El sentido de pertenecer a una comunidad

Hoy me di cuenta muy fuertemente del valor de formar parte de una comunidad. Sentir que tengo un lugar. Un espacio de acogimiento de los sentimientos.

Esto se ha venido dando y sigue sucediendo. Me voy dado cuenta de que formar parte de una comunidad es existir desde el sentimiento.

No es tanto compartir ideas, sino más bien valores, principios.

En un mundo donde hay una fuerte tendencia a la despersonalización, mantener vivo el sentido de pertenecimiento comunitario, es consolidar una existencia más saludable.

Fortalecer justamente lo que es más valioso: el sentido de ser gente, de ser una persona en medio de personas.

No necesito vivir a la defensiva, temiendo ataques, ni corriendo o escapando. Mi lugar es donde estoy pisando y el aire que respiro. Así de simple.

Ayer y hoy anduve en medio de la gente, como antes. Mucho antes. Una sensación de que está todo bien en medio de la gente. No hay nada que temer.

La vida sigue pasando en este espacio antiguo, permanente. ¡Qué bueno! Me veo en las caras de las personas, como ayer y antes de ayer y aún antes de todo.

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