Nunca más

Empieza la semana sin que el actual gobierno argentino asuma la responsabilidad del Estado en la desaparición de Santiago Maldonado.

No puede ser que una persona desaparezca en manos de personal de seguridad que, por definición, debe cuidar de la vida de las y los ciudadanos.

La Argentina está en una situación precaria a nivel internacional, en lo que respecta a los derechos humanos, en función de este hecho gravísimo.

La propiedad privada, los intereses económicos, la mentalidad anómala y atroz enquistada en los aparatos represivos, no pueden estar por encima del derecho humano a la vida y a la integridad de la persona.

Hemos pasado como país, hace muy poco tiempo, por experiencias de atropello a la vida y a la integridad de las personas, cuyas secuelas nos siguen movilizando.

La industria del odio y de la muerte siguen presentes entre nosotros, de varias maneras. No se puede dar ni un paso atrás en lo que se refiere a la aparición con vida de Santiago Maldonado, y al enjuiciamiento del actual gobierno argentino, para que asuma su responsabilidad en este caso.

De lo contrario, se estaría abriendo la puerta para el retorno de lo que nunca más puede ni debe ocurrir en la Argentina. El terrorismo de Estado es una experiencia atroz y vergonzosa, que mancha nuestra historia.

El actual gobierno nacional debe mostrar que es capaz de ejercer las funciones que le son atribuidas por la Constitución, en lo que se refiere al cuidado y la protección de todas las personas bajo su responsabilidad.

Si no fuera así, deberíamos asumir que la Argentina está en un estado de barbarie, de anomia, sin otras reglas que el deseo o la voluntad incontrolable de quien quiera que sea. Un país sin ley, no es un país.

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