Mi lugar

solEmpezando el día viendo los mensajes de mis amigos y amigas, mis hermanos, por mi cumpleaños. Llegar a la hoja como quien quiere ya desde el comienzo, estar en su lugar.

Recordar los sueños de antes de despertar. En siete días. ¿El título de un libro? Parecía ser. Esto me tranquiliza. En siete días todo se organiza y se resume. Es todo el tiempo, o más que tiempo.Viernes. V de Venus. Vendimia. Ya viene. Veía la púa de un disco long play dando la vuelta una y otra vez. Patoruzú. Las sensaciones del primer tiempo.

La casa de Leonidas Aguirre, con mis padres y mis hermanos. El techo de zinc donde nos subíamos. El almacén de la esquina. La verdulería de don Antonio. Y ya se empieza a formar el rompecabezas. El cielo con nubes que el sol va pintando de colores, como si fuera una película que está por empezar. ¡Buen día!

Ya vendrán en seguida las repeticiones, y los intentos por irme abriendo paso en medio de ellas y con ellas. No dejar de saborear esa sensación sin igual de haber podido publicar de una vez tres libros electrónicos. Es como haber ganado un concurso, sí. O como haber terminado el doctorado, otra vez. Y ahora ya un doctorado en letras. Literatura.

Poesía. La vida. No tanto reflexiones sobre la vida, sino más bien la vida misma. La hoja como pista de aterrizaje, como ese asfalto donde vas viendo las gotas de lluvia y todo lo que son las marcas y lo que va conformando cada instante. Y ella aquí y allí, en todas partes, como dice la canción de Los Beatles.

Here, there, and everywhere. Las figuras que vas viendo y que vas a llevar al papel y a la tela. La silueta de la mujer en distintas poses. Van Gogh. Los almendros. Ya viene la vida. El golpe y la resistencia al golpe. No hay como dejar afuera nada, todo está aquí, todo es esto y esto es todo.

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