Todos os posts de Rolando Lazarte

Doutor em sociologia (Universidade de São Paulo). Mestre em sociologia (IUPERJ-Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro). Licenciado em sociologia (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina). Professor aposentado da UFPB. Terapeuta Comunitário Formador. Escritor. Membro do MISC-PB Movimento Integrado de Saúde Comunitária da Paraíba. Vários dos meus livros estão disponíveis on line gratuitamente: https://consciencia.net/mis-libros-on-line-meus-livros/

A ameaça de morte a Luiz Couto

Independentemente do juízo que possa merecer a pessoa, o partido a que pertence, a igreja à qual pertence também, o parlamento do qual é membro, a sociedade e o Estado, o país ou a raça a que pertença, a ameaça de morte a Luiz Couto, membro do Partido dos Trabalhadores, da Igreja Católica paraibana, do Parlamento Nacional brasileiro, da raça humana, é algo de muito grave. Muito grave mesmo. Desestabiliza a pessoa. Luiz Couto estava no hospital ontem à noite.

Uma ameaça de morte lembra de outras ameaças de morte. A partir de um momento na vida, tudo torna-se uma recordação, uma lembrança. Recordar (ri-cordis) nos recorda Eduardo Galeano, é trazer de novo ao coração. Quando as ameaças de morte começaram, na Argentina dos anos 70, a grassar a torto e a direito, todo mundo escondia a cabeça.

Quando ameaçaram o deputado Ortega Peña, do peronismo revolucionário, muitos disseram: eu não sou peronista, não sou revolucionário, nada vai acontecer comigo. Aconteceu. Contigo, comigo, com todos nós.

Não estou aqui para contar histórias que não quero que se repitam. Apenas sei que as histórias que esquecemos, se repetem. Luiz Couto hoje, amanhã você, eu, nós. Você vai querer? Eu nãooooo!

Em defesa de Luiz Couto

Tenho vários motivos para não gostar das atitudes do atual arcebispo da Paraíba. Para começar, suas atitudes em contra dos movimentos sociais e das minorias a quem, se fosse seguidor de Cristo, deveria defender. No momento, como cidadão, o que mais me irrita é ver uma pessoa do poder, uma pessoa no poder, atacar um defensor dos mais pobres, dos mais frágeis, o Padre Luiz Couto, deputado federal conhecido pela defesa dos jovens e crianças prostituídos/as. O Padre Luiz Couto, que foi meu chefe na Universidade Federal da Paraíba (Ele foi diretor do CCHLA, enquanto eu fui professor lá, no Departamento de Ciências Sociais), é uma pessoa corajosa. Mesmo ameaçado de morte pelos grupos de extermínio do crime organizado, continua de pé e lutando. Já o atual arcebispo, está do outro lado. Calar diante da agressão a um defensor da vida, é compactuar com a morte. O Padre Luiz Couto tem sido proibido de exercer a função sacerdotal, por conta das suas posições em favor da vida: uso de camisinha, defesa dos direitos dos homossexuais, defesa da integridade física e moral das crianças e adolescentes prostituídos/as. Como sobrevivente do extermínio na Argentina (1976-1983), tenho a obrigação de denunciar as posturas de quem, como o atual arcebispo da Paraíba, defende a discriminação contra os homossexuais e aidéticos.

http://www.rolandolazarterapeutacomunitario.blogspot.com

Quien me diera ser Paul Mc Cartney

Quién me diera ser Paul Mc Cartney, para poder cantarle al nuevo día como él lo hace en Another day. Nunca me cansaré de la sensación de milagro, intransmisible, al despertar otra vez. Borges la trae, en cierta medida, en El despertar, y Cortázar, de algún modo, nos recuerda las posibilidades de vida nueva contenidas en el aquí y ahora, el sur, esto, tanto en Manual de instrucciones, en Historias de Cronopios y de Famas, como en Después hay que llegar, su poema póstumo en prosa. Sentir el aire entrar, los pensares, sentires, decibles e indecibles, la vida toda renaciendo y otra vez descubrirte vivo. Los pájaros cantando, un auto que pasa, el mar arrullando. Por la ventana el sol naciendo y vos otra vez aquí. ¿Quién dice que sos vos otra vez? Sos vos, pero no otra vez, o talvez esto exija alguna explicación. El ser humano es la cúspide de una ola. Cada persona es hecha de infinitos esfuerzos, trabajos, anhelos, deseos, actividades, silencios y actos. Esa ola y esa cúspide, esas construcciones inmemoriales de esfuerzos sociales e individuales, son irrepetibles. Aunque algo de ayer pervive en hoy (si no, no sabría lo que es “canto de pájaro”, “arrullo del mar”, “Cortázar, “Borges”, etc) el hoy en sí, esto aquí y ahora, es nuevo. Si no es nuevo, estoy repitiendo. Figurita repetida, como decíamos cuando éramos chicos. Puedo estar en este instante, o no. Si no estoy aquí, ¿dónde estoy? Todos los maestros de la humanidad, Dom Fragoso, Cristo Jesús, John Lennon, Yogananda, Osho, nos exhortan al presente. A la presencia. Vive presente a ti como has vivido dice un poema anónimo. Y vos, ¿sos Nónimo o anónimo también? Leo El hábito del silencio en el libro de Jorge Waxemberg, La ascética de la renuncia, y me recuerda Muddy water, let stand, gets clear, de Ira Progoff, en The Well and the Cathedral. Rafael Alberti, León Felipe, todo ese querido mundo que se desdibuja y un ómnibus pasa y ya es hora de parar de hablar del silencio y empezar a vivir en el silencio, ¿no te parece? Pues es. Hoy es 24 de febrero de 2009, ¿y ayer?

“A profecia na Igreja”, de José Comblin

Anoche el Padre Comblin presentó su libro A profecia na Igreja no Centro de Direitos Humanos Dom Oscar Romero, no Tibirí. Obviamente, alguém questionará, como de fato um questionou ontem à noite, por qué o livro não fazia referência à profecia fora do âmbito da Igreja Católica. Muito pacientemene, com classe, el padre Comblin explicó, en su tono maduro y sereno, jocoso, sin duda, pero muy respetuoso, que el libro se refería a dos mil años de profecía, que su vida está terminando, y que otros sin duda podrían continuar su tarea, yendo hacia el campo de las iglesias protestantes. Alder Júlio, diácono y sociólogo, tomó la palabra para recordar en el texto, extensa e intensa mención a la profecía protestante: Lutero, Calvino, etc. Pensaba, con mis botones, por qué no se habría dedicado el libro a la profecía hindú, maya, azteca, quichua, guaraní, kogui, egipcio antiguo, esto sin desmedro de los huarpes, araucanos, comechingones, pampas y otras tribus que, sin duda, deben tener o haber tenido, o aún tendrán, si tuvieran la suerte de sobrevivir, sus propios profetas. Mas não cita Luther King, bradou, com justeza, o protestante reclamante, o que já é, de per si, uma redundância. O livro fala, de fato, da profecia nos dias de hoje, e não apenas no âmbito da Igreja Católica, cuja hierarquia é, de fato, insistente, consistente, lúcida e eruditamente criticada à luz da Igreja de Medellín, de Puebla, del Concilio Vaticano II, de Jesús, de los pobres. Há três capítulos do livro que merecem destaque, e são os capítulos finais: A profecia nos dias de hoje, A profecia futura, e um cujo título não consigo lembrar, mas que se refere à sociedade moderna e a emergência da profecia no cotidiano. “Nenhum de nós é um homem genérico”, diz Comblin. Encíclicas, discursos, bulas, enunciações de princípios gerais, não mudam o mundo. Mas a profecia muda. Você muda. Pode mudar, se quiser. Mas, se não quiser, dirá: Por que este artigo está em portunhol e não em alemão, em catalão, em sânscrito ou em alguma das línguas mortas ou habladas en la China, em Vietnam ou em Coquimbito.

A radicalidade, a lucidez, a clareza, a contundência e a inocência do cristianismo de José Comblin merecem a leitura deste e dos seus outros livros. É isto.

Somos peces nadando en el acuario cósmico

No el agua, sino el aire, nos comunica y nos da la vida, provee el medio para que nos desplacemos de aquí para allá, por todas partes. Hoy no quería levantarme porque me dolía todo el cuerpo. Me acrodaba de Cortázar y el Axolotl. Anoche hacía el sumario de mi libro Peregrinando, con prefacio de Gita Lazarte. Está Dios que acecha, cita ella de Borges, en el prefacio. Prefacio, prefacio. Lo que está antes del fascio. No el fascio di combatimento de Mussolini, sino el haz de hojitas que compone un folleto, un cuadernillo, cuya suma hace un libro. Lo escribía para la Editora Contexto. Leyendo los nombres y parte de los contenidos de esos escritos, veía, o mejor dicho, sentía, la continuidad de los parques. La telaraña, o la tela, si preferís, que compone el andar de una persona por esta vida, por este mundo, por este acuario. Ya no hay aquél afán de publicar. Publicas. Lo que dices resuena en el acuario todo. Otros peces sueltan sus burbujas semejantes a las tuyas, son munditos de aire en el agua. Miras los ojos de Natalia y te ves. Te ves en esos ojos sin anteojos que antes de ojos son burbujas de cristal y de vida, mundos que giran, mandalas que reúnen la vida y el tiempo. Sientes el aire entrar en tus pulmones y sabes que la vida es esto, que el sur es esto, que no hay otra tarea que el vivir y que el mapa está en tus manos. Siempre lo estuvo. O lo sabes o te lo han dicho pero ya es tuyo. Haces camino al andar. Andas por ahí, como un tal Lucas, un tal Der Julius, un tal Adro. Tus pasos van formando caminos o siguiendo caminos y los caminos y los lugares, los encuentros y la gente, construyen mundos que entran en ti o de ti en cada respiración. Hasta lo abominable, lo odioso, lo enfermizo, lo que quisieras olvidar, entra y sale de ti, hasta que se va y no vuelve más. Un día lo dejas ir y las burbujas lo llevan bien lejos de ti y eres niño otra vez. Otra vez. Niño. En el acuario municipal de Mendoza. Tan lejos Mendoza. ¿Lejos? Mendoza está aquí. Mendoza es esto. Yo soy Mendoza. Nada de mí está fuera de mí. Sabes que no hay muerte. Lo sabías de chico. Solo vida. Todo es vida, hasta la muerte, que quisieron poner contra la vida, como si fuera su negación. Algún pez para de nadar alguna hora, o sus aletas dejan de moverse, o ya no te mira con sus ojos redondos de mundos que giran y mandalas que te llevan al punto inicial y todo comienza otra vez. Recomienzo. Ya empiezas a repetirte pero sabes que no hay repetición, apenas continuidad. Los grillos cantan rítmicamente esta madrugada. Enseguida vendrá el día y otra vez el milagro. Verte en ella. Verla a María. La miras y algo en ti para. Es como un sueño de adolescente o de niño. Una novia para todos los momentos, la compañera, el amor de tu vida. Todo lo que soñaste y más. Un sueño vivo. Anda por ahí, como los otros Axolotl. Ser Cortázar para hacer un cuento de esto. Cortázar, Lazarte, Foa, Fortaleza. E. Adónde querés llegar con todo esto? No hay adónde llegar, hay haber llegado, ya llegué, ya llegamos, nunca nos fuimos de aquí. Estamos en la vitrina mojada, transparente, translúcida del acuario Municipal de Mendoza y mamá está a tu lado y nos miramos y la vida continúa, continuará, siempre continuó y continuará, no hay como detenerla. La vida es la vida. Es todo lo que es. Bueno, ya me voy yendo, hasta otra vez. Hasta la vista. Gis la revido, como dice papá. Até, como decimos aquí. Bye bye, como dicen los yankis. Arrivederci, como dice Vagneide. Tomo agua y el agua de adentro y el agua de afuera me devuelven la sensación acuática del comienzo de estas líneas. De modo, querido lector, lectora, que no has perdido el tiempo. Miras tus ojos en este vidrio y te ves. Te vas. Me fui. Chau.

Esta mañana caminaba por la playa

No había nadie, menos una viejita que me saludó, y el vigía del predio de al lado, a quien también saludé. Por lo demás, era el sol y el mar, las nubes y el aire, y esa soledad de la mañana que te invita a meditar. Meditar, en este caso, si fuera el caso, era sentir los Rolandos que fui a lo largo de la vida. Iban juntándose a mí todos los Rolandos que fui a lo largo del tiempo, y eran yo. Éramos uno solo. Todos ellos y yo, uno solo. ¿Te das cuenta? La explicación es confusa pero el sentimiento es claro. Caminé, anduve, respiré, medité, oré, vi gente, sentí el perfume de flores, y supe cosas que al tratar de compartirlas se quedan en el silencio. Caminá vos, andá vos, respirá vos, y después me contás. Si querés. Y si no, te quedás en el molde y tudo bem. É isto. Pois é. Apois.