Talvez la sensación sabrosa de remar contra la corriente. Mantener vivo un sentimiento de que es posible persistir aún en medio de circunstancias que parecen estar ahogando nuestra humanidad en el miedo y el odio.
Recuerdo que años atrás Gustavo Barreto me hizo notar que un movimiento no es cuestión de cantidad de personas. Esto sigue siendo verdad. A veces es una persona la que hace la diferencia.
Alguien que permanece en su propio centro cuando alrededor todo el mundo pierde la cabeza. Los días actuales son en extremo desafiadores.
La vida es más bien eso: un ir abriéndonos paso en medio de presiones que podrían destruirnos o desviarnos del rumbo correcto. Así crecemos. Así sabemos que vale la pena.
Con la perspectiva que me dan los años vividos veo que el centro es justamente esto: la vivencia. Lo que somos en nosotros mismos/as. Esto no hay nazismo ni neonazismo ni capitalismo ni idiotismo que puedan destruír.
Esa parte interna, esa nuestra esencia, sobrevive a toda circunstancia. Es como aquellas plantas que pasan años equilibrándose entre la vida y la muerte. Parecen secas o al borde de la muerte. Un día florecen.
Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/