia medicalizar problemas da existência, onde o sofrimento emerge com força. Tratava-se muito mais de pessoas necessitando ser acolhidas, escutadas, apoiadas, do que doenças a serem tratadas. Logo precisei as razões de minha presença e disse-lhes: ‘Eu não vim aqui resolver os problemas de vocês. Eu vim resolver os meus. Só que para isso eu necessito de vocês. Eu com meus alunos também viemos buscar respostas para nossas inquietações, nossos sofrimentos’. E perguntei-lhes: ‘Vocês estão satisfeitos com os médicos?’ A resposta foi unânime: ‘Não’. ‘E por quê’?’ ‘Porque eles não escutam a gente, estão sempre apressados…’ ‘Pois bem, eu vim aqui aprender a formar médicos mais humanos, mais atenciosos e mais respeitosos dos valores culturais. Eu vim me curar de minha alienação universitária’. E disse-lhes: ‘Eu sou médico, tenho um saber adquirido na universidade que me permite prescrever os remédios. Mas vocês também têm um saber herdado de seus antepassados. Quem é descendente dos índios tem o saber dos pajés e xamãs, quem é descendente de africanos tem o saber dos pretos velhos com seus remédios e meizinhas. Quem tem 50 anos tem um saber produzido por 50 anos de vida. Portanto cada um de nós tem algo a partilhar. É isso que iremos fazer aqui. Cada um vai poder partilhar seu saber, fruto de sua experiência’. Estávamos iniciando uma atividade que posteriormente estruturou-se e tornou-se a terapia comunitária sistêmica integrativa.

Mobilizadores – Quais os principais fundamentos da Terapia Comunitária?
R. A Terapia Comunitária tem construído sua identidade, alicerçada em 5 grandes eixos teóricos:
– O Pensamento Sistêmico que nos permite compreender que somos um todo, em que cada parte influencia e interfere na outra parte. Temos problemas, mas também temos as soluções;
– A Teoria da Comunicação nos lembra a riqueza e a variedade das possibilidades de comunicação entre as pessoas e nos convida a ir além das palavras, para entender a busca desesperada de cada ser humano pela consciência de existir e pertencer, de ser confirmado e reconhecido, como indivíduo e cidadão;
– A Antropologia Cultural nos alerta para a importância da cultura, esse grande conjunto de realizações de um povo ou de grupos sociais, como o referencial a partir do qual cada membro de um grupo se baseia, retira sua habilidade para pensar, avaliar e discernir valores, e fazer suas opções no cotidiano;
– A Resiliência: conceito que nos permite ultrapassar uma visão de mundo que exclui outras fontes produtoras de “SABER”. Não podemos negar que os indivíduos e grupos sociais dispõem de mecanismos próprios para superar as adversidades contextuais.

Enfim, nossa ação consiste em reativar as potencialidades da comunidade capazes de enfrentar a fragmentação que provoca a vida “na rua”, relacionada a certos contextos conjunturais, da mesma forma que construímos espaços de reconstituição pessoal e de reforço dos laços sociais. A Terapia Comunitária se apóia, pois, nas competências dos indivíduos e nos saberes produzidos pela experiência. Seus participantes são verdadeiros especialistas do sofrimento, cujas histórias de vida têm permitido se tornarem especialistas na superação de obstáculos e na produção de um saber, geralmente, ignorado pela academia. Em contextos de precariedade, ignorar os recursos internos pessoais e os externos torna toda ação um paliativo, que serve bem mais para aliviar nossa consciência do que para responder a uma demanda de forma eficaz.

Mobilizadores
– Como este método funciona na prática? Como são formados e conduzidos os grupos nas comunidades? De que forma acontece a formação dos terapeutas comunitários?
R. A Terapia Comunitária foi concebida para ser desenvolvida por qualquer pessoa, sem nenhuma formação acadêmica anterior, desde que siga uma formação específica e preencha os pré-requisitos, dentre os quais: 1- Ser escolhido pela comunidade; 2- Ser alguém já engajado em trabalho comunitário, pois a experiência como líder que organiza reuniões será muito útil ao trabalho; 3- Não ser adolescente, nem pessoa imatura, “super-rígida” ou preconceituosa e conhecer as diversas atividades que seu município desenvolve, para que a Terapia Comunitária venha dar apoio às outras atividades, e não funcione de forma isolada das outras ações. A Terapia Comunitária é uma ação cidadã que transcende classes sociais, credos, profissões, partidos… Cada um partilha seu saber, sua competência, construindo uma grande rede solidária na multicultura brasileira.

Todos são chamados a serem cuidadores de si e de suas comunidades. Os grupos de terapeutas são formados por pessoas dos mais diversos universos: agentes comunitários de saúde, artistas, agentes pastorais das diversas igrejas, sacerdotes, lideranças comunitárias, psicólogos, curandeiros, assistentes sociais, educadores, enfermeiros, advogados, fisioterapeutas… Nossa experiência tem mostrado que a equipe de terapeutas comunitários, quando composta de lideranças comunitárias e profissionais de saúde ou da área social, funciona de maneira mais sólida e eficaz. Depois da seleção, feita com base nos critérios apontados, os escolhidos devem fazer a formação.

Trata-se de um curso de capacitação profissional com 360 horas/aula, assim distribuídas: 70 horas/aula são dedicadas aos aspectos teóricos; 70 horas/aula às vivências terapêuticas, quando serão utilizadas técnicas de relaxamento e autoconhecimento, e 140 horas/aula dedicadas à realização de práticas em terapia comunitária, equivalentes à condução de cinqüenta rodas de terapias como terapeuta ou co-terapeuta realizadas em sua comunidade e ou instituição, com 80 horas/aula de supervisão dos professores da instituição organizadora. Este curso, geralmente, ocorre em quatro módulos, sendo dois de quatro dias, com intervalo de dois meses, e outros dois módulos de três dias, com intervalo de três meses. Pede-se que, durante os dias de curso, os participantes fiquem em regime de internato, pois a convivência com o grupo, nesses dias, é fundamental para a formação de vínculos e consolidação da rede.

Durante toda a formação, os terapeutas comunitários são acompanhados, de perto, por uma equipe de psicólogos, psiquiatras e educadores especializados. Após o primeiro módulo, os participantes já devem iniciar o estágio prático em equipes de duas ou três pessoas. Até o segundo módulo, cada equipe deverá ter realizado pelo menos dez sessões terapêuticas. No final do curso, é conferido um certificado pela Universidade Federal do Ceará ou por outro pólo formador responsável desde que o participante tenha cumprido as exigências do curso que ocorre, no máximo, dentro de dois anos. Quem desejar mais informações sobre as capacitações pode entrar no site da Associação Brasileira de Terapia Comunitária (www.abratecom.org.br)

Mobilizadores –
Como as pessoas reagem diante da necessidade de serem atores na mudança de suas condições de vida e não apenas expectadores passivos? Como é abordada a co-responsabilidade dos integrantes da comunidade para a solução dos problemas que vivenciam e sua competência em solucioná-los?
R. Se queremos transformar as comunidades de excluídos, fazendo com que se integrem, que descubram seus valores como pessoas, os valores que a cultura oferece como recursos, que foram destruídos pelo colonizador e continuam sendo por outras formas de colonização, temos que ajudá-las nesta descoberta. Temos que ajudá-las a verbalizar suas sensações e suas emoções, transformando-as em pensamento transformador. A partir daí, os excluídos poderão ser sujeitos da história, e não mais meras vítimas e espectadores. O ponto de partida da roda de Terapia Comunitária é uma “situação-problema”, apresentada por alguém e escolhida pelo grupo. O animador procura estimular e favorecer a partilha de experiências possibilitando a construção de redes de apoio social. É a partilha de experiências entre os participantes que mostra as possíveis estratégias de superação dos sofrimentos do cotidiano e permite a comunidade encontrar, nela mesma, as soluções para os problemas que a pessoa, a família e os serviços públicos não foram capazes de encontrar isoladamente. A comunidade descobre que ela tem problemas, mas também tem as soluções. Quem chega com um problema vai sair com algumas possibilidades de resolução e, aos poucos, vai descobrindo que a superação dos problemas não é obra particular de um indivíduo, de um iluminado, ou de um terapeuta, mas é da coletividade. Descobrir que seu sofrimento tem a ver com variantes sociais que precisam ser prevenidas possibilita às pessoas: relativizar seus sofrimentos; descobrir que não estão sós; receber o apoio do grupo; criar novos vínculos e construir nova rede de apoio, favorecendo um maior grau de autonomia, de consciência social e co-responsabilidade. O mote, ou seja, a pergunta-chave que desencadeia a reflexão é: ‘Quem já viveu algo parecido e o que fez para resolver?’ Emergem então do próprio grupo as várias possibilidades de resolução. A comunidade partilha as experiências similares de vida e sabedorias de forma horizontal e circular. Cada um torna-se terapeuta de si mesmo a partir da escuta das histórias de vida. Todos são co-responsáveis na busca de soluções e na superação dos desafios do cotidiano. A comunidade torna-se espaço de acolhimento e de cuidado, sempre atenta às regras: fazer silêncio; não dar conselhos; não julgar; falar de si usando a primeira pessoa – EU; propor músicas, poesias ou histórias apropriadas. Na Terapia Comunitária, a palavra é o remédio, o bálsamo, a bússola para quem fala e para quem ouve. Na roda de Terapia Comunitária procura-se: fazer uma reflexão sobre o sofrimento causado pelas situações estressantes; criar espaços de partilha destes sofrimentos, digerindo uma ansiedade paralisante que traz riscos para a saúde destas populações; prevenir, promover a saúde (atitude positiva) em espaços coletivos, e não combater a patologia (atitude negativa) individualmente. Estes fatores estressantes só podem ser enfrentados com a força do grupo no devido tempo, antes que degenerem em patologias, encarecendo o tratamento. Poder contar com um recurso (vizinhos, amigos) torna a pessoa menos dependente das instituições, menos oprimida pelos próprios problemas e, portanto, mais autônoma.

Mobilizadores – Como o sofrimento causado pela exclusão social e pela pobreza se manifesta na vida e na saúde dos moradores de comunidades e de que forma a terapia comunitária pode ser um recurso para lidar com esse sofrimento? Quais os problemas mais abordados nos encontros?
R. O sofrimento crônico transforma-se num fatalismo aniquilador de esperanças, gerando comodismo. “Não adianta fazer nada. Se correr o bicho pega e se ficar o bicho come”. E aos poucos as pessoas vão perdendo a confiança em si, em seu potencial e vão alimentando atitudes de fracasso, de auto-desvalorização e dependências as mais diversas, provocando o que chamo da “síndrome da miséria psíquica”. O sofrimento é a matéria-prima da TC, na medida em que podemos transformá-lo em crescimento. Para compreendermos melhor, me permitam uma metáfora: o sofrimento é como o “excremento”, a “merda” que pode ser transformada em estrume, em alimento para as plantas crescerem e produzirem flores e frutos. O foco de nossa reflexão é centrado no “sofrimento” e a pergunta-chave é: “O que tenho feito de meus “excrementos”, de minhas “merdas”, de meus traumas? Já aprendi a transformá-los em adubos ou apenas a exalar odores insalubres e poluentes de vidas?” Na escola da vida, os grandes especialistas do cuidado souberam lidar com esta alquimia. Transformar sofrimento em sensibilidade, em energia reparadora, possibilitando a construção de uma nova ordem social, o renascer das cinzas. Com uma amostragem de 12.000 questionários em 12 estados brasileiros, foram identificados os problemas de maior incidência: “estresse e emoções negativas” (somatizações e ansiedade; “emoções negativas”: raiva, vingança, mágoa, desânimo e desprezo – 26,7%). O segundo tema mais freqüente é “conflitos nas relações familiares” (19,7%). Os problemas ligados ao uso de álcool e outras drogas se encontram em terceira posição de destaque em todos os estados: 11,7%. A quarta categoria de problemas foi “questões ligadas ao trabalho”, juntamente com a quinta colocada “desemprego”: 9,6%. O sexto colocado foi “depressão” (9,3%). O sétimo lugar é ocupado pelos problemas relacionados com a violência (4,6%) contra a mulher, a criança e o idoso e homicídio.

Mobilizadores – Existem experiências de utilização da Terapia Comunitária em contextos de grande violência urbana? Como ela poderia contribuir para fortalecer a comunidade na superação desta questão?
R. Existe sim. Hoje a Terapia Comunitária já está presente em todas as grandes cidades brasileiras, dentre elas, São Paulo, Santos, Manaus, Belém, São Luiz, Teresina, Brasília, Rio de Janeiro, Salvador, Fortaleza… São grupos que vivem em contexto de desagregação e exclusão social, muitas vezes agravado pelas migrações forçadas. Nesses contextos, encontramos não somente a pobreza econômica, mas a pobreza cultural, a fragilidade de laços sociais, a incapacidade de se organizar de forma mais democrática e, sobretudo, a auto-imagem desvalorizada, a baixa auto-estima que, muitas vezes, culmina na perda da própria identidade e dignidade. Trata-se, pois, de uma “terapia para a prevenção”, uma vez que permite ao excluído e marginalizado enfrentar a realidade que ameaça distanciá-lo de sua cultura e destruir sua identidade. Integrado em sua cultura e em sua comunidade, ele torna-se consciente de seus direitos e deveres individuais e sociais, para uma existência cidadã, digna e plena. Nesse sentido, prevenir é, sobretudo, estimular o grupo a usar sua criatividade e a construir o seu presente e o seu futuro, a partir de seus próprios recursos. Embora esta proposta terapêutica esteja mais voltada para grupos que vivem condição social vulnerável, em termos de saúde mental e autonomia individual e comunitária, nossa experiência tem mostrado que ela pode ser aplicada em qualquer grupo de pessoas pertencentes às mais diferentes classes sociais, idades, situações sócio-econômicas e profissionais.

Mobilizadores – A Terapia Comunitária está prevista na Política Nacional de Humanização do Sistema Único de Saúde como uma das atividades de acolhimento dos usuários dos serviços públicos de saúde. Como ela tem sido incorporada pelos serviços de saúde?
R. A Terapia Comunitária já faz parte da política pública da Secretaria Nacional Anti –Drogas (SENAD). Capacitamos cerca de 800 terapeutas comunitários, com ênfase em questões de álcool e outras drogas, que estão atuando nos grandes centros urbanos onde essas questões trazem muito sofrimento para as famílias. A TC já foi implantada em quase todos os estados brasileiros e pelas prefeituras de São Paulo, Londrina, Brasília, Fortaleza, Santos e outras. Por solicitação do atual ministro da saúde, Dr José Gomes Temporão, apresentamos um projeto para implantação em nível nacional, através das ações básicas de saúde, como o Programa de Saúde da Família, o Humaniza SUS [política de humanização do Sistema Único de Saúde], programas de educação e saúde, saúde mental e SENAD. A proposta da Terapia Comunitária vem, portanto, se somar às práticas comunitárias já existentes, apresentando-se como uma abordagem efetiva e promissora para a imensa demanda por serviços de atenção à saúde. Entre os seus diferenciais e propósitos, podemos realçar:
– Ir além do unitário para atingir o comunitário;
– Sair da dependência para a autonomia e a co-responsabilidade;
– Ver além da carência para ressaltar a competência;
– Sair da verticalidade das relações para a horizontalidade;
– Desconstruir a atitude de descrença para ressaltar o potencial de cada um e da comunidade;
– Ir além do privado para o público;
– Romper com o clientelismo para chegar à autonomia;
– Romper com o modelo de concentração da informação para promover a circulação de saberes e trocas colaborativas;
– Romper com o isolamento entre o “saber científico” e o “saber popular”;
– Promover a consciência crítica e a cidadania.

Mobilizadores – Há resistências à adoção da Terapia Comunitária? Existem estudos de impacto da aplicação deste método?
R. Até agora não encontramos resistências significativas na implantação da TC porque a temos apresentado como um espaço de acolhimento, de escuta e de cuidado que tem permitido direcionar melhor as demandas. Só afluem para os níveis secundários de atendimento as pessoas que não resolveram suas necessidades nesse primeiro nível de atenção. Ela não tem a pretensão de ser uma panacéia, nem de substituir os outros serviços da rede de saúde, e sim complementá-los. Atua em nível primário, promovendo a saúde e jamais trabalhando com a patologia. Fizemos uma avaliação de seu impacto com base em 12 mil questionários aplicados em 10.007 rodas de Terapia Comunitária, com 150 mil atendimentos, em 12 estados brasileiros. O resultado mais importante foi constatar que a TC reduz a demanda por serviços especializados: apenas 11,5% dos atendimentos realizados na TC precisaram ser encaminhados para redes de serviço, em grande parte para o nível primário de atenção à saúde. Já 88,5% dos problemas apresentados nas rodas encontraram solução na própria terapia comunitária. Consideramos que este trabalho demonstrou, na prática, que a Terapia Comunitária: facilita o encaminhamento das pessoas com sofrimento psíquico para a rede de assistência integral; acolhe os adictos egressos de instituições que necessitam de apoio de uma rede saudável na qual eles possam se amparar e construir novos vínculos; reforça as redes sociais primárias; e oferece uma rede de apoio e acolhimento às famílias dos usuários.

Mobilizadores
– O que é o Movimento Integrado de Saúde Mental Comunitária (MISMEC) e quais são os objetivos do Projeto 4 varas?
R. O MISMEC-CE, conhecido também como projeto 4 varas, tem como grande preocupação investir na prevenção e procurar criar um modelo de atendimento a pessoas em crise, que leve em conta os recursos e as peculiaridades da cultura local. Desenvolve uma experiência de terapia de comunidades numa favela, em que procura resgatar a dimensão contextual, sem perder de vista a dimensão individual, biológica, psicológica, inter-relacional e ambiental. Outros objetivos são: lutar contra todo tipo de exclusão e promover a integração de pessoas e comunidades no resgate da dignidade e da cidadania; favorecer o desenvolvimento comunitário e valorizar as instituições tradicionais, portadoras de sabedoria popular e guardiãs da identidade cultural; evitar a exclusão dos mais pobres, sobretudo nas situações de desestruturação social e cultural, e buscar meios de revitalização social e cultural, reabilitação e reinserção. A fim de atingir estes objetivos tem sido necessário:
a) reforçar os vínculos entre as pessoas, respeitando a cultura de cada um; mobilizar os recursos e competências culturais locais, para promover a saúde comunitária; e construir uma rede social de proteção e inserção, promovendo uma cultura de paz. A comunidade deve funcionar como “agente terapêutico” no processo de inserção social, evitando a alienação da própria cultura, a perda da identidade, ajudando os indivíduos a sentirem-se membros efetivos de sua comunidade.
b) criar gradualmente uma nova consciência social, para que os indivíduos tomem consciência da origem e das implicações sociais da miséria e do sofrimento humano e, sobretudo, para que, em meio a tantas dificuldades, descubram suas potencialidades terapêuticas e capacidades transformadoras.
Trata-se, pois, de uma “terapia para a prevenção”, uma vez que permite ao excluído e marginalizado enfrentar a realidade que ameaça distanciá-lo de sua cultura e destruir sua identidade. Integrado em sua cultura e em sua comunidade, ele torna-se consciente de seus direitos e deveres individuais e sociais, para uma existência cidadã, digna e plena. Nesse sentido, prevenir é, sobretudo, estimular o grupo a usar a sua criatividade e a construir o seu presente e o seu futuro, a partir de seus próprios recursos. Nossa proposta rompe, portanto, com o pensamento dominante, que considera que: o povo é ignorante, e nós precisamos educá-lo; a tradição é um obstáculo ao progresso e não é possível colaborar; só existe um modelo de intervenção válido.

http://www.coepbrasil.org.br/portal/publico/apresentarConteudo.aspx?CODIGO=C200832920140625&TIPO_ID=3

La culpa

En el camino de regreso a tí mismo, encontrarás diversos obstáculos. Uno de los más difíciles, la culpa. Tanto difícil de reconocer, como de remover. Puede estar tan escondida y camouflada (y generalmente lo está), que un sinnúmero de aspectos de tu comportamiento en relación a los demás pero fundamentalmente en relación a ti mismo, está condicionada fuertemente por ella, y no te das cuenta.

Te invito a mirar tu conducta y a ver si encontrás en ella aspectos que te parecen demasiado obligatorios, como que no podés substraerte a ellos. Probablemente por detrás de los mismos, pueda estar la culpa. Si no podés decir que no, si decís no y te sentís culpable, si tenés una necesidad invencible por agradar y ser aceptado, talvez te estés culpando tanto que ni te des cuenta. Hay hechos de los cuales uno se avergüenza, y cree que todo el mundo los conoce. No nos perdonamos por haber hecho aquello que nuestra conciencia y nuestra moral, nuestro sentido ético, condenan.

Pero no iremos lejos culpándonos. Es necesario comprender. Comprender que en aquella situación, fuimos forzados a hacer lo que hicimos. No lo hicimos por maldad o por perversidad, aunque hayan tratado de convencernos de esto. Y siempre hay quien lucre al culpabilizar a otros. Es impresionante la cantidad de conductas que dependen de la culpa. La ansiedad, la formalidad excesiva, el servilismo, la omisión, una necesidad excesiva de servir a los demás, de ser útil, pueden estar escondiendo algún comportamiento culposo.

No hay recetas, ni estoy haciendo otra cosa que compartir pistas, que cada uno podrá examinar por sí mismo, y tratar de descubrir qué hay por detrás de ellas. Lo que puedo decir sin dudas, es que la libertad que se adquiere al perdonarse uno a uno mismo, abre un espacio de aceptación y auto-respeto, imprescindibles para que la persona se sienta digna y merecedora de la vida en sociedad.

Las lecciones del proceso

El llamado proceso de reorganización nacional –nombre que los genocidas dieron a la operación masacre ejecutada en la Argentina entre 1976 y 1984 — nos dejó algunas tareas a los argentinos. Una de ellas, talvez la principal, es que se trató, de hecho, de una operación contra la Argentina como país, como pueblo, como nación. El hecho de que la potencia mandante y ejecutora, Estados Unidos de América, invirtiera pesadamente en matar y torturar, buscando docilizar para mejor explotar, debe llamarnos poderosamente la atención a los argentinos, pues es un país sistemáticamente enemigo de la Argentina, en todo, por todo, y con todo.

El hecho de que el continuador del proceso, el presidente Carlos Saul Menem, impusiera el dólar y terminara de liquidar lo que restaba de nacional en la Argentina, debe llamarnos la atención poderosamente. El lacayo que hoy sirve de balanza para la dominación del matrimonio Kirchner, proclamaba las relaciones carnales de sumisión a los Estados Unidos, como meta de su gobierno.

Esas relaciones carnales, la dominación sin oposición en nombre del peronismo, son algunas de las herencias que el proceso nos dejó a los argentinos.

Otras son de índole más interna, que es donde el enemigo invirtió con más saña: romper psicológicamente a los argentinos. Otras, más externas, dicen respecto a la destrucción de la industria nacional, a la entrega de las comunicaciones (aviones, teléfonos, correo) y del petróleo al capital extranjero. Y al decir capital extranjero, debemos preguntarnos: ¿hay capital nacional?

Cuando se habla del proceso nazi en argentina, de la destrucción de vidas y valores a mando del ejército y las demás fuerzas armadas, no debe olvidarse que ellos fueron la mano ejecutora del exterminio. Sus mandantes estadounidenses, de la Iglesia argentina y del empresariado y banca nacional, son más culpables o tanto como los verdugos. Así como la prensa y los intelectuales que cooperaron con la matanza.

No deja de llamar la atención que en la Argentina, solamente la Iglesia católica brilla por su ausencia en el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos: una sola diócesis, al de Quilmes, forma parte del MEDH. El resto, debe estar de acuerdo con la matanza, o no se anima a discordar.

La complicidad civil en el genocidio debe llamarnos a la reflexión. No fueron pocos quienes aplaudieron la llegada de los militares al poder en 1976, ignorando talvez lo que se avecinaba. Henry Kissinger, secretario de Estado de los Estados Unidos, sabía, como lo sabía el gobierno de ese país, una vez que era un egresado de la atroz “Escuela de la Américas”, Jorge Rafael Videla, quien estaba al frente de la carnicería.

Hoy esa “Escuela” de genocidas y apátridas cambió de nombre: “Escuela de Seguridad Hemisférica”. Las lecciones del proceso son infinitas. Cada uno, de los argentinos y de las argentinas ha de estar procesando individual y colectivamente, lo que esa operación nazi nos dejó como herencia. No podría terminar estas breves notas, sin decir que siento que la lección más importante que el proceso nos dejó, es la certeza de que hay algo que no muere: No muere lo humano — al contrario, crece y se fortalece cuanto más lo golpean –, no muere la esperanza, no muere el respeto, no muere la dignidad, no muere la justicia, no muere el amor, no muere la solidaridad, no muere la fraternidad, no muere la fe.