Cuando uno escribe, viene la vida vivida, al vida real, la de todos los días, la que voy viviendo con todos mis actos, los más pequeños y simples, y aquellos otros a los cuales me acostumbré a dar mucha importancia. Aquí todo importa, no hay nada irrelevante o despreciable. Lo que es el leer y el escribir, es algo muy estrechamente vinculado. Leer y escribir son las dos caras de una misma moneda. No puedo leerme si no escribo. Y mi lectura de mí mismo y del mundo, la gente y la vida, solamente va adquiriendo un carácter libertador, en la medida en que voy dejando que la palabra tome la palabra.
En la medida en que yo mismo me voy visualizando y viendo como palabra. En la medida en que voy siendo palabra. Cuando esto empieza a ocurrir, lo que escribo va siendo novedad para mí, así como va siendo también para mí novedad lo que leo, lo que veo, la vida en sí. De a poco, en esta actividad, uno se va acostumbrando a un papel de observador activo. Alguien que ve, mira, escucha, está ahí, observa todo, actúa, etc, pero desde sí mismo. Este sí mismo es conflictivo y cambiante, contradictorio, como la vida.
Pero cuando este sí mismo, o yo mismo, es cada vez más libre y suelto, mi papel, mi lugar, no es más un papel predeterminado por otros, la costumbre, la herencia, la cultura, etc, sino es un papel y un lugar mío, cambiante, elegido por mí. Hecho por mí mismo, en mis sucesivas escrituras y lecturas. Entonces uno respira mejor. Se acepta más. Aprende a vivir en paz consigo mismo. Todo esto que cuento aquí, son experiencias, cosas que voy haciendo y viviendo, y aprendiendo en la medida en que voy intercambiando con otras personas con las cuales convivo: familiares, amigos, colegas y participantes de los cursos de formación en Terapia Comunitaria Integrativa, lectores y lectoras, y personas con las cuales voy entrando en contacto en la vida diaria.
Leyendo y escribiendo, la vida que vivo va adquiriendo cada vez más una cualidad de integrada y fluyente. Se pierde la sensación de extrañamiento, ese sufrimiento de quien está vivo sin que el estar vivo le diga nada. Uno va teniéndose de vuelta a través de pequeños actos, experiencias de convivencia y crecimiento.
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/