El derecho de disentir de las autoridades guberamentales debería ser algo garantido en una democracia. No lo es. Hace algún tiempo, me permití disentir de la versión oficial del gobierno argentino acerca del asesinato de algunos migrantes en una acción repressiva de las llamadas fuerzas del orden.
Me llovieron e-mails amenazadores de defensores de la autoridad constituída. ¿Autoridad, o autoridad imperial? ¿Dictatorial? El derecho de disentir debería estar garantizado en una democracia. El hecho de que un gobierno haya sido elegido con la mayoría de los votos no lo autoriza a maltratar al resto de los habitantes del suelo argentino.
No sería entonces una democracia, y sí, un gobierno o un régimen autoritario. Soy bastante escéptico acerca de las posibilidades de una democracia en la Argentina. Un país no es un partido, no es una ideología o una secta. No es una iglesia. Es una pluralidad. ¿Será que los argentinos y las argentinas algún día sabremos esto?
Doutor em sociologia (USP). Terapeuta Comunitário. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Autor de “Max Weber: ciência e valores” (São Paulo: Cortez Editora, 2001. Publicado em espanhol pela Editora Homo Sapiens. Buenos Aires, 2005), Mosaico (João Pessoa: Editora da UFPB, 2003), Resurrección, (2009). Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/