De día

Cuando empieza el día y no tienes nada que hacer, escribes. Escribes para que la vida no se te escape, para que puedas hacer tuyo desde el primer respirar hasta el primer rayito de luz que llega a tus ojos. Todo te pertenece, tuyas son las riquezas que nadie puede robar. El día empieza y tú con él, ¡oh, viviente! ¡Cuánto irás atesorando hasta la hora en que la luz se haya ido!

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