Esta revista vive un poco de esto. La vida que somos capaces de rescatar de la niebla de lo repetido.
En vez de permanecer presos/as a lo que tratan de imponernos desde las esferas del desgobierno instituído por el golpe de estado de 2016, o por la prensa venal, o por ese aluvión de informaciones de dudoso o nulo valor diseminado por las mal llamadas redes sociales, buscamos un espacio auténtico.
Ese es el foco de la poesía, la tarea de la literatura. Recuperar la propia visión, la visión interna. No es difícil si lo intentas. Aquello que nos estabelece en el suelo seguro de la realidad misma.
Podemos ir notando como algo nuevo brota de en medio de lo que creíamos conocido. Las palabras y las cosas se sueltan de una especie de sopor. Es que entonces estamos instalados/as en la eternidad.
La vida no es descartable. El actual desgobierno brasileño intenta a toda costa insistir en el genocidio. Desde aquí hacemos el esfuerzo contrario. La connotación positiva. La valoración de aquello que no muere.
Recuperar la vivencia esencial, esse estar aquí que nos unifica con el todo. La comunidad es el camino. Hacia allá vamos.
Por eso lo del ladrillito diario. Así se levanta una casa. Así se recupera una persona, se rescata una familia, se reconstruye un país.
hermoso Rolando, gracias!!
Te recordé especialmente, Mónica. La esencia te refleja. Te evoca. Vos sos eso y me lo recordás.