Entre los puntos tratados, se conversó sobre: el permanente hostigamiento y agresiones sufridos por la comunidad en el marco de una fuerte inseguridad y ausencia del Estado; el reclamo por la devolución de sus tierras; la falta de documentación de identidad —que no los considera ciudadanos— les impide recibir los beneficios universales fijados por los distintos niveles de gobierno; la falta de reparación a las víctimas de la brutal represión policial, algunas de los cuales tienen heridas de gravedad y permanecen aislados; la carencia de asistencia sanitaria agravada por la falta de un intérprete que ayude en la comunicación y el intento de perjudicar y apartar de la comunidad al cacique Félix Díaz quitándole todo tipo de asistencia.
Luego de la reunión, Victoria Donda expresó: “Agradezco enormemente a la Iglesia y a la Pastoral Social en la persona de monseñor Lozano que nos escucharon ante esta situación tan preocupante que va mucho más allá de una disputa económica. La comunidad Qom de La Primavera en Formosa y muchas otras sufren hambre, desnutrición y abandono”.
Alfonso Prat Gay, a su turno, agregó: “En la Argentina no solamente están desprotegidos los Qom, hay más de un millón de personas en esa condición. La Iglesia tiene una función subsidiaria del Estado porque independientemente de las cuestiones jurídicas, hay que hacer un trabajo humanitario”.
Dijo Alfonsín: “Es necesario el acompañamiento social a la cuestión aborigen. Como sociedad tenemos que manifestarnos de manera más inclusiva”.
Dijo Ciciliani: “Traigo la experiencia de Santa Fe y San Luis donde se ha escriturado a favor de las comunidades indígenas”.
Dijo Linares: “Pediremos al ministro Randazzo que envíe móviles que lleguen hasta las distintas comunidades indocumentadas para que de inmediato se solucione al menos la regularización de la identidad”.
Dijo Calvo: “Estos encuentros de diálogo permiten la visibilización no sólo de los problemas sino de las personas que los padecen. Son hermanos nuestros que sufren”.
Dijo Tumini: “Estas agresiones y abandono de las comunidades hacia los pueblos originarios, son una muestra del gobierno nacional y popular que tenemos y de sus políticas de doble discurso que quedan a la vista con situaciones terribles como esta y con la Ley Antiterrorista que promovió y votó, por ejemplo”.
Finalmente, Monseñor Lozano sostuvo que “uno de los problemas más acuciantes para resolver es la extrema pobreza en la que viven estas comunidades aborígenes. El precio creciente de la tierra, el relevamiento demorado de las mismas, la marginación, el racismo y los prejuicios, la exclusión y la violencia son las grandes temas pendientes”.
Fuente: Prensa Movimiento Libres del Sur en el FAP