Esto lo sentí este fin de semana, en un encuentro en familia, en la casa de campo. Estábamos todos alrededor de la mesa. Escuchaba las palabras de cada uno, en esa especie de ajedrez sabroso que son las conversaciones cruzadas. Se forma como una especie de rompecabezas, un mosaico.
En un cierto momento, me encontré hablando sobre una de las tesis principales de mi libro Libertatura*: no apenas usar las palabras como medio o instrumento. En la palabra, al dialogar, ser capaces de recibir por completo a quien está hablando, y yo también estar presente totalmente. Esto me parece importante para que la palabra sea de hecho un medio de integración.
Una forma de estar en contacto íntimo unos con los otros. Solamente puedo ejercitar esta forma de ser palabra, cuando estoy en paz conmigo mismo. Cuando me acepto como soy, aún con aquellos aspectos de mí mismo que me disgustan, y que creo que debería cambiar. Si no me acepto, si estoy frustrado conmigo mismo, mi estar en el mundo es un choque constante.
Nada me viene bien, nadie me parece ser como debería ser. Pero cuando estoy totalmente presente en este instante, en esta preciosísima fracción de tiempo en que estoy aquí, todo adquiere una intensidad muy grande. Todo se vuelve mágico.
*Publicado en Amazon Books.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/