Defender la vida, los derechos sociales, el orden democrático

El golpe de Estado en Brasil ha completado un año. La desaparición del joven Santiago Maldonado a manos de personal de gendarmería nacional en Argentina, ha completado un mes.

El Estado quiere que la ciudadanía se acostumbre a la impunidad. El Estado quiere que nos acostumbremos a que la vida no vale nada.

Los estados nacionales no pueden simplemente ceder al imperio de los intereses económicos, y transformarse así en verdugos de la población civil.

Esto sería retroceder al tiempo del gangsterismo político. Y es lo que parece que está ocurriendo en estos dos países de América del Sur.

En Brasil, el golpe de Estado perpetrado por las élites económicamente poderosas contra la presidenta electa Dilma Rousseff, viene barriendo todas las conquistas sociales y laborales.

En Argentina, el gobierno de Macri está directamente involucrado en el operativo represivo que culminó con el secuestro y la desaparición de Santiago Maldonado.

Estos hechos tan graves, amenazan la vida y la existencia social civilizada.

Deberá proseguir la movilización hasta que, en Brasil vuelva el orden democrático, sea restablecido el imperio de la Constitución, y sea reimplantada la justicia.

En Argentina, deberá proseguir la movilización hasta que sean extintas todas las instituciones y prácticas represivas. A ver si el país es de hecho un país, y no una tierra de nadie, donde los que mandan son dueños de la vida y de la muerte.

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